Dos verdades

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El movimiento de la cama me hace retener la respiración.
No alcanzo a ver nada, esta muy oscuro, pero se por el leve movimiento que Peeta trata de iniciar su día saliendo cuanto antes de aquí.

Esto debe ser tan incomodo para él como para mi.

Aprieto los ojos muy fuerte..«vete», «vamos sal ya»
Mi mente repite una y otra vez.

«Sin un beso»
«sin acariciarte levemente, como si no le importaras»
Esas extrañas frases me sorprenden, ¿De donde provienen?

La puerta de la habitación se escucha y sus pisadas se hacen cada vez mas lejanas.
Suelto el estupido aire que oprimia mi pecho.

—Esta hecho.

Las palabras resuenan en la habitacion vacía, mientras la conciencia amenaza con atormentarme si no me levanto ahora mismo de la cama.

Tengo que hacer algo justo ahora, y si me doy prisa llegare antes de que se vaya.

PEETA

Pongo la última charola en el horno.

Me recargo en la mesa de trabajo, y observo sin ver en realidad las puertas del horno.

Debería sentirme diferente, se que debería, pero no.

Salí de casa antes de que el reloj marcará siquiera las 5 de la mañana, no podía seguir fingiendo que dormía o descansaba.

No me arrepiento de lo sucedido, a mis 21 años el sexo ya es normal. Lo que me sucedió fue el remordimiento a buscar otra vez la satisfacción junto a Katniss.

Deseo hacerlo de nuevo, durante la noche el pensamiento rondó cada pocos minutos, y creí que desaparecería conforme las horas pasarán, pero no sucedió.

Agradecí al cielo que la habitación estuviese en completa oscuridad, y que me fuese imposible siquiera ver mis dedos a menos de 5 cm de mi rostro. Dudaba que mi fuerza de voluntad pudiera detenerse si la veía desnuda durmiendo a mi lado.

Pero conforme la noche fue dando paso poco a poco a la claridad del amanecer la piel oliva y suave de Katniss me llamaba como si de un ritual de invocación se tratará.

¿alguna vez he deseado de esta forma?

No, ni siquiera sabía que pudiese suceder, no tenía idea lo que significa desear así a una mujer.

Y menos suponía que el deseo no disminuye una vez que llevas a cabo dicho deseo, y si a eso le sumamos lo mucho que la amo, estoy perdido.

«Peeta, no puedes dejarnos así. Comparte un poco de lo sucedido en la luna de miel. - Caesar puso un puchero demasiado infantil para ese rostro lleno de cirugias -¡ un poco mas sobre nuestra pareja favorita!

—Pero si he contado todo— digo con una gran sonrisa fingida.

—No todo.... no puedes dejarnos así... veras, hemos traido unas preguntas del publico y morimos por saber tus respuestas.

No espera a que yo diga algo cuando ya esta leyendo "las preguntas del publico"

— ¿Que usaste en tu noche de....bodas?..¡Ay pero que pregunta!— dice algo rojo pero sin ocultar el morbo, ahora se que esta es solo el inicio de las preguntas intimas.

—Pues..— volteo hacia Haymitch que me ve diciéndo que de esto se trata, dar un espectáculo, mentir, no dejar dudas de nuestro matrimonio. — supongo que lo que todos los recien casados usan, algo sencillo de quitar para no complicarle la noche a la novia.

—miles de omagenes fluyen Peeta.

—Detenlas si son de Katniss, porque soy poquitin celoso y no quiero imagenes candentes de mi mujer en la mente de otro hombre.— digo con un dejo de molestia siguiendo este teatro.

LOS MELLARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora