Nueva experiencia

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Cuando llegué, entré tímidamente y le sonreí a la secretaria. Me llevó hasta la oficina del gerente y él sonrió al verme. Era joven, alto, con ojos claros y lindas facciones. Me invitó a tomar asiento y acepté con una sonrisa. La mujer salió de la oficina y mientras él terminaba de firmar unos documentos, me fijé en cada detalle del lugar, cuadros, la vista, las pequeñas esculturas sobre su escritorio y su rostro de concentración. El museo era bastante moderno, hacían exposiciones fotográficas y de pintura, llegaban grandes pintores o escritores de libros para firmarlos a sus admiradores. Era un lugar blanco, enorme, con muchos vidrios y espejos, grandes pinturas sobre las paredes, placas doradas con los nombres de los artistas, oficinas y una cafetería en el último piso. El gerente era bastante joven porque cuando recibí uno de los correos, me lo imaginé mayor y con mirada fría pero no se veía así.

Señorita Evans – murmuró mientras leía documentos.

Soy yo – respondí y me miró con una sonrisa.

Un gusto conocerla – dijo con su mirada fija – la directora me había hablado de usted pero ella está en Bélgica ahora – asentí – vuelve en unas semanas – miró un papel y asintió – me dijeron que te especializabas en esculturas y pinturas del renacimiento – asentí – interesante – yo sólo sé una pincelada de arte porque mi padre es el fundador del museo – separé los labios sorprendida.

Lo he visto en revistas – él soltó una risa y asintió.

Espero que te guste trabajar aquí – murmuró y sonreí.

Siempre he querido – dije animadamente y soltó más risas.

Puedes pasar a la cafetería y luego comenzar tu turno – movió sus manos y me recordó a Paul – le diré a Leah que te presente a las... - se quedó pensando unos segundos y luego negó – olvídalo, mejor lo haré yo – se acomodó la camisa azul y me indicó que lo siguiera. Salimos de su oficina y subimos el ascensor – como ves, todo es tranquilo aquí, nos gusta la tranquilidad y si hay un problema, se resuelve en mi oficina a puerta cerrada. No nos gusta ''contaminar'' – hizo un gesto de ''entre- comillas'' con sus dedos – el ambiente relajado del museo porque tienes que disfrutar de las obras sin interrupciones. Ponemos música clásica suave, ahí está uno de los salones de esculturas – apuntó y alcé las cejas – ven – me guió hasta ahí y me quedé impresionada. Muchas esculturas preciosas, enormes, bien ubicadas y elegantes estaban en aquel gran salón tranquilo – ¿te gusta? – preguntó y asentí con una sonrisa.

Es fantástico – dije con fascinación – salimos y nos encontramos con dos chicas altas y sonrientes.

¡Aquí está señor Blanchard! – exclamó una de las chicas y él asintió - ¿está todo en orden? – preguntó.

Todo en orden chicas, ella es Sabrina, es nueva y le estoy mostrando el lugar – me presentó y las chicas me miraron con atención – quiero que en un rato la hagan sentir como en casa porque de las dudas me encargo yo – asintieron y lo miré sorprendida. Hubo un segundo de silencio y las chicas se alejaron para seguir con sus cosas. Seguimos caminando y me mostró los otros salones, todo era espectacular y me encantaba.

Tu oficina estará acá – me mostró una habitación blanca con un escritorio y un estante – puedes decorarlo a tu gusto, con pinturas y esas cosas – asentí con una sonrisa y me miró por unos segundos – puedes comenzar – dijo luego y tomé mucho aire.

¡Qué emoción! – exclamé y lo hice reír.

Cualquier cosa, estoy en mi oficina, subes y golpeas mi puerta – se acercó al umbral y sonreí.

Profesor y efecto. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora