Capítulo 35

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Narra Noodle

Estaba tumbada en la cama pensando toda la situación. Los intensos rayos del sol del amanecer penetraban mis ventanas con más intensidad que de costumbre. Mi mirada estaba pegada al techo y sobre mis costillas tenía ambas manos entrelazadas.

Usualmente 2D pasaba temprano por mi habitación, pero ya que ayer renunció a su trabajo esperaba que lo hiciera más tarde. El solo hecho de pensarlo hacía dar saltos mi corazón y hacía sudar mis manos.

Había despertado a la hora que él solía pasar. Tantas cosas dando vueltas por mi cabeza me quitaban el sueño, y además sentía ruido en el cuarto de Stuart. Aquella espera me estaba volviendo loca, así que decidí levantarme e ir a verlo yo esta vez.

Mientras subía las escaleras podía oír a Daft Punk tras su puerta. Golpeé y no pasó nada. Volví a golpear y tampoco.

-¡Rayos! – pensé – ¡Sólo quiero verlo! – me armé de valor y abrí la puerta.

Me sorprendí al ver lo ordenado que estaba su cuarto. Él pasaba la aspiradora al ritmo de Face to Face, dándome la espalda. Ni siquiera se dio cuenta de que había entrado a su cuarto y de que no podía quitarle los ojos de encima. Sentí un enorme deseo de abrazarlo, era una escena graciosa y adorable a la vez. Sin darme cuenta se volteó hacia donde yo estaba.

-¡AAAH, NOODLE! – gritó asustado - ¡Casi me matas de susto! - exclamó poniendo una mano en su pecho para luego dar un gran suspiro.

-Disculpa, Too-chi – reí – Toqué la puerta y no respondiste – sonreí – No sabía que bailabas mientras hacías aseo – reí.

-Ahh, bueno – rascó su nuca avergonzado evitando el contacto visual conmigo – Hay que animarse a hacer estas cosas de alguna forma...

-Hey, tranquilo. Esto se queda entre nosotros – sonreí sonrojada – Sólo vine porque no fuiste a verme a mi habitación, y ya es algo tarde...

-¿Ir a verte? – preguntó sorprendido - ¿Te dabas cuenta? – dijo y yo me puse roja como un tomate.

-S...sí, Stu. Todas las mañanas – dije avergonzada mirando hacia el suelo. Él se acercó a mi y tomó mis hombros.

-¿Y... y por qué no me lo dijiste?

-N...no lo sé – dije haciendo un gesto con mis hombros. Él rio suave.

-Discúlpame – dijo suave – Nunca quise despertarte – lo miré y me sonrió con ternura – Era la única forma de verte... M...me alegraba las mañanas – dijo sonrojado.

-¿Está sonrojado? – pensé – ¡Y mucho! ¡Dios! ¡Yo también me estoy sonrojando! ¿Qué hago? – pensé nerviosa – A... - reí de nervios – A mi también, ¿Sabes? Q...que tú fueras a verme todas las mañanas... – bajé mi mirada y me hundí en su pecho en un abrazo - Muchas gracias.

Él lo correspondió con mucha suavidad dando un leve suspiro. Al acercarme a él pude sentir su corazón palpitar a un ritmo hipnotizante. No podía contener mis ganas de sentir su aroma y calidez, así que me dejé caer en el hechizo de sus brazos, hasta que de pronto su suave y encantadora voz desafinada me sacaron de tal estado.

-¿Noodle? – preguntó sin soltarme.

-¿S...sí, Too-chi? – respondí sin apartarme.

-¿Qué tan tarde es?

-Las once de la mañana – respondí.

-Desperté muy temprano para hacer aseo en este chiquero – lanzó una risa – Creo que me entusiasmé y olvidé que tenía hambre - ¿Ya desayunaste?

Desde El MañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora