Quiebre

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Domingo por la mañana y ya sentía un poco de nervios. Vería a Paul y no sabía cómo reaccionar ante la noticia que me traería. Me había dicho que llegaría al departamento a las seis de la tarde aproximadamente, mi nervios crecían y mi mente volaba a una velocidad increíble.

Mi timbre sonó a las seis y media. Tomé mucho aire y caminé hasta la puerta, Paul estaba de pie con un rostro serio, preocupado e imposible de comprender. Lo hice pasar y entró con el ceño fruncido, en señal de que estaba estresado y preocupado.

Quiero explicaciones – murmuré de brazos cruzados – Elisa me escribió y me lo contó – me miró sorprendido y suspiré – entonces sí – agregué y llevó ambas manos a su cabeza con desesperación.

Es que no entiendo – dijo con la voz rota – esto definitivamente no estaba en mis planes ¿sabes cómo me siento? A punto de estallar y no logro comprenderlo – negué.

¿Cómo no vas a comprenderlo? Dormiste con ella, olvidaron los métodos y ahora tiene un bebé tuyo – él negó.

No he dormido con ella – exclamó – pero los exámenes anunciaron positivo – cerré los ojos unos segundos y miré a otro sitio. No podía mirarlo – tenía planeado un futuro contigo – negué.

¡Pero no! – exclamé molesta - ¡TODO SE ARRUINÓ POR ESA MUJER! – moví mis manos exageradamente – ella te quería a su lado y mírate, lo consiguió, lleva un bebé tuyo, ahora se cumplirá el sueño americano de Elisa – dije con una risa amarga y Paul me miró molesto – yo complicándome con todo y ella debe estar riéndose de mí ahora – comencé a escupir palabras por la rabia que sentía en mi interior. Ya no podía medir lo que estaba diciendo – tendrás que ir a verla, llevarle regalos para el bebé y cuando nazca, te darás cuenta que será hermoso o hermosa porque tiene los genes tuyos y los de Elisa ¿qué se puede esperar? Yo estaba rompiéndome la cabeza por lo de Steve mientras que tú estabas viendo el abdomen de tu ex novia que lo único que hace es... - Paul separó los labios.

¿Rompiéndote la cabeza por lo de Steve? – preguntó y sentí mi corazón acelerarse. Maldita sea. No me había dado cuenta - ¿pasó algo con Steve? – volvió a preguntar con seriedad.

No va al caso – traté de evadirlo.

¿PASÓ ALGO CON STEVE? – exclamó y lo miré con rabia.

¡SÍ! – grité molesta - ¡ANOCHE ESTUVE CON STEVE! – tenía que sacarlo. Paul me miró con el rostro destrozado y las manos a mi rostro con desesperación.

¿Cómo pudiste? – preguntó decepcionado y sonreí falsamente.

¿Cómo pudiste? ¡SERÁS PADRE CON TU EX NOVIA! – grité con ira – tengo la jodida cabeza en otro lado y no pensé con lógica lo que estaba haciendo anoche pero ya no puedo seguir así Paul. No puedo seguir contigo si tengo que estar viviendo bajo alguna amenaza de Elisa. No le tengo miedo pero me cansé de ser su maldito blanco – Paul seguía mirándome con seriedad - ¿te vas a ir con ella? – pregunté y asintió. Algo me decía que lo hacía porque había herido su ego masculino.

Ya no tengo opción – dijo con sequedad – tengo que estar con mi hijo – miré al suelo y asentí – puedo notar que ya no hay nada entre nosotros.

Por Elisa – dije tan suavemente como un suspiro – ella siempre estaba en medio – agregué – quizás ella está destinada para ti – Paul me miró enojado y negó.

Ya no hay más que hacer – esas palabras me habían dolido – ambos tenemos que seguir nuestros caminos – presioné mis labios y traté de no llorar. No quería verme vulnerable y destrozada ante él – aún siento cosas fuertes por ti Sabrina pero hay veces en que tenemos que poner puntos finales – o seguidos. No. Esto se va.

Creo que es lo mejor para ambos – murmuré con el corazón roto – tienes que estar con ella en este momento – me miró fijamente y noté la tristeza en sus ojos ¿cómo le diría adiós a Paul? ¿Cómo terminaría la increíble aventura que habíamos creado con mi profesor? El corazón se me había trizado y las partes caían como vidrios rotos. A veces, las decisiones dolorosas crean futuros más claros. Ya no había opción.

Te deseo lo mejor Sabrina – dijo y cerré los ojos para grabarme su voz – lo mereces y jamás podré olvidarte – agregó y presioné los labios.

Espero que seas feliz – dije mirándolo fijamente. Me dolía mirarlo y no quería estar ahí cuando caminara hasta la puerta – pero no puedo estar contigo si Elisa va estar ahí – agregué.

Y yo no puedo estar contigo luego de lo de Steve – dijo y sentí una puñalada en mi pecho. Ambos heridos por el orgullo. Miré a otro sitio y mis ojos comenzaron a cristalizarse.

¿Es éste el final? – pregunté con dolor en mis palabras y Paul me miró con un rastro de tristeza.

Sí Sabrina – ahí. En aquel momento, mi corazón ya se había roto en mil pedazos y no podía contenerme. Asentí entre lágrimas.

Bien – susurré – es mejor que te vayas Paul – limpié mi mejilla con el dorso de mi suéter – Paul asintió. Abrí la puerta y no podía creer lo que estaba sucediendo. Todo se había destrozado y no me sentía preparada. Al principio, solía decir que era una aventura y estaba preparada para lo que sea pero ya le había tomado mucho cariño a Paul y era el final. Caminó por el pasillo y cerré la puerta entre lágrimas. Me deslicé y caí sentada, con un llanto incontrolable, con muchas puñaladas en mi pecho y una nueva realidad que no sabría comprender.

Todo se había apagado.

Ya no había un todo.

Habíamos puesto un punto final en nuestra historia.

Profesor y efecto. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora