A mi estúpida manera.

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Capítulo dedicado a D25
Gracias x tus lindos y entusiastas mensajes <3.    :3

Peeta y yo no nos hablamos con el paso de los días.
El se dedica a sus tareas y yo a las mías.

Paso la mayor parte del día con mi madre y hermana, evito por completo ir con Hazelle, le envió todo con Prim. Sé que no me encontraré con Gale, aun así no quiero pararme en esa casa de nuevo.

Me paro fuera de la casa que compartimos Peeta y yo y suspiro. Todos los días tengo que obligarme a regresar, debemos guardar las apariencias o eso me digo, solo es por guardar las apariencias.

La realidad es que cuando llego a casa siento su olor en el aire. Cuando veo la sala miro al sofá que el señaló ofreciéndose a consumar nuestro enlace y sucede lo mismo con la mesa de la cocina.
Y cuando entro a mi recamara las cosas no mejoran. Mi mente reproduce sin cansancio el suave sonido de sus palabras contra mi oído. Mis manos se mueven con memoria recordando la suavidad de su piel contra ellas y mi corazón se emociona solo al recordar su respiración en mi cuello. Su olor es una tortura y su ausencia en mis horas de sueño me duelen como pocas cosas me hieren.

Me paro en la escalera, un sonido de voces proviene de la cocina. A pesar de vivir en el mismo techo no lo he visto desde hace 6 días. Y el sonido es extraño, escucho la voz de Peeta pero no distingo palabras y si no me equivoco el otro sonido es de una mujer.

La intriga me gana. Camino hacía la cocina.

Me paro en seco, una chica rubia esta sobre la mesa sentada y Peeta esta parado con las manos al costado de ella apoyándose en la mesa. Ambos se besan.

Ella hace un sonido muy vergonzoso y Peeta abre los ojos y separa un poco el rostro. Ella lo toma de la camisa para atraerlo de vuelta a sus labios. Él sonríe un poco y sus ojos se mueven encontrándome a mi parada en la puerta de la cocina.

No se aleja de ella; solo se endereza:

-es muy temprano para que estés en casa.

La mujer voltea hacía mi dirección, tiene unos ojos azules retadores,  no se levanta de la mesa, solo me ve sobre el hombro. Ahora la reconozco, iba con nosotros en la escuela, Andria creo que es ese su nombre.

-Lamento importunarlos- respondo sin poder moverme de ahí y despegar mis ojos de la cara de Peeta.

-te acompaño a casa Andria.- dice él rompiendo la conexión.

El nombre de ella es lo que me obliga a volver a verla. Ella ha bajado de la mesa y se acerca a la entrada trasera de donde toma su suéter. Trae un vestido huntado al cuerpo y en definitiva está orgullosa de cómo la hace lucir, sus movimientos son de alguien que se sabe hermosa.

Peeta se coloca su suéter y abre la puerta para que ella salga. Él me ve sobre el hombro y veo sus ojos arrepentidos; pero no dice palabra alguna. Da un paso fuera y mi voz se escucha:

-Entra a la casa.

Peeta se queda parado en la puerta y me mira como si estuviera loca o le hubiese pedido caminar en la luna.

-Ella puede llegar a su casa sola. No necesita tu ayuda.

Sus ojos azules me miran muy fijo y de sus labios, que no dejan de estar en mi mente todo el día susurrándome al oído, escucho un frío:
-Buenas noches Katniss.- finiquita él y cierra la puerta.

El orgullo herido se adhiere a mi carácter explosivo y termino haciendo algo que nada tiene que ver conmigo.

Abro la puerta y los veo a menos de 10 pasos.
Corro para alcanzarlos y él se da cuenta, se detiene.

Ella también se percata de que me acerco y su cara de miedo por mi me provoca euforia.

-Siempre has sido una fácil y puedes revolcarte con quien te plazca, a excepción de mi esposo. Escuchaste- me acerco a su rostro que me mira aterrada.

Peeta me sujeta del brazo para detenerme, debe pensar que estoy por golpearla.

-Pues cuida bien a tu esposo. Si fueses buena esposa él no tendría por qué buscar a alguien más. Debe ser que eres tan fría en la cama, como lo eres en todo lo demás.
Tú no sabes apreciar lo que tienes. Él no te ama, y lo sabes tan bien como yo.

Sus palabras me enfurecen aún más; no sé cómo sucede pero hablo en vez de pegarle.

-Crees que soy fría. Has probado sus labios, sabes cómo es besarlo. ¿Sentiste nacer el calor que sus besos provocan? Ahora imagina que él te besa en todo el cuerpo y el calor se multiplica. No importa que tan fría pueda ser, él lo hace desaparecer. Así que Andria no te atrevas a intentar averiguar lo que es que él te posea, por que donde vuelva a verte cerca de él, ni siquiera sabrás cuando una flecha te quite la vida.

-Estas Loca- dice alejándose de mi y mirando a Peeta detrás mío.-déjala Peeta, eres demasiado para ella.
Merecemos más, recuérdalo.

Se da la vuelta y se pierde por el camino.

Peeta se para a un lado mío y habla sin emoción en su voz:
-¿Cuál es la diferencia entre tú y yo?

Volteo a verlo y su rostro me sorprende, esta enojado.

-hay muchas diferen...

-Tu puedes ir y besarte con quien te place. Te acostaste con Gale no sé cuantas veces y no me interesa averiguarlo. Y después eres tan descarada que llegas a casa y pretendes que nada ha sucedido. Quieres seguir jugando conmigo. No te cansas. Me quieres incado a tu imagen adorándola.
Ya lo hice Katniss, por años estuve a tus pies para ensalzarte y lo único que recibí de ti fue una patada para alejarme. No me quieres como amigo, tampoco como esposo, mucho menos como homb...

Lo tomo del cabello y lo jalo hacía mi boca.

-Ella tiene razón- hablo contra sus labios.

Él trata de alejarse pero yo lo jalo más del cabello para retenerlo. Y sin ninguna distancia entre ambos, susurro:

-Estoy loca. Para no amarte como debería, pero te amo a mi manera. A mi estúpida manera. Y puede bastarte eso o puede no hacerlo, ahora lo sabes.

Lo suelto y regreso a la casa.

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Gracias por sus buenos deseos.

Besos
Lyla

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