CAPITULO 8

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Después del baile pasaron dos semanas y antonny y yo no nos habíamos vuelto a cruzar. Varias veces mi madre me había pedido acompañarla a la iglesia pero siempre me negaba. temía que después de haberle casi que confesado a él lo que sentía simplemente no quisiera verme, y con razón, tenía todo el derecho, es más, si me dijera que me odiaba yo lo aceptaba sin reproche alguno, era yo quien estaba interfiriendo en su camino y eso era algo que él no se podía permitir. Pero después de pensarlo, de varias noches en vela dando vueltas en mi cama, decidí que era el momento de hacerle frente a esto.Yo no podía pretender quedarme encerrada en casa siempre por no tener la valentía para darle la cara a antonny y esclarecer  de una vez lo que pasaba. Aunque francamente estaba muerta del miedo, pero tenía que verlo, así él no quisiera cruzar ni una palabra conmigo necesitaba verle y saber que había pasado con él después de esa noche.

Traté de salir de casa sin que nadie notara mi ausencia, corrí a buscar el coche pero como siempre papá se había marchado en él, no tuve más remedio que cabalar hasta el pueblo. Con mucha prisa, ero sigilosamente llegué hasta mi yegua la monté. Salí de casa y no paré hasta llegar a la iglesia. Mis manos estaban heladas, no paraba de temblar, hasta la garganta se me estaba comenzando a secar, pero no había marcha atrás, ya estaba aquí y tenía que hacerlo, no podía arrepentirme

-de seguro me aborrece, debe pensar que soy una cualquiera, que no me valoro y que solo busco a los hombres por interés, no debe  siquiera querer verme  -Pensé mientras me paraba frente a la puerta de a iglesia-. No debí ser tan impulsiva, ay no, en que estaba pensando cuando le dije todo eso.

Mientras entraba a la iglesia noté que solo había una persona, pero claramente no era antonny, era imposible que él entrara en el confesionario sin haber siquiera una persona a la cual confesar. Supuse entonces que era el padre doménico y de inmediato decidí confesarme. Jamás pondría en evidencia a antonny, no diría jamás que es a él a quien quiero, pero necesito hablar, necesito soltar esto que me está ahogando y que mejor que las palabras sinceras de un buen amigo y sacerdote. Necesitaba ayuda y no había nadie mejor que domenico para eso

Lo que helena no sabía era que a antonny le gustaba estar en el confesionario cuando necesitaba pensar, se sentía en paz, en silencio, no podía ser molestado por nadie, era el lugar en el mundo en el que la tranquilidad reinaba.

- Padre he pecado -dije escuchando un suspiro del otro lado-

Ahí estaba ella, esa voz estremeció a antonny por completo, su corazón se acelero, y entonces, decidió hacer lo incorrecto, pero de lo cual se lamentaría si no lo hacia... escuchó atento y en pleno silencio.

-Sé que no es apropiado que una señorita como yo se enamore de un hombre comprometido, pero padre, no es uno dueño mismo de su corazón, es dueño quien con una mirada desnuda el alma, es dueño quien con una palabra borra lo malo y calma esa sed de cariño. tengo muy claro que a toda costa es algo prohibido, que de ningún modo puede haber algo, pero¿ cómo luchar contra el corazón?, padre ¿ cómo controlo esto que siento, como dejo de pensar en él, cómo dejo de mencionar su nombre en cada suspiro, cómo dejo de soñarlo, como padre? -Dije con la voz casi quebrada-  Él no es un hombre comprometido como todos, su compromiso es mayor, esta comprometido con Dios y con la iglesia, sé que toda su vida esta entregada a ello, y no quiero ser yo quien lo ponga en un dilema. Sé que es apremiante decir que lo amo, pero no encuentro otra palabra para definir lo que siento, no es cariño, por que eso es lo que siento por cualquiera de mis vecinos, ni es aprecio, porque eso es lo que siento por usted, no es solo afecto; afecto siento yo por cualquiera de mis amigos, por un conocido, pero por él, siento amor. es el único que me ha hecho cambiar, el único que ha encendido en mi una llama que creí ya extinta, el único que en un par de semanas me ha hecho romper mis propia reglas. Me hizo querer, me hizo amar, me hizo hablar de mis sentimientos, me hizo soñar  con un futuro, dígame usted padre ¿estoy equivocada? ¿no es eso amor?

Dándome una gran sorpresa, salió del confesionario quien yo menos esperaba, la persona por la cual y había asistido inquieta a  ese lugar

-Dime que todo lo que dices es verdad helena, dime que sientes por mi lo mismo que yo, dime que no es un sueño y que este amor que sentimos es algo real. -me dijo antonny tomándome por los brazos-

- ¡Antonny! - Respondí  con un tremendo susto mirándolo a los ojos- Es inevitable negar lo evidente,  es verdad, me he dado cuenta de lo mucho que  te amo. En tan poco tiempo he logrado amarte  y siento que esto me quema por dentro, quiero controlarlo, no te imaginas cuanto lucho para comprimirlo pero no sé cómo, no puedo. perdón por amarte de una forma desmedida y egoísta.

Dame EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora