Capítulo 33

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Narra 2D

El sonido de mi alarma me sacó de un extraño sueño.

-¿Existo? – pensé.

Había bebido tanto que había perdido la noción de que estaba vivo, simplemente de pronto todo se apagó. Desperté con ganas de ir al baño pero no moví ni un solo músculo durante los segundos siguientes a mi despertar. Tenía una resaca de terror. Era primera vez en muchos años que despertaba así por culpa del alcohol en vez de las migrañas.

-¡Demonios! – pensé – Debo ir al trabajo... Debo levantarme... Un, dos, tres – conté en mi mente y me senté rápidamente para enfrentar de una vez la mañana.

Mi cabeza sí que dolía mucho. Toqué mi rostro con mi mano para intentar despertarme. Me senté al borde de la cama y tomé conciencia de todo lo que ocurrió en la noche. Recordé que había ido al cuarto de Noodle a pedirle disculpas por haber llegado ebrio cuando le había prometido que cuidaría más de mí mismo.

Me levanté algo mareado, aún me sentía un poco borracho. Me dirigí al baño y vi todo el desorden que estaba en mi tina. No tendría tiempo de ordenarlo, así que decidí desayunar en vez de tomar una ducha.

Miré a mi alrededor con detención. Mi vida era un desastre, era cosa de ver mi baño y mi habitación. Incluso entre mi desorden había una zapatilla de Murdoc. ¿Qué hacía ahí? No tenía idea. Había estado tan mal, que durante un año descuidé totalmente mi vida, incluso dejando de observar la mierda en que estaba viviendo.

Caminé hasta el lavamanos y me miré al espejo. Mi rostro estaba terrible, pero no era muy distinto al de todos los días. Lo examiné unos segundos y fui a cambiarme de ropa. Tomé prácticamente lo primero que encontré y bajé las escaleras con lentitud.

Una vez abajo decidí ver a Noodle como todas las mañanas. Abrí la puerta con suavidad y a diferencia de otros días estaba con su rostro descubierto en dirección hacia la puerta. Estaba durmiendo profundamente. Se veía realmente adorable y hermosa. Bastó esa escena para hacer comenzar bien mi día. No pude evitar sonreír, y ella inconscientemente me corresponde de vuelta con una tierna sonrisa. Cerré su puerta con mucho cuidado para que no despertara, mientras me invadía la felicidad de haber podido arreglar todo con ella.

Sentí un extraño ruido en el baño que estaba junto a su cuarto. Abrí la puerta para ver qué ocurría y me encontré con un sujeto con sombrero, torso desnudo y rostro cubierto; y a otros 2 agachados con unos recipientes. Fue algo tan, pero TAN extraño que quedé shockeado y sólo atiné a cerrar la puerta con desagrado. Inmediatamente pensé a preguntarle a Murdoc si él había invitado esos tipos, después de todo hay tres extraños en nuestra casa.

Toqué su puerta como nunca antes había hecho, ya que yo evitaba cualquier contacto con él. En su habitación abundaba una profunda oscuridad, a tal punto que no podía ver nada, sólo oír ruidos aún más extraños. De la nada sale y me asusta, haciéndome saltar hacia atrás. Esta vez lo hizo con intención, ya que aunque no la tenga me asusta de todas formas.

Parecía trasnochado, así que preferí no decirle nada. Se subió a su silla para bajar las escaleras y descendió sin insultarme. Yo bajé tras él y oí DARE, al parecer provenía de la sala. Ahí estaba el Boogieman sentado leyendo el periódico como casi todas las mañanas.

Decidí apresurarme para bajar a comer algo, pero en mi intento por hacerlo tuve que pasar muy cerca de Murdoc. Intenté evitarlo, pero parecía molesto porque pasara cerca de él y me miró amenazante, no sé por qué. Creo que anoche no discutimos... Pero bueno, me odia. Creo que su trato conmigo no necesita más explicación.

Sentí que la casa estaba aún más desordenada que de costumbre. ¿Será que era primera primer vez que tomaba conciencia de ello en todo este tiempo? Incluso en una de las paredes bajando la escalera estaba escrito "OCEAN BACON". Eso podía ser peligroso si Noodle lo leyera en voz alta.

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