Capítulo 80

549 58 40
                                    

Abrí la puerta del cuarto de mi prima Tonks en casa de tía Andrómeda

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Abrí la puerta del cuarto de mi prima Tonks en casa de tía Andrómeda. Artie esperaba ansioso en la sala de estar a que alguien saliese de allí, fuera quien fuera de las tres mujeres que estaban en la habitación. Remus en cambio estaba dando vueltas por todo el lugar, de acá para allá. De seguro que mi hermano no pudo lograr calmarlo.

Y era entendible.

No todos los días uno se convierte en padre.

— Rem, ya puedes entrar —dije con una sonrisa en el rostro.

Mi padrino caminó con cautela hacia mí, aun confundido, pero con cierta serenidad que hacía ya muchos días no había notado en ninguna de las personas que estábamos en esta casa.

— ¿Ya nació? ¿Se encuentran bien? —me susurró.

— Sí, están esperándote —le di una palmada en la espalda y dejé que entrara dentro de la habitación con su esposa, su suegra y su nuevo hijo recién traído al mundo; Edward John Lupin.

El rubio que se encontraba en el sofá de la sala me sonrió, aliviado. Yo le devolví el gesto.

— En un rato podrás verlo tú también —murmuré sentándome al lado de él con pereza, estirando mis piernas hacia adelante, exhausta por todo el trabajo de parto.


Si bien yo no había parido, tuve que ayudar a Tonks y a la tía Meda.

Y fue una experiencia algo rara y que no volvería a repetir estando de ese lado de la acción. No estaba preparada para ser partera, ver tanta sangre y cabezas de bebés saliendo por...

En fin... no era lo mío.

Pero no quedaba otra opción el día de hoy. El bebé se adelantó una semana a su fecha de parto y no pudimos conseguir llevar a Tonks hasta San Mungo a tiempo. Hubo que improvisar.

Y siendo las únicas dos mujeres presentes Andrómeda y yo, hubo que ponerse manos a la obra. Por suerte teníamos a la magia de nuestro lado y entre todos ya nos habíamos preparado con varias pociones relajantes y cicatrizantes por las dudas de que algún contratiempo ocurriese.

Claro que fueron órdenes de Nymphadora. Tan precavida ella, que hoy había dado frutos su actitud de la cual siempre me burlé.


— Tiene pelo azul —dije riéndome. Artemis me miró sonriendo otra vez y negó con la cabeza.

— Cuando crezca llamará la atención de muchas chicas.

— Sí, tenlo por seguro.

— ¡Oh! —Artie se levantó del asiento— Debemos avisarles a los Weasley. Se pondrán felices por las buenas noticias.

Mi hermano caminó hasta nuestra "habitación" improvisada que teníamos hace meses en el salón de estudio. Volvió con un azulejo pequeño en la mano y se sentó otra vez en el sofá.

Una Black de ojos violetas ➳ (George Weasley)Where stories live. Discover now