Capitulo 100: MIEDO.

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Después de aproximadamente una hora conseguí pensar con más claridad, más relajado. Y después de media tarde pasando del móvil me di cuenta que tenía como unas veinte llamadas perdidas de Ana, de mi madre y de Guille. Y la verdad es que de la persona que menos quería tener era de la que más tenía. Era imposible huir, pero tampoco tenía ganas de hablar con ella del tema. Sabía que íbamos a volver a discutir y siendo egoísta ahora mismo no me iba a creer nada de lo que me dijera, es mas ni siquiera me apetecía oír su voz. Pero para no variar y llevarme la contraria, tenía que sorprenderme. Estaba quedándome grogui sobre la cama cuando empecé a oír murmullo en el pasillo. Y después de unos minutos oyendo como se quejaban y discutían bastante alto, decidí asomarme a ver o por lo menos oír lo que pasaba.

Y si os digo la verdad fuera sido mejor no salir al pasillo. Lo primero con lo que me encontré fue con una pareja de ingleses de cierta edad avanzada discutiendo porque habían golpeado la puerta de su habitación molestándoles y junto a ellos medio pasillo discutiendo unos con otros por mas o menos lo mismo, mientras otros obstaban por volver a sus habitaciones tras mirar el percal que se estaba formando fuera. Y entonces ocurrió lo que pensé que no ocurriría nunca...

]] ¡¡¡Pero me quiere soltar idiota!!! ¡¡A MI ME HABLAS EN CASTELLANO!! ¡¡Le dije que era importante!! ¡¡MARC!! ¡¡MARC!! ¡¡QUE NO ME TOQUES!! ¡¡MAAARC!! ¡¡QUE NO ME VOY!! ¡¡¿PERO QUE ME ESTAS CONTANDOOO?!! [[

No podía ser verdad vamos...esto tenía que ser una broma...tierra trágame de verdad. ¡Increíble! Definitivamente era increíble...Y no...no era un sueño...podía oírla...era imposible que no fuera ella.

Me puse unas deportivas rápidamente, cogí la tarjeta de la habitación y cagandome en sus santísimos ovarios fui directo hasta encontrarme con el pastel entero. Y sí! Era ella. Con el recepcionista y dos guardias de seguridad agarrándola. Sumémosle que no paraba de gritar y patalear intentando soltarse y que ni si quiera les dejaba hablar. ¡¡Toda una odisea!!

Respiré profundamente llegando tras los guardias y...

-Marc: ¿Disculpen...?

La vergüenza que escondía tras mi cara de seriedad era bastante evidente pero ya que la estaba y la había formado bastante tendría que intentar al menos que no la denunciasen.

Tanto el recepcionista, como los guardias, como ella, al instante me miraron. Y digamos que me tiré como una media hora aproximadamente insistiéndoles de que era mi pareja y que no había podido avisarles que venía mientras me disculpaba una y otra vez por lo ocurrido. Más que nada porque había formado la de dios es cristo e incluso habían llamado a los mossos d'Esquadra para que la sacasen a la fuerza. Por suerte y después de disculparme como tropecientas veces más (y porque era yo más que nada) decidieron no presentar cargos contra ella. Y aquí estábamos. Tres minutos más tarde entrado por la puerta de mi habitación.

Un segundo....Ese fue el tiempo que tardó en abrir la boca...

-Ana: A ver Marc puedo explicarlo...

-Marc: ¿El que exactamente? ¡¿Qué casi te tengo que recoger en comisaría, que no te han denunciado de milagro, que le has pegado una leche al recepcionista, que te has colado en un hotel por la cara o que cojones me vas a explicar Ana?!-dije perdiendo la paciencia.

-Ana: ¡¡¡NO!!!-dijo parándome en seco.

-Marc: ¡¿No qué?!

-Ana: ¡Que te calles!

-Marc: ¡Encima!

-Ana: Quizás si me fueras cogido el teléfono, no hubiera tenido que discutir con el recepcionista por no dejarme entrar ni decirme dónde estabas...

La casualidad más bonita del mundo. (Marc Márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora