133

8.1K 371 6
                                    

LAUREN
-¿Y que se supone que hice Camila?
Le pregunté antes de que con enfado lanzara uno de sus zapatos contra el piso. No me dijo nada solo continuó hacia el baño dejandome más confundida.
Suspiré cansada, la noche había resultado un desastre, un completo desastre, cuando debió ser perfecta.
No entendía que demonios había pasado, precisamente hoy y mucho menos como Camila se comportaba.
Me quité el vestido lanzandolo hacia una silla y me metí en la cama en ropa interior.
Repase la mayor parte de la noche tratando de descifrar en que momento hice algo malo, algo que la hiciera actuar así. Pero no recordé nada, a menos que el pequeño encuentro en la sala del baño haya sido visto. Era imposible, se suponía que Marcus estaba en el centro de la pista bailando con Camila.
Me sentí demasiado inquieta como para dormir, así que tome una bata junto con mi móvil y salí al balcón.
Marcus no contestaba el maldito teléfono y eso me estaba desesperando. Al tercer intento contestó.
-¿Que mierda quieres Lauren? Estas interrumpiendo algo importante.
-No me interesa, contéstame algo. Le grité enfadada.
-Claro dime. Contestó burlón.
-¿Bailaste con Camila o la dejaste en la pista?
-Solo un rato luego me pidió llevarla hacia ti, cuando nos dimos cuenta que aún no estabas en la mesa decidió ir al baño supongo, ¿Esta todo bien?
-No, nada esta bien. Grité de nuevo.
-¿Que ocurre?
-Me tope con Emily en el baño y al parecer Camila nos miró.
-¿Se besaron? Preguntó mi amigo algo entusiasmado, le encantaba verme sufrir y mucho mas cuando se trataba de lío entre chicas.
-No, claro que no pero ella no dudo en coquetear conmigo de nuevo.
-Venga esto se pone interesante.
Lo imaginé del otro lado del teléfono poniéndose cómodo y encendiendo un cigarrillo.
-La rechacé está claro, pero Camila debió ver las intenciones de esa mujer, está encerrada en el baño y muy molesta, jamás la había visto así.
Suspiré y me senté en una de la sillas reclinables.
-Bueno, quizá jamás te había visto ser perseguida por algunas chicas.
-No me interesan, sólo ella, además hoy celebramos otro mes de relación y fue un desastre.
-Hey tranquila, mejor ve con ella y platiquen.
-Vaya es la primera vez que me gusta tu consejo ¿Desde cuando te agrada?
-Desde hace días que me la presentaste, además Kilian es un buen chico, debo admitir que jamás te ví tan feliz amiga.
Sus palabras no me ayudaban mucho de todas formas, si estaba feliz hace días pero ahora todo está estropeado. Comprendí lo que mi amigo trato de decirme.
-Gracias Marcus, voy a seguir tu consejo. Colgué y respiré con profundidad antes de entrar a la habitación decidida a que me escuchara.
-Mi amor. Toque varias veces la puerta y gire el pomo para asegurarme de que realmente estaba bloqueado. -Cami.
Recargue mi frente en la puerta.
-¿Que quieres? Gritó.
-Necesito hablar contigo, sal de ahí por favor cariño.
-No me llames así. Replicó en un tono alto.
-Te llamo así por qué lo eres, cariño debemos charlar y arreglar esto.
Varios sonidos se escucharon del otro lado y sus pasos se aproximaron a la puerta. Salió como rayo del baño sin dejarme tocarla.
-Me voy a un hotel.
-¿Que? Levante un poco la voz y luego me arrepentí.
-Me iré, y si quieres solucionar esto algún día déjame ir. Su ceño estaba marcado.
-Por Dios, no lo permitiré, son las 4 de la mañana y además no quiero que te vayas no así. Le aclaré bastante inquieta por si quiera mencionarlo.
-Pues entonces vete tu. Pidió.
-Esta bien, me iré a la sala y ahí duermo, pero hablaremos primero.
Trate de tomar su mano pero se alejó soltando un gruñido.
Se quitó el vestido a tirones y colocó su pijama con movimientos bruscos.
Definitivamente jamás la había visto así, quise reírme un poco por sus acciones pero sabía que si lo hacía iba a empeorar todo.
Se metió en la cama ya deshecha por mi antes y me dió la espalda.
Suspiré profundo antes de meterme tras de ella y apagar la lámpara en la mesita de noche.
Por algunos minutos sólo escuché su respiración, no estaba dormida y tal vez no se dormiría pronto.
~¿Que demonios le digo?~ no quería verla más molesta.
Me resigné a sólo sentirla a mi lado, después de un rato me acerque a su cuerpo y la abrace por detrás. Cuando iba a recargar mi barbilla en su hombro su cuerpo se tenso, segundos después fui golpeada con una almohada en la cara. Ella estaba de pie a un lado de la cama y con los puños cerrados.
-Te dije que no me tocaras. Dijo entre dientes.
-Vale. Salí de la cama y cuando estuve a punto de salir de la recámara escuche sus sollozos.
Estaba de lado acostada y llorando. Llegué hasta su lugar para abrazarla.
-Cami, si tu no sacas el tema entonces yo lo haré.
Nos sentamos abrazadas.
Limpié sus lágrimas que corrían por la mejilla. -¿Es la chica verdad?
-No importa, soy una tonta. Dijo en tono bajo pareciendo avergonzada.
-Dios, no lo eres mi amor ¿Dime que sientes? Acaricie su mejilla para convencerla de hablar, desde luego seguía resistiendose.
-Estoy molesta, conmigo misma, con ella por acercarse a ti de esa forma y más contigo por permitirlo.
Golpeó mi mano en el intento de acercarme.
-Haber yo jamás lo permití, me tomó por sorpresa pero la aleje, de todas formas debiste estar ahí conmigo yo le aclaré que estaba con alguien y ya.
-Pero te tocó el hombro y luego susurró algo en tu oído. Dijo soltando un sollozo más.
-Pero rechacé su toque y lo que me pidió, estoy contigo Camila y eso no va a cambiar, no me interesa ninguna otra mujer, sólo tú.
Tomé su mano besando el dorso.
-¿No me crees? Te amo demasiado como para arruinarlo todo por una mujer como ella.
-¿Como se llama?
Pregunto con su ceño fruncido.
-No importa. Dije, su actitud me estaba poniendo nerviosa.
-Lo quiero saber. Aclaró decidida.
-Es Emily Williams.
Solté en voz baja.
-Es la que te ayudo con la imagen y demás ¿Es ella?
Asentí con la cabeza y la miré a los ojos.
-¿Aun trabaja para ti?
-Solo una semana más y ya.
Se soltó de mi agarre y dejo de mirarme.
-Pero yo no estoy interesada en ella ¿Porque no me crees?
-Si lo hago. Derramó más lágrimas e hizo un puchero. -Pero seamos sinceras, ella es demasiado guapa.
No entendía por qué hacía esto. Emily era guapa pero pareciera que Camila no se había visto en un espejo. Cami era tan hermosa y mucho más guapa, con un encanto peculiar, que hasta yo comencé a tener celos al llegar al evento, hombres y mujeres incluidas no le quitaban la mirada de encima, además el vestido que llevaba dejaba poco a la imaginación.
-Ven, mi amor. Hice que se pusiera de pie y la guíe hasta el baño donde había un espejo lo suficientemente grande como para vernos completas. La sitúe frente a él y yo la abrace por atrás en la cintura.
Sus ojos y mejillas estaban un poco irritados por el llanto pero ni eso la hacia verse menos hermosa.
Trato de cubrirse la cara pero la detuve con mis palabras.
-Camila sólo mírate, cualquier mujer que haya estado esta noche en el evento no podría compararse contigo, eras la más guapa, el vestido esta hermoso y además estabas junto a mi, ¿De verdad crees que yo tengo ojos para alguien más?
Ella comenzó a analizarse un poco en su reflejo.
-Tienes el cuerpo, la piel, el cabello y la sonrisa perfecta, tus manos son tan suaves y tus ojos me hipnotizan, eres demasiado guapa y sexy, ¿Crees que soy tan tonta como para dejarte ir?
Sonrió de lado y entrelazó mis manos en su cintura, yo me pegué más a su cuerpo. -Te amo demasiado y se que jamás encontraré a alguien como tú, además Kilian es un plus, eres la persona perfecta para amar Cami y yo estoy dispuesta a amarte y hacerte feliz, no deseo lastimarte y mucho menos mirar a otra mujer, tu eres lo que quiero mi amor.
Besé su cuello varias veces antes de sentir que se giraba para abrazarme. -Yo también te amo demasiado, toda tú, no quiero perderte y debo admitir que es la primera vez que me siento amenazada, eres muy guapa y hoy me di cuenta de todas las personas que están detrás tuyo y no me gustó, mucho menos ella, es descarada y te tocó el hombro, yo...solía ser demasiado celosa, supongo que pensé que lo había superado pero no fue así, no quiero que mires a nadie más.
Sus manos apretaron mi espalda.
-Y quiero que dejes de trabajar con ella, no en dos semanas para mañana no la quiero cerca tuyo.
Se separó de mi y salió del baño, su petición me hizo abrir los ojos por la sorpresa y traté de formular algo pero nada.
Cuando entre a la habitación no había nadie, corrí hacia la sala pensando en que tal vez se había ido pero la encontré tomando un poco de agua en la cocina.
Decidida llamé a Marcus.
-Hola de nuevo. Dijo fastidiado.
-Quiero que le avises a Emily Williams que deja de trabajar para mi.
Dije sin perder de vista a mi novia, estaba preparando un bocadillo.
-¿Que? Preguntó confundido.
-Lo que escuchaste, por favor hazle saber que no la quiero cerca y que el trato entre ambas se rompió, págale lo que pida.
-Wow, así te tiene Camila. Se río algo divertido.
-Solo hazlo Marcus y deja de molestarme con eso.
-Esta bien, piérdete.
Soltó antes de colgar.
-¿Con quien hablaste? Pregunto todavía enfadada.
-Con Marcus, le llamé para que despidiera a Em...
-No digas su nombre, me iré a dormir.
-Te acompañó.
-No, tu duermes aquí ¿Lo recuerdas?
-Pero...
Con sus dedos sobre mis labios me impidió hablar y sin decir más se fue a la recámara.
El sofá realmente no fue un buen sitio para acomodarme y necesitaba algo con que cubrirme de forma urgente. Por una parte moría por ir a donde Camila y abrazarme a ella pero por otra dudaba que me dejara hacerlo. Temía que se pusiera de un humor terrible.
Cuando estaba apunto de conciliar el sueño escuche sus pasos en la entrada de la sala. Fingi dormir y esperar sus movimientos.
Los pasos se detuvieron pero luego sentí como se recostaba sobre mi cuerpo y recargaba su cabeza en mi pecho, para mi suerte llevaba consigo una cobija. Susurró un par de cosas y se quedó dormida.
Estaba incómoda pero tener su compañía me hizo resistirlo.
Cuando desperté horas más tarde, no sentía la mitad de mi cuerpo, Camila aun dormía sobre mi plácidamente. Mis brazos rodeaban su cuerpo y hasta ese momento me di cuenta de que solo vestía la ropa interior, su piel caliente sobre la mía me hizo llegar enloquecer, necesitaba tocarla.
Bajé mi manos hasta sus nalgas y las apreté. Un gemido salió de sus labios y para continuar con mi juego comencé a rozar mi pierna entre las suyas, ella abrió sus ojos.
-Hola bebé. Le dije para luego besar su nariz.
-Hola. Tallo sus ojos con ambas manos y los enfoco en mi. -¿Que hora es?
-No lo sé, las 10 probablemente.
