CAPITULO 3

1.5K 123 1
                                    

El tan nombrado día llegó, un día esperado por todos menos por mi. Francamente, el tener una fiesta y mostrarme ante todo pueblo rico, exponerme  a muchas más críticas de las que ya recibo y arriesgarme a ver a gente no deseada  no me llenaba mucho de emoción. 

Aunque algo había cambiado el día anterior, La realidad era que no había parado de pensar  en aquel joven cura  que tan extrañamente me había movido algo. Lo único que me hacía tener ansias por que la noche llegara era saber que lo volvería a ver.

¿Ustedes creen que no sabia en lo que me estaba metiendo?, por Dios, si que lo sabía, tenía claro  que algo con él era imposible, algo peor que mal visto, era la decepción para mi familia, eso si  era peor que tirarle la corona a la reina Isabel. Pero aun sabiendo eso aquella noche  no paré de imaginar  hasta el mas mínimo momento con él hasta quedarme profundamente dormida.
No entendía por que una persona como él me había despertado algún sentimiento. A mi, que me había jurado nunca más sentir algo por cualquiera que se me acercara, él era un perfecto  desconocido, con quien apenas si habían cruzado un par  de palabras y no mas que un ligero saludo y sin embargo mi corazón lo sentía como algo indispensable

Pronto amaneció y Justo cuando abría los ojos entraron al cuarto mi madre, y mis dos hermanos, Alana y Andrus cantando una hermosa canción de cumpleaños, con un pequeño pastelillo y flores. Esa era la clase de sorpresas que realmente valoraba, era eso lo que me hacía verdaderamente feliz, yo no necesitaba de ostentosas fiestas para sentirme completa, solo los necesitaba a ellos a mi lado siempre, era esa la manera perfecta de comenzar un día... o eso pensaba

-¡helena hija, feliz cumpleaños! Sabes que te amo y que siempre voy a estar para ti cuando lo necesites -me dijo mi madre dándome un asfixiante pero acogedor abrazo-

-gracias madre, yo también te amo, pero no debiste haber preparado una ridícula fiesta, sabes bien que no me hacen gracia y esto tan lindo que están haciendo no me hará cambiar de opinión respecto a lo que planeaste para la noche

- hermana querida- me dijo Andrus revolcando un poco mi cabello- ni el día de tu cumpleaños dejas de llevar la contraria, deberías solo  disfrutar, ¡disfruta mi pequeña busca pleito! -gritó mientras me abrazaba

- si helena, hazlo, a demás míralo por el lado bueno, conocerás gente, muchachos y quizá el amor de tu vida  

y ahí estaba la pesada de Alana, siempre tocando el tema que yo más odiaba, sabían lo que aborrecía hablar del amor y sin embargo se empeñaban en mencionarlo

-  Alana, ya sabes qué pienso acerca del amor y también sabes que es el tema en esta habitación está completamente cancelado ¿Cuántas veces debería recordártelo?

- pero hija, tu hermana tiene razón, ya es hora de que le permitas a alguien entrar en tu vida, no puedes quedarte metida en el pasado.

- madre por favor basta -pedí comenzando a exasperarme- ni siquiera el día de mi cumpleaños pueden dejar de lado el tema, se los he dicho incontables veces y sin embargo continúan, no me pidan que tenga buen humor después de que ustedes mismos hacen lo posible por dañarlo. Les pido que  de mi cuarto, debo prepararme para ir a desayunar. De verdad muchas gracias por los presentes, ha sido todo muy hermosos, pero por favor no hagan insoportable este día, ya bastante tengo con la fiesta que se aproxima.

Tratando de evitar a toda costa los reproches de  mamá en defensa de Alana y sus tonterías, me tiré de la cama y casi corriendo salí al balcón cerrando a mi paso el gran ventanal que nos separaba dejándolos en mi cuarto quizá con mil palabras por decirme, no podía soportar más las tonterías de mi hermana, parece que a pesar del tiempo siempre va a empeñarse en recordarme el pasado.

Después de asegurarme que ya todos habían salido  del cuarto y cuando por fin logre estar sola regresé a mi cama. Estaba realmente molesta por los comentarios de mamá y mi hermana. El pasado era algo que me había dejado destrozada, no quería recordar, y si de mi dependiera borraría todo aquello que una vez me hizo sufrir. Estaba llena de ira, necesitaba calmarme, aunque traté de controlarme cuando Alana hizo sus comentarios mi corazón sentía una profunda rabia, por respeto a mi madre me contuve, sin embargo mi humor no era el mejor,  si continuaba así seguro explotaría en el momento en que viera a las causantes de que mi día comenzara con un puñetazo en a cara.

Mientras daba vueltas por mi cuarto tratando de relajarme, como si de magia se tratase vino a mi mente él, Antonny, esa mirada, esa sonrisa, no se podía negar que algo de entusiasmo tenia por la fiesta, un entusiasmo que solo él había despertado.

Dame EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora