Cap. 02

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Las fachadas y disfraces, se caen por un instante

Capitulo Dos.

Alisha

Había tomado un taxi a casa. Cam no podía recogerme ya que el también estaba en busca de trabajo. En el trayecto el calor de mi cuerpo se fue disipando poco a poco. Hasta desaparecer completamente.

¿Pero qué había sido eso?

No podía encontrar una explicación lógica para eso. Tal vez la estática de la alfombra había hecho que nuestras manos recibieran un choque eléctrico. Pero no se había sentido como un choque eléctrico. Fue como si su mano estuviera en llamas y había pasado todo ese calor hacia la mía.

Esto no tenía sentido.

Finalmente decidí no darle tantas vueltas al asunto y dejarlo ir. De seguro iba a enfermarme o algo.

El taxi no había sido nada barato y no pude evitar lloriquear mentalmente por no haber conseguido el maldito trabajo. No me sorprendía lo caro que había sido, después de todo la casa que habíamos rentado estaba a al menos 10 kilómetros fuera de la ciudad. Bueno, si podías llamar casa a un tráiler de dos habitaciones, claro.

No sabía que número de ciudad era ésta, creo que la séptima u octava ciudad a la cual nos mudábamos.

La razón de las mudanzas era mi culpa. Había ocasiones en las que no podía controlar mi temperamento. Digamos que tenía un pequeño problema de control de ira.

Les doy un ejemplo.

En la ciudad pasada, yo trabajaba en una escuela como auxiliar de preescolar. Un día una madre de un niño, decidió llamar la atención de su marido acusándolo de engañarla conmigo. ¡Por supuesto que yo no me involucraría con un hombre casado!

Resumiendo todo, digamos que la hice escupir la verdad mientras la levitaba desde un tercer piso.

Cameron casi me mata.

Y aquí estábamos de nuevo. En una nueva ciudad, buscando un empleo para tratar de hacer una vida normal.

Abrí la puerta de metal del tráiler oxidado. Sí, bueno lo malo de mudarse muchas veces y no tener mucho dinero, era que no era posible conseguir un muy bonito lugar donde vivir.

Entré pateando los tacones en el camino y postré mi trasero en el sofá cerrando los ojos con alivio.

Cuando salí de la oficina de Glenn, y todos los pensamientos me golpearon de una vez había sido terrible. Si ya me sentía mal por lo que sea que me paso después del apretón de manos con Christopher, cuando los pensamientos vinieron a mí casi me hicieron vomitar.

Por eso Cam siempre buscaba casas en las cuales no teníamos vecinos cercanos alrededor. Escuchar los pensamientos de una persona no es mi idea de arrullo en la noche. A Cam también le molestaban. Por eso mi vecino más cercano estaba a 5 kilómetros de mí.

Mi teléfono celular sonó con un mensaje. Lo saqué de mi bolso y verifiqué el mensaje.

Alisha el trabajo es tuyo. Asegúrate de estar aquí a las 7am. No llegues tarde.

Glenn

¿Qué demonios? ¿Cómo había conseguido el trabajo si no intercambiamos más de tres palabras? Literalmente había sido la peor entrevista que había hecho jamás.

Sonreí. Bueno, si este idiota me quiere contratar por el tamaño de mis tetas que sea así. Pero que ni se le ocurra hacer algo inapropiado conmigo porque lo iba a mandar volando por la ventana de su magestuosa oficina.

La Normalidad es RelativaWhere stories live. Discover now