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LAUREN
-No se, estaba pensando en que tu y yo deberiamos salir y...
-¡Lolo! Gritó Kilian interrumpiendo otro momento entre Camila y yo. No quisé mostrarme tan desesperada, y es que mi idea de pasar más tiempo con ella se veía en el piso, en los ultimos días solía pasar más tiempo encerrada en casa que viendolos a ambos, ellos tenían su rutina diaria y llegaban por la tarde a casa, yo solo quería formar parte de sus planes pero nunca se podía y cuando quería platicar sobre ello con Camila alguien nos interrumpía.
Camila notó mi cara de enfado al momento y habló antes de que Ki llegara a donde nos encontrabamos, en el patio de mi casa mientrás él jugaba a atrapar insectos.
-Cariño, sabes deberías estar haciendo tu tarea del colegio, debemos irnos.
Ella lo atrapó en brazos cuando quisó escapar, me quedé sin palabras. En ese momento Camila estaba pensando lo peor de mi, pensaba que me molestaba no poder pasar más tiempo con ella por Ki o alguna otra tontería.
-Camila. La llamé caminado tras de ella.
-Cami, escucha. Le pedí nuevamente, ella se negabá a mirarme y salía tras de Ki quien corria divertido hasta la salida.
-Hablaremos luego. Dijo y cerró mi puerta sin antes lanzarme una mirada profunda.
Dios otra vez había complicado las cosas, todo por no hablar pronto por detenerme a falta de seguridad en mi voz. Quería estar con ellos pero moría de miedo a pensar que ella se negaría a lo que le propondría. Caminé por minutos en la sala sin saber que hacer, hasta que me cansé de pensar.
Toqué la puerta un par de veces sin darme cuenta que había olvidado de nuevo mis zapatos.
La puerta se abrió Camila salio empujandome a un lado y cerrandola de nuevo.
-¿Ahora qué? Soltó enfadada.
-¿Porqué nunca me dejas terminar algo? Hace un rato no estaba enfadada por la presencia de Ki, soy yo, ¿vale? Quería pedirte algo importante pero tu como siempre actuaste por instinto...dios sabes que adoró a Kilian.
Ella bufó y quisó decir algo.
-No, necesito terminar...quería confesarte que estos días con el poco tiempo que paso con ustedes me he sentido como nunca, pero debemos aceptar que es muy poco...Cami...dejamé ayudarte con Ki por las tardes ¿Si? Me refieró a que yo podría pasar por el e incluso ir por ti al trabajo.
-¿Qué? Dijo sorprendida.
-Lo que escuchaste quiero pasar más tiempo con ustedes.
-¿Tu, de verdad?
Si le dije sonriendo, ella solo miró a todas partes incomoda.
-Compre un auto y no tardan en traerlo.
-Vaya. Solo dijo y se quedó en silencio. Yo aproveche su seriedad para acercarme lentamente hacia ella, para tomar su mejilla y jugar con su cabello un rato.
-Lauren esto me parece demasiado, es decir no es tu obligación claro que seria de gran ayuda, me refiero a que asi yo tendría el tiempo en el que voy por Ki para utilizarlo y terminar mi trabajo más temprano...pero.
-No se diga más, lo haré y no aceptaré una negativa asi que entrare para ayudar a Ki. Dije pasando a su lado pero antes de que tomará la perilla de la puerta ella me estiró a su lado.
Su cuerpo se pegó al mío al mismo tiempo en que sus tibios labios rozaron los mios, colocó sus brazos en mi cuello y yo le correspondi abrazandola por la cintura. Quería que los minutos de convirtieran en horas y poder prolongrar el tiempo en que la besaba. Sentí su sonrisa en mis labios cuando nos separamos para respirar.
-Gracias.
-Shhh...solo sigue agradeciéndolo como hace unos segundos.

CAMILA
Estaba tan alucinada besandola que no creía posible dejar de hacerlo, después de sus comentarios tontos me dió un ataque de risa en la que ella solo me miró curiosa, llego el momento en que me incliné para reir mucho más y trate de resistirme. Su ceño fruncido me obligaron a dejar de reir.
-Bien lo siento creo que estoy algo nerviosa.
Ella negó divertida y tomó mi mano para entrar.
-Mamá quiero un poco de pastel. Dijo después de terminar sus deberes.
-Ki no es momento para eso, además no tengo ganas de hornear.
-Yo también quiero. Dijo Lauren que estaba sentada al lado de Ki en el comedor. Me miraron con un puchero en sus caras, ante eso no podía resistirme.
-Bien pero ambos me ayudarán.
La cocina era un desastre y Lauren permanecía quieta juntó a la encimera con las manos aún con harina y la cara de ambos blancas, Ki apunto de inmediato a la chica quien parecía bastante asustada.
-Yo. Trató de hablar pero no supo que hacer. Giré los ojos y caminé al otro lado de la cocina para vaciar las bolsas que había traído del super, el pastel llevaba ingredientes que no tenía así que sali a comprar sin inmaginarme esto.
-Ya no tienes que decir nada, ustedes dos limpiaran y ni hablar del pastel.
-Mamá. Suplicó Ki.
-Es mi culpa y bueno tu hijo trató de impedirlo. Dijo temerosa Lauren desde su lugar, me giré de nuevo para evitar que la tonta sonrisa que apareció en mis labios fuera vista por ellos, me divertía el hecho de que Lauren tratará de explicar echandosé la culpa, lo único reconocible de su cara eran el color verde de sus ojos. Cuando rogaron un poco más por mi perdón ya no lo aguanté y comencé a reir a carcajadas. Ambos ampliaron sus ojos.
-Dios. Dije tomando mi abdomen debido al dolor por reir. -Debieron ver sus caras, fueron muy graciosas.
Ki comenzó a reir conmigo, apuntó la cara de Lauren y llegó hasta tirarse al piso. Cuando la miré de nuevo tenía una cara seria pero divertida.
-Muy graciosa debo estar.
De pronto el polvo blanco invadio mi visión, ella lo había lanzado, estaba cubierta de harina por la mitad del cuerpo y Ki reía ahora junto a Lauren, segundos después los tres nos perseguiamos por la cocina con los puños llenos de harina.

Lo que no se ve Where stories live. Discover now