Detention

362 51 60
                                    

Llegué a la escuela con la cara llena de maquillaje para disimular los golpes. El día anterior Mikey había llegado tarde a casa, y aún más tarde Donna, así que no preguntaron por mí, lo cual era bueno.

Entré rápidamente al salón sentandome en el rincón, luego me puse la capucha y me perdí en mis pensamientos; no podía concentrarme, así que rogué por que no me llamaran a responder algo, mientras copiaba lo que el viejo señor que dictaba economía copiaba en el tablero.

El día era aburrido, demasiado, el horario de clases era el peor de la semana. Suspiré y me levanté del asiento pesadamente. Me dolía todo.

Me senté al fondo de la otra clase, de repente ví que Frank entraba al salón, me removí en mi asiento nervioso. Volteé a ver las patéticas flores con la tarjeta. Sería estúpido darle esas flores.

Empecé a debatir si entregarselas o no, pensé en darle otra cosa. Pero no se me ocurrió nada mejor, no es como sí supiera tratar a las personas.

Él estaba sentado sólo a unos puestos que yo, miraba con cara de asesino a todos los que se le acercaban, lo que me pareció gracioso, pero, aunque no iba a hablarle nunca, me cuidaría de que me dedicara esa cara de odio, que al parecer se la dedicaba a todos los que pasaban; ni lo miraban, pero él como que odiaba al mundo.

Vi que quitaba la mirada de una chica que estaba en otro asiento lejos de él, la chica de pelo negro y piel pálida le mandó un beso al aire, con lo que él respondió levantandole el dedo medio.

Mis memorias me llevaron al día de la heladería, la chica, su novia, debía ser ella.

Frank se recostó en su asiento con los brazos cruzados y su cabeza sobre ellos. Si me apuraba y le dejaba las flores al lado y corría de vuelta a mi asiento no me vería.

Junté el valor que no tenía, no sabía de donde lo había sacado y me acerqué a él. Al ver que él no se movía ni nada, que no notaba mi presencia, le dejé las flores al lado y corrí como el cobarde que era. Me senté en mi asiento e hice como si nada, aunque fue un error salir corriendo. Al principio pensé que no me había notado porque seguía en su posición inical, pero soltó una risita y sin levantar la cabeza del puesto cogió lo que le había dejado. Rogué que no entendiera mi letra, que no recordara mi nombre, que no supiera que estaba cerca de él y sobretodo, rogué que no me volteara a ver.

Obviamente volteó y me saludó con la mano. Yo me puse completamente rojo y le dediqué un intento de sonrisa, lo que salió como una mueca de terror. Él me sorió y señalo las flores musitando un gracias. Yo asentí y me volteé rápidamente mirando a la pared, eso se debía ver muy estúpido, pero no sabía que hacer.

Con mis manos cogí la capucha que tenía puesta y la halé lo más que pude, como si ésto me fuera a hacer desaparecer. Volteé a mirar a Frank disimuladamente, quien estaba sacando algo de su mochila. Pronto vi que era una botella de agua, donde puso las flores para que no murieran, mas acarició y volteó a mirarme con una sonrisa. Abrió los ojos enormemente al encontrarme mirandolo y noté como se removía nervioso en su asiento. Yo giré lentamente la cabeza hacia el tablero para disimular, en lo que obviamente había fallado; sentía mi cara arder.

Miré a la chica, la que parecía que era la novia, bueno, ex novia de Frank. Ella estaba mirando enojada las rosas que tenía Frank en el puesto, miraba la botella de agua fijamente como si fuese a derretirla. Frank las volvió a acariciar, me sentí extraño y volví a mirar a la chica que no despejaba los ojos de las flores.

Al acabarse la clase recogí mis cosas rápidamente. Esperaba no haber dejado nada en el puesto, pero necesitaba salir rápido de allí. Cogí la mochila y salí caminando rápido mientras escuchaba que cierto chico me llamaba.

The World Is Ugly (But You're Beautiful To Me) -Frerard-Where stories live. Discover now