-Debemos ir con Kilian.
-Esta bien con mis padres.
Le susurre en el oído. -Quiero hacerte el amor Camila.
Su risa lleno toda la habitación.
-Que romántica.
-Lo sé.
Ella quitó la cobija de encima nuestro y se subió a horcajadas sobre mi, su piel morena resaltaba de la mía pálida.
Poco a poco se acercó a mí labios hasta estar a tan sólo milímetros de distancia, roce su labio inferior.
Tome sus mejillas cuando rompió el espacio entre ambas y cubrió mis labios con los suyos, en el beso se movía de forma lenta y seductora.
Deje su cabeza y mi mano derecha la meti entre ambas, toque su entrepierna sobre las bragas y comencé a moverme lentamente, con mis labios atrape su primer gemido de excitación.
Abandone el lugar sólo para desabrochar su sostén, luego quite sus bragas para mirarla completamente desnuda.
-Hermosa y lista para mi.
Adopté una mejor posición en el sofá.
-Sientate en mi boca bebé.
Colocando mis manos en sus nalgas la arrastre hasta que se quedó quieta con su vulva sobre mi cara. Mis manos rodearon más sus caderas y al verla algo indecisa la acerque más a mi labios. En primera pase mi lengua por su clitoris.
Su cuerpo se tensó logrando que sus manos sujetaron mi cabello con desesperación
-Lauren. Soltó un gemido. Con un poco de tiempo y varios masajes en su nudo de nervios ella supo acomodarse en el sofá para sentarse más cómoda, sus manos se recargaron en el reposabrazos arqueando más el cuerpo.
Lamí toda su entrada en un solo movimiento y ella soltó un gemido alto. Necesitaba hacerla sentir bien, que olvidará el suceso de ayer y que este momento lo sustituyera. Donde la hacia enloquecer.
Lamí sus labios por más tiempo tratando de aumentar su humedad, mientras ella sólo gemía.
Mi lengua jugaba con su clitoris de vez en cuando y se metía en su entrada buscando que se estremeciera y terminará cediendo al placer. La situación me llevo hasta apretar sus nalgas y meter mi lengua en ella todo lo que pude, su cuerpo comenzó a temblar.
-Más Lau, más.
Cuando me di cuenta que estaba a punto de llegar, la penetre con mi dedo medio.
Gritó. Mientras pase mi lengua por su clitoris aumente el movimiento de mi dedo en su interior, ella lo atrapaba y lo lubricaba con facilidad. Utilice otro de mis dedos para hacerla llegar a la cima.
-Dios, Lau.
Mis movimientos se volvieron constantes hasta que ella gritó contra el reposabrazos del sofá y llegó al orgasmo, no me sentía satisfecha de ella y mi lengua aún recorría su entrada con desesperación y mis dedos se sentían aplastados, en movimientos rítmicos fueron aprisionados dentro.
-Eso es mi amor. Deje un beso profundo en su entrada para luego morder su clitoris.
-Ya no puedo Lau. Dijo entre gemidos.
De la misma forma en que la subí la ayude a quedar a mi altura. Besé sus labios cansados atrapando su labio inferior. Tocar uno de sus pechos en mi mano fue fácil y le di un masaje relajante. Ella ocultó su cara en mi cuello.
-Fue increíble. Admitió para luego reírse.
-Sabia que te gustaría.
-Aunque me apena.
Yo solté una carcajada.
-A mi me encanto hacértelo.
Sus mejillas estaban aún sonrojadas y aproveche para besarlas.
Si pudiera describir el mejor momento del día siempre elegiría en el que me despierto junto a Camila, me gustaba oler su cabello y besar su nariz cada mañana. Sus brazos siempre me transmitían una tranquilidad muy grande. -Me siento cansada. Susurró.
-Lo sé ¿Quieres ir a la cama? Podemos dormir al menos dos horas más.

CAMILA
Lauren si que sabía compensar sus errores, esta mañana había logrado sorprenderme. Aún horas después de lo sucedido podía sentir sus caricias en mi cuerpo. Me sentía sensible y más cuando lograba mirarme a los ojos.
