The World Is Ugly (But You're Beautiful To Me) -Frerard-

Bye Hell... Or Not?

Era ilógico que le haya dado al profesor. Por lo que supe que ese era su blanco. ¿Pero por qué no yo? La forma en la que me miró. Alejé mis pensamientos mientras observaba que se llevaban al profesor a la enfermería y los demás estudiantes iban a cambiarse. Oficialmente acababa de terminar mi tortura. En tres días mandarían los informes de final de clases. No había reprobado nada, de eso estaba seguro. Por primera vez en la vida no reprobaba nada, todo se lo debía a Mikey. 

Fui por mis cosas y me puse el saco rápidamente. Fui luego al baño y me puse mi pantalón.

Salí del cubiculo y ahí entendí por qué el tal Daniels fue por el profesor y no por mí. Estaba justo frente a mi con otro chico y la chica rubia bloqueando la puerta.

¿Qué tenían contra mi?

-Hola, Gerard -dijo el otro chico mientras sus acompañantes reían.

- ¿Qué quieren? - Me atreví a decir. "Otra vez no. Por favor otra vez no. Por una vez en la vida no quiero terminar el año mal" pensé. Siempre iba por maquillaje y Mikey me ayudaba a cubrir las heridas para que mamá no las viera. 

Un golpe en mi mejilla me sacó de mis pensamientos. El chico tenía mucha fuerza, además de que era mucho más alto que yo, así que caí inmediatamente al suelo. Luego sentí una patada en mí estómago. Cogí mí maleta como pude y logré bloquear el siguiente golpe. Escuché risas. Tomé la botella de agua que tenía en el bolsillo de la maleta y lo tiré a la cara del chico mientras me levantaba como podía. Daniels me agarró por la manga y me golpeó en la cara. Lo pateé en donde más le dolía y cayó al suelo. La chica rubia se acercó a verlo, y yo salí corriendo arrastrando mi maleta antes de que el otro chico me alcanzara. Corrí lo más lejos que pude y me escondí en una esquina. Siempre intentaba defenderme pero nunca funcionaba. Supongo que esa es la única vez que he tenido suerte en mi vida. Mi labio estaba sangrando y maldecí interiormente.

-Es la ultima hora, Gerard. Cálmate - me dije a mi mismo.

Saqué mi celular y le dejé un texto a Mikey diciendole donde me encontraba y recibí un mensaje instantaneamente.

"Casi me matas, Gerard! Recibí la notificación y pensé que tendria que ir por ti. Demonios. ¿Todo bien? Ya salgo corriendo para allá. - Mikes"

No le respondí, solo esperé a que llegara.

Cuando me vio salió corriendo a abrazarme. Luego me miró y suspiró con preocupación.

- ¿¡Qué demonios te pasó!? -

-Nada. Dos chicos. Nada grave. Por primera vez pude huir. - dije haciéndome el fuerte, pero es obvio que nunca podría acostumbrarme a esas cosas. Mire mis muñecas y Mikey me miró con desaprobación.

-Prometiste no volver a hacerlo - me dijo mientras me miraba como un perrito.

-Lo sé, Mikes. No puedo romper la promesa ¿verdad? -

-Así es, hermanito. Ya verás, saldrás de esto y yo estaré cont... - su mirada se ensombreció - ¡Lamento tanto no haber estado allí! ¡Voy a exigir que me pasen todas las clases contigo el próximo año! -

-Calma, Mikes. Estoy bien. Es superficial, sangró muy poco, nada que el maquillaje no arregle. ¿Vale? Ahora a casa hermanito. Nuestro infierno acabó. -

Él solo asintió y fuimos caminando a casa.

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Llegamos, tiramos las mochilas en nuestros respectivos cuartos y salimos corriendo a buscar el maquillaje. Mikey cubrió la herida y yo simplemente me fui a mi cuarto a encerrarme a dibujar mientras escuchaba el bajo de Mikey en el cuarto de al lado.

Pronto llegó mamá y Mikey y yo bajamos a la sala.

-¿Qué tal su último día? - dijo Donna.

-Excelente... Por supuesto - dijo Mikey mirandome de reojo. Yo solo asentí.

-Me alegro -dijo simplemente. Luego titubeó un poco y agregó - Debo hablar con ustedes. -

Mi corazón casi se sale. Sabía que no era algo bueno ya que ella nunca habla con nosotros. Mikey y yo cruzamos una mirada de terror y nos sentamos en el sofá.

Donna nos miraba de una manera indescifrable.

-Ya. ¡Solo dilo mamá! - exigió mi hermano.

Ella tragó saliva y dijo - Sin rodeos ¿vale? -

Nosotros asentimos. Yo presentía lo peor. Sabía que si había tenido suerte de escapar eso iba a ser una completa mierda.

-Cambiaré a Gerard de escuela... Bueno, ya lo hice -

Ambos quedamos pálidos como una hoja de papel (si es que es posible que yo esté más pálido de lo normal) y sentí que todo se derrumbó sobre mi.