Capítulo 46

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Narra Stuart

-Buenos días, amor – sonreí al ver cómo sus rasgados ojos parpadeaban aún adormilados, probablemente recién estaba tomando conciencia.

-Buenos días, corazón – sonrió hundiéndose aún más entre mis brazos.

-¿Cómo dormiste? – pregunté con suavidad.

-Muy bien, gracias a ti – dijo con cierta coquetería – Gracias por no soltarme en toda la noche – rio.

-En realidad nunca te suelto cuando dormimos – reí – Pero anoche más que nunca me necesitabas.

-Gracias a tu calor pude dormir bien - acarició mi mejilla con ternura y luego levantó la vista - ¿Estamos en mi habitación? – preguntó algo desconcertada – Vaya que caí rendida anoche. Lo había olvidado – rio suave – ¿Y tú cómo dormiste?

-Excelente, ven acá – susurré y la atraje a ms brazos para envolverla y besar su cuello con ternura.

-Stu – rio suave y nerviosa – Nos van a oír.

-Murdoc salió anoche después de lo que ocurrió. Estabas dormida entre mis brazos cuando lo sentí ir a su habitación y hablar por celular con alguien. Luego bajó las escaleras y no las ha vuelto a subir. Supongo que aún no ha regresado.

-¡Vaya! – exclamó – Me siento culpable – suspiró – No debí haber dicho eso.

-Todos quedamos desconcertados – retiré su cabello del rostro – Pero no te culpes, Noods. La verdad tiene que salir a la luz.

-Sí, pero no fue la forma – interrumpí depositando un beso breve en sus labios.

-Tranquila, ya veremos cómo se dan las cosas – sonreí tratando de animarla, pero el sólo hecho de imaginarme a Murdoc regresando y tener que darles una explicación a todos hacía retorcer mi estómago.

Noodle con algo de preocupación en su expresión comenzó a besarme.

-Gracias por siempre ponerte en mi lugar, y comprender hasta mis más terribles locuras y equivocaciones – dijo ocultando su rostro en mi cuello.

-Para eso estoy, amor – besé su frente durante unos segundos - ¿Noods?

-Dime – dijo alzando su mirada.

-Tengo hambre – reí – Si te sientes bien podríamos bajar a desayunar. Si aún te sientes adolorida puedo traerte desayuno a la cama – sonreí.

-Me siento bien, Too-chi – sonrió adorable – Bajemos.

-Pero tienes que abrigarte – deposité un beso en su cabello para luego ponerme mis pantalones y tomar mis zapatillas. Aclaro que mis calzoncillos estuvieron en su lugar toda la noche – Iré a cambiarme, así nadie sospechará que estuve aquí – abrí la puerta con cuidado de que no soltara ningún ruido – Nos vemos abajo – sonreí y Noodle me lanzó un beso.


Narra Noodle

Abrí las cortinas de par en par. Un sol radiante entraba por mi ventana mientras buscaba algo para abrigarme. Quería tanto a Stuart que en ningún momento del día dejaba de sentir una enorme felicidad en mi corazón. Él era capaz de apaciguar en mí todas mis impulsividades sin hacerme sentir tonta por ello. Pero quería soltarlo, dejar ir este secreto. No sería fácil, pero lo que es correcto o incorrecto para mí, sólo puedo decidirlo yo.

Bajé las escaleras a pasos acelerados. Tenía un presentimiento, y la ansiedad me consumía. Fuera lo que fuese no podía dejarme llevar como anoche.

-Buenos días, pequeña – oí tras asomarme por el marco de la puerta. Lo que me hizo reaccionar fue quién pronunció esas palabras.

-¿Damon? – exclamé sorprendida - ¿Jamie? - me reincorporé - Buenos días – Me acerqué a saludar. Ambos estaban muy sonrientes, mientras Russel me daba la espalda por estar cocinando los panqueques para el desayuno – Buenos días, Russ – besé su mejilla.

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