CAPITULO 14

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-¡Helena! -Gritó mi madre exagerando en la euforia- que alegría tenerte de nuevo en casa hija, te he echado de menos, no sabes todo lo que hemos pasado, pero gracias a Dios estas de regreso.

-Madre estoy tan feliz de verte, no sabes cuanto te extrañe, no sabes cuanto desee este momento.-dije helena lanzándome a sus brazos para  llenarla de abrazos y besos-. Tengo que reconocer que no anhelaba tanto un momento como este, deseaba volver  a casa pronto. Y aunque no logré por completo lo que pretendí al alejarme, no me arrepiento de haberme marchado cuando lo hice.

-Leandro, te presento a mi madre; madre, él es leandro, mi prometido de quien te había hablado en la carta. 

- Un placer conocerla mi lady, no sabia que era tan bella, y menos que su hermosa hija le había platicado de mi -dijo leandro mientras hacia una venia delante de amelia-, espero de corazón llenar todas sus expectativas y serle de mucha ayuda.

- Mucho gusto joven, siéntase bienvenido, que la estadía en esta casa sea de su total agrado (-respondió mi madre como siempre, muy cortés, pero inquieta-

-¡Oh!, lo sera mi lady,pues tendré a mi lado a su hermosa hija.

-Nadie sabía el desespero tan enorme que sentía al escuchar semejante cosa, pero todo tenía un propósito. Aunque mi madre me conocía bien, y sabía que algo no estaba a la perfección, sabía que algo me hacía ahogar, y podía ver en su cara el mismo sufrimiento que padecía yo.

-Susi, puedes instalar al joven en un cuarto, yo debo resolver un asunto pendiente.. ¿hija, quieres acompañarme un rato? -me dijo mamá tratando de ayudarme a escapar del laberinto en el que me estaba mentiendo.

-Claro madre, déjame tomar mi abrigo, hace mucho no compartimos tiempo juntas.

Mi madre y yo partimos con prisa y por fin salimos del incómodo y estresante momento. Para mí, esa había sido una bendición, y sé que mi madre sentía alivio de verme respirar con tranquilidad. 

camino al parque hablamos de todo lo que había pasado y de lo que estaba por pasar...

-Madre hay algo que debo decirte.  Ya que leandro ha venido, camino acá propuso casarnos pasado mañana, tiene mucha prisa, realmente no se por qué, él me dice que así puede comenzar a ayudar a la familia mucho mas pronto. Sinceramente detesto la idea de estar casada con alguien a quien no amo, odio profundamente  la idea de permanecer al lado de alguien que no sea..... ya sabes quien, pero sé que es mi deber; así que he aceptado.

- Helena!! -habló escandalizada mamá- es muy pronto, ni bien han llegado y ya se casan.   Como tu madre, tengo que ser sincera contigo... ese hombre me causa desconfianza, hay algo en él que se me hace familiar, tiene algo en su mirada que da terror, y su presencia, es algo que ni siquiera soporto. apenas si lo conozco y ya lo aborrezco, no imagino como tu has tenido que arreglártelas para estar con él durante todo el viaje.

-Lo sé madre, a mi tampoco me gusta la idea, y al igual que tu, siento que tiene algo extraño escondido, es como si sintiera que alguien me vigila cuando estoy con él, aunque llevamos tiempo compartiendo no he podido descifrarle, es muy misterioso, pero también es buena persona, es amable y creo que esto son solo ideas locas nuestras, solo dale tiempo.

-Esta bien hija, confiare en ti, ahora, debemos organizar todo para pasado mañana. iremos a la iglesia a hablar con el padre domenico mañana temprano y a probarte tu vestido.

- No madre, por el vestido no te preocupes, lo he traído desde Italia, ha sido un detalle por parte de leandro. pero si quieres puedo probármelo en casa apenas lleguemos.

-No, mejor mañana el la casa del padre mientras hablamos con él. Así el también te vera y te dirá si esta bien o mal, confió mucho en su opinión, es alguien muy sincero, a demás domenico es como familia nuestra, y sabe la ilusión que me hace el verte casada.

Durante esa tarde mi madre y yo continuaron caminando y hablando como nunca antes lo habíamos  hecho, ambas nos extrañábamos como a nada en el mundo.

mientras tanto antonny había ya regresado a la casa sacerdotal.

-¡Antonny, no sabes cuanto me alegra el tenerte de regreso!, me he preocupado mucho por ti, sabes que te quiero mucho, eres como mi familia en este pueblo, y me quedaría completamente solo si algo te pasara, Gracias a Dios estas bien y estas aquí, dame un abrazo muchacho (le dijo el padre domenico a antonny).

-Padre, no sabe la alegría que me da volver, extrañaba todo de este pueblo, y usted padre.. usted que me ha ayudado tanto como le voy a abandonar, Dios me tiene para cosas importantes, lo sé. de no ser así..... otra seria la historia, Pero gracias a Dios estoy de regreso.

la alegría entre ellos se notaba, pues eran muy buenos amigos, casi familia como había dicho el padre.

y así se paso el día, Helena compartiendo con su madre y antonny  con el padre, ayudando  y poniéndose al día con todo lo referente a la parroquia.

-Bueno, ustedes me disculparán pero estoy exhausta, así que iré a mi cuarto. Les deseo una noche linda-Dije a todos mientras me ponía de pie para abandonar el comedor- 

Mientras caminaba a mi cuarto, no dejaba de pensar en lo que se acercaba, mi boda, una unión que yo no deseaba.

Antes de ir a la cama, desempaqué toda mi ropa y de una bolsa tomé  el hermoso vestido blanco que leandro me había regalado, era algo sencillo, pero bello. y para mí,no tenia ningún significado, ese vestido seria solo un recuerdo del sacrificio que  haría por mi familia. Me balanceaba de un lado al otro mirando al espejo, y solo lloraba de pensar que no seria antonny con quien compartiría el resto de su vida. Hacía mucho que no lloraba, me había jurado nunca jamas hacerlo, realmente me había vuelto una mujer dura de verdad, no había nada ya que me hiciera derramar una lagrima, y aunque en ese momento quería que mi llanto fuese solo interior, algo que nadie podía percibir, la situación ganaba a todo lo que yo me había propuesto. Después de esa noche estaba segura  que nada ni nadie me haría llorar de nuevo.... o eso era lo que creía. 

Dame EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora