LOS MELLARK

A la gente de Panem

—No puedes ser tan fria.

—No me conoces.

Sus ojos grises de nuevo retandome.

—Lo hago, mas de lo que te gustaría, y sé que todo esto que has dicho es solo habladurias.

—cree lo que quieras.

—lo que llevas dentro es TÚ hijo, nuestro..

—¿Nuestro?— recalca la palabra con una mueca— ni siquiera lo sabes, no tienes idea si es tuyo o no.

—No por eso deja de ser un futuro bebé, lo que llevas en ti no es un objeto.

—es el pase a la vida de Prim, mi madre, a la de tú familia. Lo sabes tan bien como yo.

—Es una vida.

—¿Ahora diras que es fruto del amor?
Sigues creyendo que....

—No, lo que creo es que te mientes y mientes para dañarme; pero adivina, no hay nada que digas que pueda cambiar la idea de que es una criatura la que nacerá; y si no viene de un amor de pareja, seguro sí viene de la devoción de un Hombre por ti.

Sus ojos muestran duda pero de inmediato vuelve ese gris acero frío.

—Preciosa, sé que no me distingo por ser muy cariñoso, pero el chico tiene razon, lo que dices hasta a mi me asusta.

—No debería, no te veo criando niños, asi que debes tener la misma capacidad que yo para hacerlo. Habemos personas que no nacemos para querer ser padres o para merecerlo.

—Katniss tu no eres una de ellas, tu eres...

—¡Lo mismo que fue tu madre Peeta!, una chica tonta que solo debía tener hijos pero no por eso los queria.

Las palabras desaparecieron de mi boca y mi mente se encontró ante la posibilidad de repetir la misma historia en la que me he criado.

El silencio me sorprende y veo a Haymitch que parece afectado por las palabras de Katniss.

—Tienes razon preciosa, gentes como tu y yo no merecemos la dicha de ser padres, no tenemos derecho a que nos amen, y aun asi ahi lo tienes a él— dice señalandome— y ahi tienes a otro —señala su plano vientre— que te amara sin importar lo perra que seas.

Haymitch sale a grandes pasos dando un portazo.

Observo a Katniss estatica, sin mostrar nada.

—piensa en lo que diras, no planeo ayudarte a fingir amor, quieres salvar a todos, pues hazlo, si estar preñada te parece fácil y solo algo pasajero, no veo por que no habrías de esforzarte por seguir el teatro.

Doy la vuelta y la dejo ahi parada sin oportunidad a que responda, me meto al estudio y hago lo unico que conozco para sacar este desazón: Pinto.

Un fuerte grito me despierta, abro los ojos desubicado, no se donde estoy, me toma segundos, me quede dormido pintando.

Otro grito.......

—Katniss....

Camino hacia la puerta, una pesadilla, debe tener pesadillas. Abro la puerta y salgo corriendo, y cuando pongo un pie en la escalera me detengo.

Sus palabras, su odio, su indiferencia, me sostengo del pasamanos y cuando un nuevo grito se escucha yo solo aprieto mas fuerte la moldura.

Mis ojos siguen observando la segunda planta, mi corazon palpita veloz, quiero consolarla, cuidarla, protegerla.

Mi mano suelta el pasamanos y mi pie baja el escalon.

—No pasara nada Katniss — susurro— Descansa.
Me giro y regreso a mi estudio.