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LAUREN
Llegó en punto en que me sentí tan mal que le dije a Camila que podrían irse que yo me las arreglaría para irme a casa después.
Desde luego se molestó más y seguí como tonta siguiéndolos y tratando de cargar las bolsas, ya no compraría más cosas.

-Lauren. Me dijó Kilian después de un rato. -Mamá y yo iremos por un helado ¿Quieres uno? Me ofreció mientrás Camila esperaba con los brazos cruzados mi respuesta. Me sentía mal y fastidiada, así que no podía comer.

-No gracias, los esperaré aquí, ya no compraré más así que cuando quieran regresar me avisan.
El despreció de ella me dolía, sentía como clavaban algo en mi corazón, había sido absurdo pensar que sería sencillo convencerla, ¿Porqué demonios actuaba así? Hace un mes estaba convencida que me quería cerca ¿Qué había cambiado en este tiempo?
Cuando me miró desvié la mirada y me senté en una banca viendo a la nada, era una buena oportunidad para descansar los brazos.

CAMILA
Estaba arrepentida de actuar así con ella, Lauren estaba molesta o resentida no lo sabía con exactitud, eso solo me hacía sentir peor.
¿Pero como disculparme?

-¿Mamá? Deberíamos comprarle algo, se ve agotada.
Me indicó Ki con la cabeza hacia donde Lauren permanecía sentada mientrás nos atendían en la heladeria.

-No se cual le gusta.

-Yo si. Dijo orgulloso. Al final salimos con tres helados, Vainilla había elegido Ki para la chica y al llegar solo agradeció a medias mientrás se las arregladaba para cargar todo y comerlo.
Salimos del lugar en silenció, Ki parecía percibir algo extraño pero no mencionaba nada, solo cargaba una bolsa de Lauren con la que ayudaba. Se metió al coche y se distrajo mirando algo por la ventana igual que Lauren quién movía constantemente su pierna, quizás por ansiedad.
Quería pedirle perdón por mi actitud desde ayer pero no sabía como, una parte de mi me decía que estaba bien, era lo correcto, así evitamos problemas y que Ki le tomará más cariño. Bufé mentalmente, el ya la adoraba aunque no la conociera y había pasado un mínimo de tiempo junto a él. Yo no quería que pasara, no quería que estuviera cerca, ella me confundía. Estacioné frente a la casa y miré como llegaba el camión con los muebles de Lauren. Eran rápidos asi que la ayuda que le había brindado era suficiente.

-Venga Ki, ya estamos en casa.
Miré a Lauren quien se bajo de inmediato y abrió el maletero para tomar sus compras.
Mi hijo decidió tomar algunas bolsas y ayudarla hasta la entrada de su casa yo solo lo observé.
En la segunda y ultima vuelta para seguir bajando, solo regreso Lauren.

-¿Y ki? Le pregunté
Tomó la única bolsa que quedaba.

-Se ha quedado platicando con los chicos que bajan los muebles, al parecer ahora se encargará de guiarlos para acomodar todo.
Ella sonrió de lado y antes de dirigirse hacia su puerta me miró.
-Muchas gracias por todo, mandó a Kilian enseguida...ya no molestaré, buenas noches.
Al escuchar sus palabras Ya no molestaré, sentí una aflicción en mi pecho, temía que no volviera a verla aunque estuviera de vecina. Me dió la espalda cuando yo no dije nada, ella camino tranquilamente mientrás yo me debatía en detenerla y disculparme o solo dejar todo así.
Tomé el impulso y baje los escalones de la entrada para acercarmé un poco a ella.

-Lauren. La llamé.
No se dió la vuelta pero se detuvo.

-No me molestá que estes aquí, es solo que piensó en mi pequeño y trató de que no se acostumbre a ti, él es muy sensible a esas cosas y cuando te vayas a Vancouver...la pasará mal.
Esta vez me dió la cara y se quedó solo ahí de pie, mientrás a mi me sudaban las manos tratando de controlarme, no me sentía segura al decirle eso, no quería que leyera el verdadero motivo en mis ojos como sentía que lo hacía.

-No piensó herir los sentimientos de un niño, ambos nos llevamos bien ¿Porqué siempre actuas a la defensiva conmigo?
Vaya sin palabras, no sabía como responder a eso, tenía una idea realmente clara de que decirle, pero era totalmente incorrecto. No podía soltarle todo así de la nada.

Lo que no se ve Where stories live. Discover now