— Puedes llamarme como quieras, Tonks —sonrió— estamos en confianza.

— Claro —afirmó efusivamente con la cabeza.

Es un caso perdido. Aunque no me lo quiera admitir, sé que Nymphadora comenzó a sentir cosas por Remus. A decir verdad, sería raro pero a la vez me encantaría que ambos estuvieran juntos. Seríamos como una pequeña y feliz familia.

— ¿Por qué usted no tiene pareja de baile, señorita? —habló alguien detrás de mí. Me giré y me encontré con la cara de Fred mirándome confundido. No pude siquiera decir algo porque me arrastró hacia donde estaban Remus y Tonks para bailar nosotros también.

— ¿Y si yo no quería bailar? —dije riendo mientras Fred me hacía girar un par de veces.

— Lamento informarte que ya lo estás haciendo y te ves muy feliz por ello —comentó— aunque no creo que te dure mucho la alegría.

— ¿A mí? —Dije alzando una ceja— ustedes deberían preocuparse más.

— Oh —Fred se frenó en seco— ya veo que nuestro último año en Hogwarts será una batalla campal. No te dejaremos en paz. ¿Lo sabes, verdad?

— Lo sé. Y deberían saber que yo tampoco los dejaré en paz.

Sentí un leve jalón en mi brazo y de pronto estaba caminando, o mejor dicho siendo arrastrada de nuevo por Fred, hasta donde se encontraba su hermano.

No lo había visto, pero había entrado a la biblioteca y estaba apoyado contra una de las paredes mirándonos bailar. Fred me dio un pequeño empujón hacia él y para no caerme de bruces coloqué mis manos en su pecho.

— Lo siento —dije apenada quitándome de encima de George.

— Creo que tienes una nueva pareja —dijo Fred sonriendo. Pasé mis ojos de él a su hermano y viceversa. Quería ver si me entendían que iba a ser un poco incómodo bailar con George, pero ninguno de los dos pareció captar eso. O quizás no les importaba.

George me tomó de la mano. Casi como por arte de magia, vi pasar a Sirius (más bien lo vi ir trotando) hasta las escaleras. Había estado desaparecido los últimos días y lo veía de vez en cuando si iba al baño de mi piso.

— Disculpa George, tengo que hablar un momento con mi tío —dije evadiendo tener que bailar con él. Fred rodó los ojos y George nada más asintió con la cabeza. Me solté de él y me aparecí en la planta alta de la casa, justo frente a mi habitación. Sirius estaba a punto de subir el último tramo de escaleras.

Cuando por fin llegó al final, me interpuse en su camino para que no se encerrara de vuelta en su cuarto.


— ¿Sucede algo? —preguntó.

— Más bien tendrías que hacerte esa pregunta a ti.

— Estoy ocupado Isadora —dijo intentando escapar de nuevo. Me coloqué en la puerta de su habitación y resopló resignado.

— ¿Es porque nos vamos? —murmuré.

— Fue un verano muy lindo, sabes. Estar rodeado de tanta gente...

— Tenemos que ir a Hogwarts —dije apenada— pero volveremos. Pasaremos las navidades contigo. Y luego, yo ya no iré más, podré venir a visitarte todos los días... no te dejaremos solo —Sirius afirmó con la cabeza y se quedó callado unos segundos.

Seguro que todavía no le gustaba la idea de que todos los jóvenes nos fuéramos de la casa. Mucho menos que Harry y yo no estuviéramos cerca de él... pero así es la vida, y no siempre se obtiene lo que uno quiere. Sirius tenía que comprenderlo. Probablemente él lo sabía muy bien.

Una Black de ojos violetas ➳ (George Weasley)Where stories live. Discover now