Un pequeño Error

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Mis pies van tan aprisa que parece imposible.

No estaba en casa, y debo decírselo.

Mi vista está fija en un punto que aún ni siquiera vislumbro, camino como autómata, sé donde debe estar.

La gente va y viene ensimismada, sin prestar atención a mi andar, sin saber que la persona que pasa a su lado es alguien que a dejado su Alma, en esa pequeña taza que su hermana sostenía.

–Debo encontrarlo — susurro para mi, mitigando el temblor que siento desde mis entrañas y que amenaza con devorarme si lo dejo.

–Katniss— mi nombre resuena, aunque no lo reconozco como mío de primera instancia.—¡Katniss!— el grito viene acompañado con una figura difusa frente a mi.
Aún con ese obstáculo mis pies no se detienen, simplemente lo rodean.

La figura me acompaña
—Espera Katniss, solo me pidieron que te diera un recado— argulle la desesperada voz agitada.

Mis pies me.llevan sin dilación  a mi objetivo. Ni siquiera encuentro mi voz para contestarle.

—El está de este lado— la exasperada mujer me sujeta del brazo y hace que la mire. —Te ha visto bajar por el camino y me pidió que te diga que esta en el mercado. — La chica trata de explicarme y veo sus ojos enojados, sus palabras rasposas me deján claro que no le soy agradable, y que el favor no es por mi.

—Y por qué te envió a ti a decírmelo— argumento con el mismo tono despectivo que ella empleo al dirigirse a mi—Ni siquiera te conozco.–Remato.

—A ti puede que no te conozca, pero a él sí,  y ya que estaba ocupado y realmente preocupado por alcanzarte me ofrecí a venir por ti.

La miro de arriba a abajo, no recuerdo haberla visto en la escuela pero debimos haber sido compañeras porque parece tener nuestra edad.
Es una chica linda, aunque demasiado y mal maquillada.

Ella nota que la estoy evaluando por que se remueve incómoda.

Quizá Peeta y ella... pero no podría ser, qué podría verle  ella es tan sin chiste, demasiado simple...

—Yo también me pregunto que te vio él.—asegura sin pena, haciendo eco de mis pensamientos y mandándo la mirada mas despectiva que es capaz. Deshace el camino andado en el que se vio forzada a perseguirme y veo a unos 5 metros a otra chica que parece  estarla esperando.

Cuando llega a su lado ambas me miran  y alcanzo a notar que hablan de mi, por su manera de señalarme y mirarme con desprecio.

Decido ignorarlas y camino hacia el
mercado.
Pensé que Peeta venía al mercado por las madrugadas junto a su padre, a surtir para la panaderia.

Al llegar a la puerta busco su rubio cabello, no hay mucho movimiento, debería ser fácil dar con él.

No lo veo, paso de largo las tienda de víveres y no esta ahí, quizás...

—Justo detrás de ti

Me hace dar un leve salto, si tuviese el arco sería presa muerta.

—Jamás te escucho acercarte—giro de inmediato y lo veo con mal talante.—Debes dejar de hacer eso.— finiquito y sigo mi búsqueda ignorando la cara de pocos amigos que me ha devuelto.

No logro avanzar mucho cuando el vuelve a hablarme.

—Necesito hablar contigo Katniss.

—Justo ahora no tengo tiempo Gale.— respondo sin detenerme ni mirarlo.

—Creo que a quien buscas es a mi— suelta algo molesto aunque su voz tiene más nostalgia que enojo. Me detengo.

—No. Busco a Peeta.

—Él no está aquí

—No fue él  quién...— empiezo la frase y me detengo  de inmediato. Claro que no fue él, el abria ido a mi encuentro, jamás mandaría alguien, y menos a alguien quien no conozco. Resoplo y regreso a la salida del mercado, debo ir a buscarlo.

—Necesito 5 minutos Katniss, solo eso—eso extiende la mano Gale, forzando a detener mi avance. —No te veo mucho desde aquella noche—Se para frente a mi y se acerca más de lo propio. La gente ahora si que mira, muchos ni siquiera disimulan.

—Tengo Prisa— mascullo mirando de soslayo a la gente.

Gale se da cuenta de mi incomodidad.
—Necesitamos hablar en un espacio menos público, lo que hacemos no es asunto de nadie— grita mirando a los que se han detenido a mirar.

Yo veo a mis espaldas y un par de señoras me evalúan de arriba a abajo.

Gale toma mi mano y me arrastra a una salida pequeña que solemos usar cuando lo que traemos de contrabando no puede ser visto por nadie excepto el destinatario.

Salimos a la verja trasera, un camino muy sucio y lleno de escombro.
Caminamos cerca de 10 metros cuando me exaspera, debo ir hacia la panaderia que era mi objetivo en primer lugar.

—Lo que tengas que decirme no debe necesitar más privacidad que esta Gale.—señaló nuestro alrededor.

El detiene la mirada en la entrada destartalada de una viejo edificio. quizá era un almacén porque es grande y tosco.

—ven— se dirije ahí y se pierde de inmediato en el interior.

No lo sigo de inmediato, pero decido que en cuanto termine  con lo que sea que quiere decirme podré irme. Así que terminó adentrándome en el viejo edificio.

No está oscuro, hay partes del techo que no están, huele a humedad y suciedad.
—Se que tu matrimonio ya no va tan mal como me lo habias dado a entender— dice de inmediato en cuanto ve que entro.

—Eso es lo que no podía decirse en público.— reto para que me diga la realidad de tanto secretismo.

—Trato de cuidar tus apariencias Katniss— no respondo así que sigue— He estado esperando tu visita todas las noches.

Se acerca y me besa. No imaginé que eso era lo que buscaba.

Una parte mía se descoloca, la otra se emociona, quizá se confunde, porque este beso lo esperaba después de dar la noticia que iba a decirle.

Sea cual sea, lo disfruto, respondo. Sus labios gruesos, secos, tan distintos.

Sus manos tomando mi cintura, me hacen sentir más pequeña de lo que soy, el me envuelve tan fácil. Había olvidado cuán grande es en comparación  conmigo.

Acaricia mi pelo que está sujeto en su habitual trenza, la otra vaga bajo mi cazadora.
Mis manos no cobran vida, no como lo hacen cuando responden a otro tacto.

La presencia de él es tan extraña que la curiosidad gana.

Coloco mi mano en su pecho, entre besos acompasados, acaricio su espalda. Lo grande que es. Lo pequeña y perdida que estoy. Lo asustada y temerosa de lo que vendrá una vez suelte la verdad.

El no saber.

Solo es un error, un pequeño error de una chica que se convirtió en mujer a base de empujones, de caídas, de muertes, de amenazas. Que ha hecho cosas reprobables, asquerosas, inimaginables.
Que esta aquí, en medio de un sucio almacén, repitiendo lo que no debe repetirse, arrepintiendose de ser quien es.

Una estupida jugándose todo, por nada.

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Aquí, con este capítulo doy el cambio que deseaba darle.

Sí, este capítulo es totalmente nuevo, completamente horrible y satisfactoriamente tranquilizante.

No tiene comentarios relacionados así que luzcanse,que deseo saber que tal les ha parecido

Ese beso no me dejaba escribir no sabía donde iba, no tenía idea, hasta que ahí cayó.

Un besote
No saben lo feliz que estoy.

Lyla

LOS MELLARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora