101

9.9K 454 14
                                    

CAMILA
Lauren casi tenía tres meses con nosotros, es decir, no conmigo sino aquí en la ciudad nosotras teníamos un mes, y para mi buena suerte todo marchaba más que bien. Hasta el momento ella trataba de estar para mi como pareja siempre pero con Ki formaba una relación tan peligrosa, una parecida a mamá e hijo, no me causaba angustia pero si duda, tenía duda de que algún día las cosas entre ella y yo no salieran bien y Ki tuviera que olvidarse de esa relación rompiéndole su pequeño corazón. Negué tratando de convencerme de que todo marcharía muy bien. Justamente hoy cumpliamos 1 mes juntas así que pensaba ansiosa en la cena que podría cocinar para ambas luego de que Ki asistiera a la pequeña noche de juegos junto a su amigo. Nick era un niño bastante atento que salía con el del colegio, Ki pasaba un buen rato contándole a Lauren todas las locuras que hacían en clases y como era de increíble el truco que ambos practicaron hace días con el Skate. Para nuestra buena suerte hoy pasaría gran parte de la tarde y noche en la casa de su amigo, su madre había platicado conmigo del plan y ella recogía a mi hijo a las 6 en la casa. Estaba bastante tranquila por que la madre de Nick y yo manteniamos una relación bastante agradable por nuestros hijos y confiaba plenamente en que los cuidaría a ambos. Mi mente dejo de vagar tanto y me concentre más en los contratos que debía ordenar para mi jefe, en ese momento el teléfono de mi línea sonó.
-Bueno dias..empre..
Una risa en el teléfono me dió la pista de quién se trataba.
-Hola señorita, no importa a donde estoy llamando sólo necesito contactar a una mujer realmente linda que me prometió llevarme a cenar hoy. La voz de Lauren se escuchó en la línea. Sonreí como tonta escuchando sus palabras. Lauren siempre me trataba con mucho cariño y nunca evitaba sonrojarme con sus elogios.
-Creo que se equivocó de número. Le contesté sería tratando de hacerla reírse un poco. Me encantaba su risa ronca.
-Amm...no se, dudo que usted no la conozca...trabaja ahí y quizás no la recuerda pero le daré su descripción.
-Adelante. Miré la puerta de la oficina de mi jefe para saber si podía escucharla fanfarronear un poco.
-Es una chica de cabello castaño y ojos café realmente encantadores, su piel es morena clara y bueno tiene una sonrisa tan hermosa que podría deslumbrarle, además ni hablar de su trasero es realmente respingón y cuando lo tocas se siente....
-¡Lauren! Le grité cuando escuché eso último.
-¿Como sabe quien soy? Dijo divertida.
Solte una risa avergonzada, sus comentarios sobre mi físico eran agradables y lindos, pero siempre los cambiaba por otros un tanto vulgares.
-Ya deja de jugar, la verdad es que quería jugar contigo un poco pero poniéndonos serias, yo aún me sonrojo con lo que dices.
-Insisto ¿Como supo mi nombre?
-Porque yo soy la mujer linda que buscas y que te invito a cenar esta noche.
-Vaya eso cambia todo...¿Como estas corazón? ¿Que tal el trabajo?
Mi corazón se disparaba cuando me llamaba de forma cariñosa.
-Ahora mucho mejor que escucho tu voz. Soltó un suspiro largo por la línea y casi la imaginé despeinado su cabello.
-Dios Cami, ya te extraño y eso que solo han pasado horas desde que me dejaste en la cama.
-Eso suena pervertido, debemos dejar en claro que sólo dormimos acurrucadas.
-Lo se. Dijo enfadosa, yo giré los ojos, aún recordaba como se había puesto al negarle hacer el amor, aún no estaba segura de que era correcto, es decir, en cualquier momento de la noche Ki podía despertar y escucharlo o entrar a la habitación. Me daba pánico que eso sucediera así que desde la primera vez que estuvimos juntas ella no había mencionado nada hasta hace días que discutimos antes de dormir, los intentos habían sido muchos pero jamás llegaron a concluir debido a las interrupciones de mi hijo y sin ninguna oportunidad de hacerlo, ella se ponía de mal humor.
-Lau bebé ya sabes, sólo debes esperar hasta hoy en la noche, ya esperaste casi tres semanas no veo por que tanta ansiedad.
-¡Pues por eso! ¡Tres semanas!
Gritó en el auricular. -Lo dices como si fuera tan fácil.
-¿Te pondrás igual? Le dije ya enfadada, no tenía derecho en gritarme y menos por el teléfono. Respiramos profundo al mismo tiempo haciéndonos escuchar.
-Amor es sólo que te necesito ¿Vale? Nos es fácil tenerte todas las noches en mis brazos y no poder besarte y tocarte, es frustrante y bueno yo respeto lo que digas.
Su tono triste me hizo reír. Era vulnerable a mi mandato, así que si le decía que se detuviera lo hacía.
-Yo también deseó que me toques Lau, pero no es muy seguro en la casa y además hoy pasará.
-Nunca digas la palabra deseo por teléfono. Resopló eso me hizo reír mucho más.
-Te deseo. Intenté molestarla repitiendo lo que sentía.
-¡Camila! Lo digo en serio, terminaré fingiendo algo para que puedas volver del trabajo.
-Ni lo intentes, volviendo a eso debo continuar, sólo quería decirte que he decidido mejor cenar en casa.
-¿Que? ¿En serio?
-Si, ambas la preparamos y así pasamos mucho más tiempo juntas y cocinando ¿No quieres?
-Claro que si cariño, aunque podríamos saltarnos ese paso y mejor probar el postre.
Tapé mi boca para evitar que escucharan mi carcajada en toda la oficina.
-Dios Lau no digas eso, estoy algo apenada, por favor no olvides ir por Kilian.
-¿Cuando lo he olvidado? Antes te olvidó a ti.
Era verdad, Lauren era capaz de olvidarse de una cita conmigo que abandonar a Kilian en algún sitio.
-Lo se y no sabes lo especial que es para mí, Te amo Lauren.
-Yo también mi amor, nos vemos en unas horas, te extraño.
-Igual, disfruta tu tiempo sin mi.
-Nunca.
Colgué antes de alargar la llamada y evitarnos el típico Cuelga tu, estábamos en la fase de ensueño, todo el día dándonos cariños y hablando de forma cursi, me encantaba.

Lo que no se ve Where stories live. Discover now