Capítulo 25

1.1K 95 109
                                    

Narra Noodle

De la nada, el fuerte estruendo de un trueno y un relámpago acabaron con el momento. 2D y yo saltamos de susto. Inmediatamente una intensa lluvia comenzó a caer del cielo, empapando por completo las ventanas de la cabina. No se podía ver nada hacia afuera.

-E...estás bien, ¿Noods? – preguntó 2D. Yo lo miré confundida a los ojos

- ¿Qué está pasando conmigo? – me pregunté mientras mi corazón latía a mil por hora -S...sí, Too-chi – fingí una sonrisa – Sólo... preocupada. No vine preparada para la lluvia.

-Yo tampoco – dijo con su mirada perdida en las ventanas – Ni siquiera se puede ver afuera.

La rueda comenzó a girar y nosotros a bajar.

-Ya tenemos que salir de aquí – dije preocupada – Nos vamos a mojar.

-Tú no te preocupes por eso – sonrió.

Los truenos y relámpagos habían cesado. Cuando bajamos ambos corrimos hacia un árbol y nos quedamos debajo de él. La lluvia era tan intensa que daba la impresión de que alguien estaba vaciando un balde con agua sobre nosotros. El departamento quedaba a sólo unas cuadras, así que en cualquier momento, cuando la lluvia se calmara un poco saldríamos a tomar un taxi.

Pasaron varios minutos de intenso silencio entre nosotros. Sólo podía oír el fuerte sonido de la lluvia y mis pensamientos. Nunca en mi vida había sentido algo parecido a lo que ocurrió allá arriba en la rueda de la fortuna.

Nunca había visto a Stuart de esa forma, su mirada sacudió por completo mi ser. Es como si el tiempo se hubiese detenido, mientras mi corazón se aceleraba; como si todo hubiese dejado de existir a mi alrededor, excepto él. Su mirada dulce se derritió en la mía.

- Es Stu, mi mejor amigo – pensé viéndolo de reojo, parecía algo preocupado - ¡Lo quiero tanto! ... Pero... ¿De qué forma lo quiero? – cerré mis ojos y suspiré profundamente.

- ¿Caminamos? – dice con suavidad poniendo su chaqueta sobre mis hombros. Me tomó por sorpresa – Ya llevamos casi media hora aquí, y la lluvia sólo empeora – sonrió.

- Stu... - me sonrojé – No puedo aceptarla, te vas a empapar. No quiero que te enfermes.

- A mí me preocupas tú – acomodó la capucha de su chaqueta en mi cabeza – Además es sólo hasta la esquina para alcanzar un taxi - ¡Vamos!

Corrimos hasta la esquina, pero lamentablemente no pasaba ningún taxi. Cada segundo tenía a Stuart más empapado. Intenté pasarle su chaqueta, pero no quiso aceptarla.

-No podemos quedarnos aquí esperando eternamente un taxi – dije.

-Son varias cuadras, Noodle – suspiró preocupado.

-Las caminaremos. Yo no tengo problema.

-Pero andas con zapatillas Converse, tus pies se van a mojar si pisas alguna poza se agua...

-Tú traes las mismas zapatillas – dije seria – Además insistes en que yo use tu chaqueta.

-Sí, pero ese es mi problema – dijo agachándose, tal como lo hace siempre que me ha subido en su espalda - ¡Sube! – se volteó a sonreírme.

-Pero...

-No te hagas de rogar – interrumpió – Andaré rápido para que lleguemos pronto.

Suspiré y accedí. Me sujeté de su cuello, y él comenzó a caminar. Su aroma dulce era una delicia que amenizó por completo el recorrido a casa.

Desde El MañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora