LOS MELLARK

Esa noche

Para CGironAle tienes razón, soy capaz de cambiar todo.

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—Dímelo Katniss— su voz es limpia, no hay reclamos, ni tristeza, quiere escuchar la verdad que llevo dentro.

—Estaba molesta, tenía miedo, sentí que no podría salvarlas—cierro los ojos y veo claramente ese día, puede sentirlo...

Tiemblo de impotencia pero sobre todo miedo.

Me ha dicho que no lo hará. ¿Cómo puede decir algo así? Snow nos quitará a nuestra familia, y nada de esto habrá valido la pena.

Nada.

Me recargo en la puerta trasera de la casa, mi corazón va a desprenderse del pecho debido a lo rápido que va. Un gran nudo se forma en mi garganta. Las lágrimas amenazan con volver.

No quiero llorar, no de nuevo.

Tomo una gran bocanada de aire para tranquilizarme y decido caminar.

Dejo que mis pies me guíen. Quiero volver dentro y decirle a Peeta que él tiene razón, ya buscaremos una forma de no hacer lo que el presidente pide.

Pero las cosas sucedieron tan pronto y todo lo que había ocurrido entre él y yo me hicieron flaquear.

No quiero hijos.

El simple pensamiento gana la batalla sobre mi autocontrol y mis ojos se nublan de inmediato.

Camino sin ver donde piso o hacía dónde voy.

De pronto estoy tocando una puerta.

—acompáñame— digo sin explicaciones a su rostro serio.

Me sigue.

Entro a una casa abandonada de la veta.
Él entra detrás mío.

—¿Estas bien?— pregunta una vez que estamos solos.

—Gale, hazme el amor.

Tome la decisión en un minuto en cuanto toque a su puerta y le pedí acompañarme, sabía que él estaría en casa.

—Hazme el amor.

—¿Catnip?

—No me preguntes por qué, solo hazlo, tu me quie..quieres, ¿no es verdad?

—Estas con él.

—No así. No como tu crees, él y yo no somos. No somos.

—Debimos haber huido, escapar, dejar todo atrás. Extraño tu compañía en el bosque, a mi compañera de caza, a mi amiga.

—Debí haberme comido esas bayas, dejar que él  ganará o quizás decir que no cuando nos casamos.

–Ojalá hubieras dicho que no, ahora serias una Hawthorne.

Lo miro y acepto sus palabras, ser una Hawthorne hubiera sido mil veces más fácil que ser esto que finjo ser.

—Podemos serlo, si no en papel, al menos en la practica— suelto, tentando el terreno, necesito seguir su argumento para que él  me ayude. Conozco a Gale.— No quiero vivir toda mi vida fingiendo, sin tener nada Real en ella.

—No puedes esperar que crea que lo que hay entre Peeta y tu es todo falso. Los he visto, en cada programa especial e imagen que transmiten. Nadie puede mentir tan bien.

—Se puede mentir cuando debes proteger a quien  amas— digo refiriéndome a este justo momento, pero Gale no lo sabe, él debe creer lo que yo quiero que crea.— Peeta y yo ni siquiera hablamos, ni siquiera nos toleramos, necesito cuidar de mi familia y él no lo entiende.

—¿ a que te refieres?

—Snow nos ha pedido algo.

— dímelo

—Un hijo Gale.

—¿Estas loca? Y en serio estás pensando cumplir la petición.

Siento un nudo en la garganta, la imagen de Prim y mi madre muertas no deja de rondarme.

—No hay otra opcion— levantó la cara segura de lo que estoy diciendo.— No puedo hacerlo con él. Ayúdame.

—es tu esposo Catnip, claro que puedes hacerlo con él. Esto es una porquería, no quiero que me mezcles en eso.

Recurro a un golpe bajo que no fallará:

—Sin ti, estoy perdida Gale. Te necesito, siempre te he necesitado.

Eso bastó para traerlo a mi. Sus labios hicieron presa de los míos tan pronto que no pude ni quise resistirme...

Que recuerdo tan amargo sus labios, mi voz es de total arrepentimiento cuando lo confieso
—Se lo pedí Peeta— abro los ojos

—Tenias miedo— me justifica

—Fui impulsiva— lo corrijo— estupida.
>>sabía cómo hacerlo aceptar y lo use, lo besé, me acarició, nos dejamos llevar.

—No tienes porque darme explicaciones.— se sienta a mi lado me toma las manos— no me importa, lo que haya pasado no es importante.

—Lloré —debo decirlo.

—Los vi salir juntos, él beso tu cuello— noto que debe ser un recuerdo poco grato para él.—no me importa si no es mío, suponía que había una posibilidad, pero lo acepté cuando el médico lo dijo. No me importa. Es tuyo Katniss y eso me basta te lo he dicho.

Peeta no dejará que me culpe, y yo no quiero más remordimientos por no contarle todo.

—Tu y yo estábamos mal, no me hablabas, me sentía sola y perdida, y a pesar de eso, cuando él intentó quitarme la ropa, no eras tú.—continuo, no sé si haré bien, pero no voy a mentirle.
>> me pregunto todo el tiempo si te será más fácil seguir con esto sin saberlo. Porque ya no quiero causarte más penas, pero no sé que te cause más dolor, si el que creas que no es tuyo o enterarte que solo a ti me he entregado.

—Tu...

—Sé con total certeza que te haré padre, que llevo dentro sangre y carne tuya.

Su rostro cambia de comprensión a un estado de lívido.

—Tu y Gale, no...

—Tengo años enamorada del chico de rubios cabellos y largas pestañas. Solo que él ni ella lo sabían.

—Es mío.—está anonadado.

—Tanto como lo soy yo.

Temia tanto decirle que es de él, por que a pesar de haber creído que no lo era, veía en sus ojos amor incondicional, no quería imaginar lo que para él significaría que era suyo. Que es nuestro.

Su mano toma el pequeño bulto bajo la ropa que llevo encima.

—Nada va a pasarles.

Mis ojos se humedecen.

—Quisiera que no lo amarás, no quiero destruirte.—Debe entender mis motivos.

—El amor destruye— besa mi frente— pero no conozco nada que valga más la pena.

Me abraza y en sus brazos encuentro una razón más.

Quizás hemos actuado como idiotas infantiles, trazando caminos sin principios ni fines, pero ambos nos tenemos y hemos encontrado un motivo para intentar ser mejor de lo que somos.

Y ambos lucharemos, no puedo ver sufrir a Peeta por mi culpa, ya no.

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ALGUIEN QUE ME QUITE EL CASTIGO!!!
GRACIAS POR NO SOLTAR

Digan que me perdonan por el sufrimiento que les cause votando y comentando mucho.

Eyyy es un Mellark!!!

Besos

Lyla