148

7.2K 348 18
                                    

Mi parte favorita del video fue su mirada 😍.

CAMILA
-A mi me parece injusto que te cases y jamás le cuentes todo lo que hiciste antes.
-Marcus no puedo, Camila es muy sensible le haría daño al contarlo.
Su mirada acusadora no dejo de usarla, Marcus parecía demasiado preocupado por aquello que Lauren no quería contarme. Y en ese momento la duda me quemaba en el pecho, era tan grave como para que Lau no me contará nada.
Era bastante malo estar espiando su conversación.
No quería enterarme de eso escuchando sin querer así que entre a la habitación.
-Amor, quiero ir a dormir ya.
Dije y de inmediato ellos desviaron la mirada uno del otro. Lauren adoptó una actitud de inseguridad.
-Claro bebé, ya nos vamos para que descanses un rato, te esperamos temprano para desayunar. Dijo para su amigo.
Marcus asintió y me dió un beso en la mejilla con mucho cariño, en cambio Lauren solo salió sin esperarme, estaba molesta. Estaba hospedado en la casa de sus padres y apenas unos días que estaba aquí.
Cuando ambas llegamos a la casa ninguna dijo nada. La duda crecía mucho más en mi.
Ambas estabamos ya en la cama y ella no me miraba ni daba señalas de querer abrazarme. Con mucho sueño y cansada me abracé el vientre sin saber que más hacer y cerré los ojos. Sin querer un lágrima rodó por mi mejilla. No quería llorar.
-Dime que es lo que ocultas Lauren.
Dije cansada de esperar por ella.
La cama bajó mi cuerpo parecía tensarse igual que su cuerpo.
-¿De que hablas?
-De eso que no puedes decirme, por que soy muy sensible.
Se sentó y me miró.
-¿Estabas...
-Si y fue sin querer.
-Camila, es algo del pasado y no es relevante para nosotras.
Gruñí, era absurdo que me respondiera con esa excusa.
-Yo te he contado todo Lauren, hice un montón de cosas por ti, sobre Chris, sobre mis padres y tu solo ocultas todo, lo único que hiciste fue contarme a medias la situación con tus padres.
Grité cansada, para mi fortuna ambas estabamos solas en casa, Kilian estaba con mis padres.
-¿Puedes relajarte? Odio los gritos.
Saqué la cobija de encima mío y con esfuerzo me pusé de pie.
Ella hizo lo mismo pero se quedo estática frente a la cama y mirándome.
-No lo haré, no hasta que me digas algo más de ti.
-Dios, es que si no hubieras escuchado nada de eso jamás decías nada de esto. Respondió a la defensiva. Cubrió su cara con las manos y suspiró alto.
-Lauren, con todo esto solo haces que crezca una desconfianza hacia ti.
-Use a muchas chicas.
¿Que? No entendía nada de lo que me decía.
-Lo hice por que estaba tan molesta por todo, por aquello que me perdí, lo que mis padres me prohibieron, por que pensaba demasiado en ti, salí con muchas personas sin pensar en el daño.
Apenas y comprendía el rumbo que tomaban sus palabras, su tono débil y mirar su perfíl tan duro.
-Hubo una en especial, ella trabajaba conmigo, era muy buena en todo lo que hacía, la conocí en una fiesta que organizó Marcus, salimos por meses lo suficientes como para que ella se enamorará, pero yo no, no podía hacerlo, solo aprovechaba las ventajas que tenía fingir una relación, mientras estaba con ella salí con alguien más, cuando se enteró no lo soporto e intentó matarse, después de todo un drama decidió tomar otro trabajo lejos y no la volví a ver, jamás le pedí perdón, Marcus la saludó hace un tiempo en Vancouver, ella quería saber de mi y para ser más cruel, le contó que estaba con alguien, que iba a casarme y que iba a tener un hijo.
Lauren no parecía una persona mala, jamás habría imaginado que llegará a ese extremo, dios yo la amaba tanto y ella sentía lo mismo por mi, lo leía en sus ojos. Desconfíe de ella por segundos, luego me acerqué para abrazarla.
-Jamás te haría algo como eso mi amor, te lo juro. Me abrazó como si no hubiera un mañana.
-Ya lo sé Lolo.
-Te amo y bueno todo lo que hice antes de ti me duele en ocasiones por que pienso en ella, en que lastimé por que estaba dañada, estaba como obsesionada en sentirme diferente, no como la chica ciega que vivía con sus padres, que ellos mismos la rechazaban.
Se sentó en la cama sentándome en su regazo.
-Hey yo se que guardas ahí dentro.
Di un toque en su cabeza.
-Yo...no fue a la única que lastimé Cami, fueron más, en la universidad y...
-¿Entonces piensas que no te mereces esto? Ser feliz o dime que tanto piensas en esa chica.
-No, ella no me importa de forma sentimental solo me hace recordar a una persona que no quiero volver a ser.
La abracé contra mi.
-Y no lo eres, eres diferente para bien y a mi me encanta tener a esta chica ahora frente a mi, Lauren tu eres la auténtica, no la chica insegura ni la que se excede, eres tu, Lauren, lindos ojos y con sentimientos puros, futura esposa y madre, eres el amor de mi vida.
-Tu el mío, incluso antes de verte.
Dijo junto a mi mejilla momento que aprovechó para plantarme un beso tierno. Sus caricias eran como un bálsamo para mi, quitaba de pronto todos los sentimientos malos y confíaba plenamente en ella.
-No quiero volver a escuchar una charla a escondidas.
Me quejé, ella se rió.
-No me gusta que te enojes, Marcus es un idiota por contarme eso, ya le reñi y más le vale dejar esos temas en Vancouver.
Besé su frente.
-Siempre dormimos. Dijo riendo mucho más.
-Lo se pero eso de cuidar a un bebé en el vientre es cansado y más cuando debo cuidar a otros dos niños.
Frunció el ceño.
-¿Cuando dices eso te refieres a Ki y a mi?
-Si, eres como una pequeña niña, enojona y grosera. Me quejé a modo de juego. Levantó ambas cejas.
-A mira quien habla, tu eres la niña típica que quiere todo en la palma de su mano, si no, haces un berrinche, llorona y fastidiosa.
La miré con los ojos entrecerrados y comencé a hacer cosquillas en su ábdomen, cuando menos lo espere ahora era ella quién respondia igual y me mataba de la risa sobre la cama, terminamos cuando yo derramé lágrimas de tanto reír. Sus manos acariciaban el lugar con más tranquilidad y se inclinó a donde siempre.
Dió un dulce beso y comenzó a hablar con el bebé.
-Tu mamá está preocupada por que sabe que en el momento en que salgas de ahí ella dejara su puesto de niña llorona y fastidiosa.
Me reí por lo tonta que sonaba. -Te amo y sabes que muero por malcriarte como a mami.
Sus besos subieron poco a poco hasta mis labios, de modo que solo se escondió en mi cuello.
-Te amo Lauren. Repetí hasta que la sentí conciliar el sueño, en cambio yo me quedé despierta sin dejar de pensar lo linda que se vería Lauren cargando al bebé.
Recordé que Kilian era aún pequeño así que con cuidado de no despertar a Lolo salí al pasillo y llamé a mi madre.
-Hola cariño.
-Hola, ¿Ki esta bien?
Le pregunté ansiosa.
-Si, esta dormido, se la pasó jugando en el parque y bueno esta agotado.
Suspiré más tranquila, uno de mis síntomas de embarazo era que la ansiedad en cosas muy simples me invadía.
-Esta bien ¿Ustedes están bien?
-Claro que si cariño, ya vamos a dormir todos.
-Perfecto, te habló temprano para ir por Kilian, ese niño ya no le gusta pasar mucho tiempo en la casa.
Dije cansada.
-Es casi un adolescente supongo que lo asfixias con tanto cariño.
Me reí.
-No es verdad.
-Me contó que te la pasas besando sus mejillas, comiendo chocolate y luego besando sus mejillas.
Esta vez quién se rió fue mi madre, yo estaba extra cariñosa y sentimental.
-Yaaaa.
-Mejor ve a descansar Mila ¿Lauren?
-Dormida, ya me voy, les hablo mañana, descansa, los quiero.
Sin más que decir colgué la llamada y volví a con Lolo, quién roncaba como nunca, la moví un poco para que dejará de hacerlo. Se quejó pero terminó por abrazarme como siempre.

LAUREN
Faltaban tres días para el fin de semana lo que significaba que faltaban tres días para la boda. Nervios, hambre y sueño era lo que sentía. Camila tenía antojos por la madrugada y me obligaba a levantarme por galletas, leche, lechuga y demás comida. Lo sé la lechuga era una tontería pero la pedía. Luego la miraba comer como conejito las hojas, sentada en la cama y sonriendo como pequeña.
Así que no dormía mucho y por las tardes, entre cuidar a Kilian, Maní y a mi novia no podía descansar, había dejado la escritura por algunos días para no estresarme demás, a los cuidados también le tuve que agregar la atención a Marcus quién nos visitaba a diario por hospedarse en la casa de mis padres.
Miré las últimas invitaciones pendientes sobre la mesa y luego miré a la entrada donde una apresurada chica abría y cerraba la puerta, corrió al baño. La seguí pensando que requería mi ayuda pero no fue así, había bloqueado la puerta.
-¿Estas bien amor? Pregunté a través de ella.
-Ammm si, solo estoy orinando, déjame en paz.
Me reí mucho de sus palabras, casi la imaginé rodando los ojos y sentada en el váter.
Salió minutos después con mejor cara y ajustando sus vaqueros.
-Ufff apenas y llegué.
Me acerqué para saludarla.
-¿Y bien?
-Bueno, pues tengo dos notícias.
-Dime.
-El juez esta listo y el arco ese inmenso de flores es una porquería.
Abrazó mi cintura, parecía igual o peor de cansada que yo.
-Bien, pues podemos olvidarla y solo usar las flores a un costado como en inicio y pode...
Tapó mi boca con su mano.
-Jamás, yo quiero un arco de flores en mi boda. Se quejó.
En ese momento un Kilian juguetón se unió a nuestra conversación. El la había acompañado esta vez a terminar algunas cosas sobre la boda.
Miraba a su madre con burla.
-Aquí viene. Dijo Cami y rodó los ojos, parecía un poco apenada.
-¿Que hizo su tu madre ahora?
Le pregunté divertida.
Kilian estalló en una carcajada y saltó al sofá, sostenía su ábdomen sin detenerse y sonrojado.
-No lo escuches. Me suplicó Cami.
Por fin logró controlarse.
-Mamá amenazó al señor de la florería y le dijo que entraría por la noche a su negocio, tiraría toda el agua a sus flores, si no lograba hacer un arco descente.
Kilian continuó riéndose.
Camila por su lado me miró como inquieta y esperando a que yo me burlara pero en vez de eso le hice una señal, armamos un plan con tan solo mirarnos y segundos después mientras yo sostenía a Kilian, Camila le hacía cosquillas.
El niño se resistía pero finalmente se rindió y reía más fuerte, amaba su risa y amaba esos momentos en familia. Solo los tres.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora