Narra Noodle
-¿Estás seguro que no sabes dónde vamos y que sólo estamos paseando? – pregunté incrédula.
-¿Por qué tan ansiosa, Noods? – rió 2D.
-Pues porque te veo muy decidido en el rumbo... como nunca – reí.
-¿Acaso no le dijiste a Murdoc y a Russel que te acompañaría a la tienda de instrumentos musicales? – dijo en tono juguetón.
-Sí, pero eso era sólo una excusa –reí.
-"¿Too-chi, me acompañas por favor? – me imitó - Así me das tu opinión y me llevas en el auto por si compro una guitarra nueva" ... Hasta yo me lo creí, mentirosa –rió.
-Estaba tan nerviosa, creí que se darían cuenta – suspiré aliviada – Aunque algo me dice que Russel se da cuenta de todo. Aún más por lo de esta mañana.
-Y...yo también lo creo – dijo algo nervioso y luego dio un suspiro – Pero ya sabremos cómo decirle – tomó mi mano dándome suaves caricias mientras él mantenía la vista en frente mientras conducía.
Con lo que le dije a los chicos conseguí que Murdoc nos prestara su preciado Stylo. Murdoc me enseñó a conducir cuando tenía 14 años. Y si bien él es agresivo, acelerado e imprudente me enseñó a conducir de manera correcta. Sólo que yo no he sacado la licencia, bueno... Por todo lo que ha ocurrió estos años.
En cambio Stuart conduce muy diferente a Murdoc. Es muy prudente y conduce con mucha calma, algo que en realidad me sorprende ya que él es de personalidad nerviosa. Bueno, no por nada trabajó un año en la escuela de manejo.
-Stuart, la tienda de instrumentos musicales queda en la otra dirección – reí sabiendo que no era allá a donde nos dirigíamos.
-Sólo me dirijo a un estacionamiento – sonrió travieso.
-Pero ya nos estamos alejando mucho, Stuart Pot.
-Lo sé - trató de contener su risa. Era realmente adorable.
-Me gustas tanto – dije sin pensar.
-¿P...por qué? – tartamudeó.
-¿Debe haber un motivo en especial? – le miré de reojo. Él seguía conduciendo muy concentrado, pero algo nervioso por lo que había dicho.
-¿P...pero qué hice para que me dijeras eso? – rio nervioso.
-Existir – acaricié su mano – No debes hacer nada extraordinario para yo decirte lo que siento por ti. Eres rmaravilloso realmente – sonreí embobada.
-¡Cielos, Noods! – exclamó nervioso – Si sigues estrellaré el auto – ambos reímos y se detuvo por el semáforo – Y tú no te imaginas cuánto me gustas tú a mí – me sonrió embobado y me besó sorpresivamente. Un beso breve y delicado.
-¡Stuart! – exclamé shockeada - ¿Y si alguien nos ve?
-Fue tan rápido que ni tú te diste cuenta – lanzó una risa y luego el semáforo cambió a verde.
Stuart siguió conduciendo mientras yo trataba de descifrar a dónde me llevaría, hasta que pronto tomó la carretera y nos alejamos de la ciudad.
-¿Too-chi? – pregunté suave – A... ¿A dónde me llevas?
-Pues... yo conozco un lugar donde nos seremos vistos – dijo sin quitar su vista de la carretera. Yo le miré preocupada pues creí que se trataría de... - Y no, Noods – interrumpió mis pensamientos – No es un motel – rio sonrojado – No te preocupes – se volteó para sonreírme un instante, lo que hizo que me calmara en el fondo.
ESTÁS LEYENDO
Desde El Mañana
FanfictionCuenta una leyenda oriental, que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos meñiques. No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni el tiempo que pases sin verla, ni en qué parte del mundo estén uno del otro...