-¿Te gusta Camila? Preguntó Clara en uno de los extremos de la mesa mientras comíamos.
-Esta delicioso.
-A...mi tan..fien me usta. Dijo Kilian justo enfrente de mi.
-Hijo, no hables mientras comes. Reprendí.
Lauren y sus padres terminaron riendo por la situación.
Habíamos llegado justamente a la hora de preparar la comida, así que entre Lau y yo ayudamos a Clara con la mayor parte del banquete. Disfrutaba mucho verla junto a sus padres y entendía por qué también me insistiá en que pasará más tiempo con los míos.
Michael era algo serio pero cuando se trataba de contar alguna anécdota graciosa se llevaba los aplausos. Poco a poco me acostumbraba a sus charlas.
-Come rápido Cami, quiero mostrarte algo.
Sus ojos verdes me advertían que no se trataba de algo sencillo, ella ocultaba malvados planes.
-¿Puedo ir con ustedes?
-Claro bebé. Le dijo Lauren a Kilian.
Levanté ambas cejas sin saber que pensar.
-No los presiones Lauren, déjalos comer tranquilos. Dijo Clara.
Horas más tarde recorriamos un paseo dentro de un parque.
-Mamá siempre está presionando y tratando de someterme. Lau justificó, el por qué siempre Clara la corregía o le impedía tener autoridad.
-Ya lo noté.
Caminamos agarradas de la mano, yo miraba de reojo los movimientos de Kilian junto a un pequeño lago.
-Espera, no me gusta que este cerca del agua. Comprendió de inmediato que quería a mi hijo aquí.
-¡Ki! Le gritó.
El corrió hacia nosotras.
-Estaba viendo algunas ranas mamá.
-Lo sé, pero no es muy seguro. Conteste y el bufó enfadado.
-Oye, no hagas eso con tu mamá. Le reprendió Lauren.
-Si mamá. Dijo simplemente. Ambas nos sorprendimos lo suficiente como para quedarnos sin palabras, el unió su mano a la de Lauren para seguir caminando como si nada hubiera pasado, como si no la hubiera llamado mamá. Entusiasmada Lauren me dió un beso en la frente.
-Me hacen realmente feliz.
El momento de contarles a sus padres sobre su vista y la cirugía fue algo dramático, antes de la comida ella los reunió en una pequeña oficina donde su padre solía leer, les contó lo que el doctor dijo y a mi me miraron con duda. Kilian en esos momentos miraba la televisión en la sala así que no podía escuchar las malas noticias.
Clara comenzó a llorar mientras Michael maldijo en voz alta.
-¿Me estás diciendo que todo ese dinero que pagué fue en vano?
Lauren se encogió de hombros así que decidí intervenir.
-Lauren lo está viendo ahora.
Aclaré la garganta. -Si hubiese sido en vano ni siquiera estaría aquí mirándolo.
-Papá yo pensé en lo mismo, aún así el trato se cerró y esta vez yo pagaré todo.
-¿Porque insistes en irte?
-Es algo que hice hace tiempo y no cambiaré de opinión, después de la cirugía seguiré con Camila y Kilian.
Suspiró hondo mientras su padre se sentó de nuevo en una silla.
-Es tu decisión ahora, solo espero que todo salga bien y Clara, ¿No crees que ya es grande como para decidir por ella misma?
-No estará sola y los días posteriores nos quedaremos aquí hasta que pueda viajar.
Ambos habían comprendido que Lauren había tomado su decisión y que quería estar con nosotros. Para mi sorpresa su madre la abrazó llorando.-Todo saldrá bien hija.
Lauren lloró junto a ella. -Bien, debemos seguir con la comida.
Se limpió las lágrimas y salió de la oficina. Mientras Michael al salir asintió.
-Ven aquí. Lauren abrió sus brazos para sostenerme. -Te amo Cami.
-Yo a ti.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora