El ladrón de mi diario.

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¿Sabes esa sensación cuando metes las manos en el bolsillo y no sientes el móvil? Te da un vuelco el corazón, empiezas a pensar donde lo has dejado y por qué no lo encuentras mientras sigues rebuscando en vano. Repasas mentalmente todos los lugares donde lo has podido dejar y de repente te percatas de la realidad, lo has perdido o peor aún te lo han robado. No es que a mi me robasen el móvil, mucho peor que eso. Había perdido mi diario. Después de eso me encontré entre una multitud de gente para recuperarlo.

Técnicamente no era un diario al cien por cien. Había más dibujos y fotos que palabras. Algunas personas se expresan cantando, componiendo, otras prefieren el teatro, escribir etc. Yo sin embargo utilizo el dibujo como medio de expresión. Con tan solo un lápiz puedo plasmar en un momento mi realidad, y mediante ese dibujo puedo expresar lo que veo, lo que siento. Es uno de mis talentos, por no decir el único.

Me llamo Laia para empezar. Soy bastante normal, tengo 16 años, voy al instituto y soy algo despistada. Esa es la razón principal de que el jueves a la salida me hallase corriendo por el parking del instituto con la bandolera al hombro, un gran carpetón en el brazo y mis converse negras golpeando fuerte contra el suelo. Había perdido mi diario de alguna manera entre la hora de la comida y ultima hora. Me había vuelto loca buscando y quejándome por todo el instituto. Había descubierto que me lo había dejado en la clase de literatura e incluso fui a interrogar al profesor (bastante amable y comprensivo) que me dijo que uno de los chicos de mi clase se lo había llevado y que probablemente me lo devolvería al día siguiente. Pobre e inocente profesor de literatura. Éramos 37 alumnos, más o menos la mitad chicos, y más o menos todos el tipo de chico que no devolvería un diario. Entonces ya resignada y malhumorada salía por la puerta principal y de casualidad lo vi. Vi mi diario portado por el autor del crimen. Supuesto crimen, ya que en realidad lo había perdido yo.

Y esa es la explicación de por qué demonios corría entre una multitud de adolescente un jueves por la tarde dando codazos a diestro y siniestro y sin prestar atención a los gritos de protesta.

El ladrón de mi diario.Where stories live. Discover now