A dos tiempos

1.6K 145 34
                                    

Al llegar a la entrada de la aldea la veo.

Esta sentada en el escalón superior de la entrada, le avienta piedritas al gato de Prim.

—¡Vete! — el gato le bufa— esto es mío, lárgate.

Ella trae una de las galletas que suelo dejarle en la mesa

—¡Vete feo gato!— ni de cerca le da al pobre buttercup, lo que demuestra que en realidad solo lo hace para molestarlo.

—Estas retándolo— le digo haciendo que me mire. —Que te hizo para ganar tu enojo.

—Quiere comerse mi galleta.

—Vaya, y eso se ha ganado, entonces me da miedo saber lo que me harás cuando te lo diga.

—¿Decirme que?

—Que te amo con locura, que siempre te he amado, que no hay día ni noche que no piense en ti. Que eres todo y más de lo que soñé. Que es perfecto, cada cosa, cada tropiezo, cada enojo, cada sonrisa y cada beso.

Sus ojos cambian, de duda a alegria y de inmediato a cautela:
—Peeta yo...

—Lo sé, lo leo en tus ojos, en este instante, lo he sabido desde hace tiempo, tu secreto está salvo en mi corazón, en mis ojos, en mi alma. —me hinco frente a ella — Me amas. —Sonrío.

—Lo hago— responde mirándome a los ojos.

Me acerco a besarla, y en ese beso dejo de lado todo aquello que nos ha hecho daño.

Hay verdades irremediables, irrevocables, fervorosas y apasionantes. Y vivir dentro de una es el paraíso mismo.

Entramos a casa, y mi camino es ese sofá, tan tentador y objeto de tantos deseos reprimidos y desenfreno después de unas cuantas palabras.

Katniss me abraza, me aprisiona en carne como lo ha hecho en mi alma.

Juntos llevábamos a cabalidad pecados profanos que pierden el nombre cuando de amor se bañan.

Y ser supremo que debes saber mi anhelo y escuchas mi alma, sabes que la amo más de lo que mi mente y vocabulario expresa. La amo.

La amo

La amo

—Te amo— en voz alta para que cada rincón de la casa lo sepa.

Beso cada rincón de su cuerpo, su vientre que aún está plano a mi tacto, pero que dentro guarda una promesa. Amarlo con locura por ser hijo de ella. Pensar que me importó cuando escuche 12 semanas, que importa de quién sea, es de ella.

Ella

—Te amo— dice en voz alta y mi cuerpo reacciona de una forma desconocida.

Nos amamos.

Y si entre tus brazos me pierdo, pido que no me encuentren que jamás he estado tan feliz de encontrarme perdido.

A dos tiempos.
Al suyo y al mío.

A dos corazones
A un solo latido.

———————————

Los días pasan en un parpadeo.

Su vientre ha empezado a hacer acto de presencia no demasiado, yo diría no suficiente.

Su crecimiento es la copia fiel de nuestra pasión como esposos.

Justo como hoy

—Venía a buscarte.

Dice sin apartar su mirada de mi.

Vine al pueblo ya que ocupábamos alcohol para Haymitch y comida para nosotros, no salimos mucho, nuestra casa nos gusta para amarnos a nuestras anchas.

Yo me pierdo en sus ojos en cuanto me mira pero levanto los ojos de sus facciones al sentir las miradas curiosas de nuestro entorno.

No disimulan estar viendonos, una señora me sonríe sin ocultar que nos observa. Me parece curioso no entiendo mucho el motivo.

Hasta que me doy cuenta que Katniss sostiene mis manos pero yo las tengo aprisionadas en mi pecho y ella esta casi pegada a mi, tengo 2 botones superiores de la camisa abiertos, gracias a que ella los esta desabotonando y parece ignorarlo.

Sonrió logrando un reflejo similar en ella, me devuelve la sonrisa.

—Kat, no quiero que creas que me molesta lo que estás haciendo.

Ella levanta sus cejas confundida terminando de desabotonar el tercer boton.
—de hecho me gustaría que desabotonaras el siguiente, pero estamos en medio del distrito y seria muy vergonzoso que vieran lo mucho que me excita que me desnude mi esposa.

Ella abre los ojos mas y no puedo quitar esta boba sonrisa.
Tuve cuidado de no hacerla pasar más pena, diciendo que la verían como la mujer que no se sacia o algo así.

—No me di cuenta— murmura queriendo zafar sus manos de mi agarre.
Yo la jalo y la rodeo con los brazos para sostenerla contra mi pecho. Beso su coronilla.
Ella hunde mas su cabeza y de pronto da un brinco y se retira.

—¿Que...?

—Pensaran que me acerque a besarte el pecho o tocarte sin que se notará ooohh...

Me rio de su pequeña histeria.
Le tomo la mano mas fuerte y la jalo un poco para que siga mis pasos.

—Vamos, ya dimos mucho de que hablar hoy.

—Diran que tu y yo tenemos....

—Tenemos sexo— digo sonriendo— creo que eso ya lo suponen, aunque seria mejor que pensaran en que hacemos el amor.

Ella se pone roja y mira a su alrededor, imagino que teme nos escuchen.

—¡Peeta, es embarazoso!

—Eso no nos preocupo cuando lo hicimos en ese cobertizo a plena luz de día.

Ella me mira con unos ojos que quiere traslucir enfado pero la sonrisa que intenta disimular no ayuda en su propósito.

Un par de mujeres que están cerca nuestro se rien, han escuchado eso último.

—No digas en voz alta.

—no soy envidioso, puede que alguien esté interesado en llevar a su pareja a ese lugar, esta bien resguardado.

Digo  en voz un poco mas alta y las mujeres ahora sí ríen sin esconderlo.

—Es el cobertizo que esta pegado a la carpintería —dice Katniss sin mirarlas a ellas pero con claras referencias.

Me sorprende su comentario. Me sonrio orgulloso de su pequeña muestra de su real naturaleza.

Caminamos tomados de la mano muy fuerte.

Ella me ama y lo que venga despues sera soportable.

Llegamos a la aldea sin entretenernos en nada. El camino me parecio largo, estoy ansioso por estar con ella, dentro de ella, ahora que se que no será un acto solo fisico.

Abro la puerta y cruzamos el umbral.

La sensación es irreal, por vez primera esto se siente como hogar, somos un matrimonio en realidad, sin apariencias, sin tontas y cansinas representaciones.

Ella en verdad es mi...

—Te mentí— dice de inmediato y mi mente no tarda en suponer lo peor.

No me ama...

—La noche de la petición — susurra viéndome.

Estoy listo para escucharlo de sus labios

LOS MELLARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora