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Narra Bianca






Fue raro al entrar a la casa encontrarse con los padres de Bruno en la sala. Claro que tuve que preguntarle antes a Nacho quienes eran porque nunca los habia visto. Pablo estaba tan sorprendido como yo, era poco lo que sabiamos de el pero necesitabamos entender porque de un momento para el otro sus padres estaban sentados en la sala de la casa donde conviviamos todos. De a poco fueron llegando todos, y se quedan tan o cuan sorprendidos como yo, como Nacho. Todos estaban llegando y ocupabamos la mesa de madera mientras que charlabamos. Otros en vez de charlar no sacaban la mirada de los padres de Bruno. Yo creo que deben estar incomodos pero no, no se les mueve un solo pelo. Solo falta que Bruno se haga presente. 





Aproveche el momento en que todos estaban en sus respectivas cosas para ir a darme una ducha. Había ido junto a Paio y Florencia a comprar algunas cosas para la bebé que venia en camino, que por cierto no le falta mucho. Florencia es la que se había encargado de armar una vaquita entre todos para que le compren algo en conjunto, también fue la encargada de elegirlo, llevarme a mi a que lo vea y terminar por pagarlo para que ya sea nuestro. Entre todos habían juntado la plata suficiente para que Maia tenga el cochecito, el huevito y la cuna. No pude evitar sorprenderme cuando Florencia me confesó que Gonzalo también había aportado plata y una gran cantidad. Los mellizos por su parte también habían puesto una gran parte, Ramiro sentía que la nena que venia en camino tendría todos los gustos y sería mimada por cada integrante de la casa. Pablo fue otro que quedó sorprendido ante el gran gesto que habían tenido para conmigo y la nena, claro esta.






Cuando sali de ducharme no tarde demaciado en meterme dentro de la habitación que compartía con Pablo. Pese a sus intentos de arreglar las cosas todavía no estaba todo bien completamente, pero me pidió que siga durmiendo con el por si a mitad de la noche necesito algo. El quiere estar cerca para lo que sea.




Me senté en la cama y me tome la panza cuando sentí una fuerte patada. Respire hondo, tal como había leído en revistas y libros para embarazadas. En lo que pasaba mi embarazo no había ido a ninguna clase de preparto, no tenia ánimos para ese tipo de clases. Tengo que obviar la parte donde las mujeres de la casa quisieron llevarme igual aunque no lo lograron.




-¿Estas bien? - Pablo se arrodilló a mi lado al verme sosteniendo la panza y respirando lentamente.



-Si, solo que pateo y me agarró desprevenida - como suele pasar muchas veces - ¿Los padres de Bruno siguen en la cocina?




-Si, Flor les ofrecio algo para tomar y ellos preguntaron - se quedo callado unos segundos - bah, en realidad avisaron que lo van a esperar hasta que llegue porque quieren hablar con el.




-Creo que lo que menos hacen es venir a hablar con el - Murmure - Ahora que lo pienso, Brunito nunca hablo de su familia. ¿Porque sera?




-Tendra sus motivos amor...digo, Bian - Sonrei cuando agache la cabeza para centrar mi mirada en la panza - todavia no me acostumbro a que seguis enojada conmigo.



-Eso te pasa por tonto - Lo mire a el - a mi tampoco me gusta estar enojada con vos, pero ponete en mi lugar. No fue una linda imagen ver como te comias a la fea esa - Me miro fijo - Y si, es horrible la piba. No tiene comparacion conmigo.



-Me encanta cuando te agrandas - Se acerco un poco para dejar un beso en mi mejilla - ¿No podemos cambiar la mejilla por tus labios? Es que los extraño.



-No, sigo enojada yo - Gruñe mientras lo despeinaba - pero te acepto que le des muchos mimos a la panza, que le cantes a la nena y que me hagas mimos en el pelo para que me pueda dormir a la noche - Enumere con mis dedos. Pablo arqueo una ceja mirandome divertido.



-Claro, la señorita no me deja que le de besos en los labios pero si que le complazca todos los gustos - Ironizo. Golpee mis labios suavemente contra los suyos. Claro que no perdio oportunidad y me tomo desde las mejillas.



-¿Ahora si? - Sonrei en sus labios. Es que no dejaba que me suelte.



-Un poquito mas - Me beso el ahora - La nena tambien quiere esto.



-¡Chanta! - Rei - Aunque seas un boludo te amo.



-Yo tambien te amo, chispita.



-Igual sigo enojada con vos - Me aleje - asi que segui remandola.



-Ah no, ¡Vos sos bipolar Bianca! - Gruño mientras se paraba - ¿Y si te compro un kilito de helado?



-Por eso te quiero tanto.



-Dijiste que me amabas.



-Eso fue antes, ahora te quiero - Le saque la lengua antes de empujarlo un poquito desde su panza. Me pare y camine hacia el ropero.




···


Por cuestiones de tiempo (tengo varias historias a la vez) voy a borrar la de Ni principes ni princesas (que todavia no arranque pero va a tardar un poco mas de lo esperado en empezar) y la de Secretos del pasado (Vignaedo) porque hace tiempo no subo nada en esa y ya no tengo tiempo de sentarme a escribir tantas a la vez.


Mas adelante voy a retomarlas, seguramente la vignaedo tenga otro rumbo, y asi sera completamente diferente. Perdonen por las molestias!


Tati.





Under the same roof 2 © Where stories live. Discover now