Novedad

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Pedimos nuestros platos y nos quedamos mirándonos con una sonrisa – te ves tan linda – dijo con ternura y acaricié su mano – Steve debe babear como loco – puse los ojos en blanco.

¿Qué dices? Además, todas las chicas que trabajan ahí son muy lindas – llevé la copa a mis labios y él alzó los hombros – ¿Elisa te acompañaba a los eventos? – se quedó en silencio y suspiró.

Sabrina – murmuró y asentí.

Perdón pero sólo quería saberlo – miró a otro lado y luego volvió a poner sus ojos en los míos.

Sí, me acompañaba cuando estábamos juntos y me hiciste acordar de algo – buscó un sobre en su abrigo y me lo entregó – invitados a la exposición de arte – abrí el sobre y comencé a leer. Habían invitado a Paul a exponer alguna de sus obras en el museo de Steve. Alcé las cejas y lo miré con sorpresa.

Quizás estás en la lista de Steve – exclamé y lo hice reír - ¡es grandioso!- el asintió.

Estaba pensando en exponer ''Sabrina'' – dijo con una sonrisa traviesa y alcé las cejas.

Debes estar bromeando – murmuré y negó.

Es la verdad – cubrí mi boca con ambas manos y comencé a reír.

Te premiaré en casa – le dije de manera coqueta para hacerlo reír y alzó las cejas.

Quiero irme ya – siguió el juego y reímos. Estábamos comiendo tranquilamente, disfrutando la mirada y los chistes del otro mientras sonaba buena música de fondo. Me gustaba salir a comer con él y no me importaba si íbamos a algún restaurante lujoso o a comer panqueques en la calle, con Paul siempre lo pasaba bien. Cuando llegamos a casa, nos recostamos en su cama y luego de un momento de intimidad apasionado, nos dormimos. Sentía algo que vibraba y pensé que era mi teléfono, me levanté y noté que era el teléfono de Paul.

No lo hagas Sabrina

No lo hagas Sabrina

No lo hag...

Miré la pantalla desde lejos y leí la notificación de mensaje.

''¿Hablaste con Elisa sobre los exámenes? – Bill'' – me quedé boquiabierta y sentí molestia. Fui a la cocina para beber un poco de leche y pensar en el mensaje. No quería hacerlo pero no podía evitarlo. ¿Elisa realmente estaba embarazada? ¿Paul me lo estaba ocultando?

Me quedé de pie junto al refrigerador pensando en lo que había leído y por más que le ordenaba a mi mente ignorar eso, no podía lograrlo. Sentí pasos en la escalera y vi a Paul de pie con sus ojos muy abiertos.

¿Por qué no estás durmiendo bebé? – preguntó acercándose y mentí.

Estaba muriendo de sed – le dije con una sonrisa.

¿Tienes hambre también? Porque puedo preparar algo – negué.

Ahora tengo más ganas de dormir que nunca – le dije besando su mejilla - ¿vamos? – pregunté y asintió. Subimos a su dormitorio y nos metimos en la cama. Quizás dormir me ayudaría a olvidar, aunque sea por un rato.

Hacen linda pareja – dijo Steve mientras mirábamos su impresora.

¿Gracias? – respondí y lo hice reír.

Anoche olvidé enviarte el correo porque había sacado a pasear a mi perro – explicó – hoy te lo enviaré sin falta – asentí - ¡qué pequeño mundo! Paul Hart, tu novio, vendrá a la exposición – solté un suspiro y la duda volvió.

Gran sorpresa – respondí y me miró con duda.

¿Todo bien? – preguntó y asentí.

Sí, sólo estoy un poco cansada pero nada que un capuchino no solucione – hice un guiño y lo hice reír – con un rollito de canela – sí, mi jodida debilidad. Había quedado de juntarme con Natalie y Tonka después del trabajo. Íbamos a ir a un restaurante con música buena y ricos platos, perfecto para conversar entre amigos de temas que son totalmente extraños.

Mi jornada iba muy bien, revisé todos los detalles del evento y estudié la historia de algunos artistas. Cuando eran las seis y diez, arreglé mis cosas y tomé mis llaves del auto dispuesta a salir. Conduje unos quince minutos hasta que encontré estacionamiento para juntarme con las chicas. Caminé hasta nuestro punto de encuentro y sonreí al verlas.

¡Mira a esta chica! – exclamó Tonka de manera divertida - ¿eres tú Sabrina? – negué entre risas y las abracé – veo que el museo te está haciendo muy bien – asentí.

Ya me siento como una jodida adulta – murmuré entre abrazos y rieron – muero de hambre y de ganas de hablar – las chicas asintieron y caminamos hasta el restaurante que estaba a unos pasos. Pedimos una ronda de tragos dulces en el happy hour. Comenzamos con Tonka, que nos contaba que estaba saliendo con David y que siempre terminaba con dolor de abdomen por las risas que le causaba. Era cierto, David era la diversión hecha persona. Natalie decía que ya era administradora de la florería y que se sentía totalmente feliz, eso me enorgullecía muchísimo más de lo que ella creía.

Ahora tú – dijo Natalie e hice una mueca que las hizo reír – bien, no has cambiado tanto como pensé – dijo con diversión y reímos.

Me encanta mi nuevo trabajo, las personas son bastante amistosas hasta ahora y mi jefe es joven, apuesto y agradable – Tonka alzó las cejas.

Foto – murmuró y alcé las cejas.

No tengo fotos de él – dije entre risas - ¿por qué las tendría? – ella alzó los hombros y me reí más – Paul está muy bien, tierno y amable como siempre aunque... - pausé unos segundos y las chicas me miraron con duda.

¿Ya no es tan apasionado? – preguntaron y negué.

Sin querer leí un mensaje que le llegó – confesé y me miraron con los ojos muy abiertos – en realidad, sólo leí la notificación porque no iba a desbloquear su teléfono, no soy tan así – ellas asintieron – había un mensaje de un tal Bill que preguntaba cómo iban los exámenes de Elisa – las chicas abrieron más los ojos y suspiré.

Ok, vamos a ir lento – dijo Natalie – exámenes – agregó con voz más baja - ¿será del rumor del embarazo? – alcé los hombros.

Chicas, sólo sé que si es verdad, no podría estar con Paul – dije con algo de tristeza – no porque sea padre, sino porque Elisa se saldría con la suya y siempre tendría que tenerla presente como madre de su hijo o hija – miré mi copa – además calcularía el tiempo para ver si calza – Tonka negó.

Mejor esperar, espera hasta tener alguna prueba convincente y vemos que hacer – dijo con su mirada fija en mi – es un mensaje sospechoso en todo caso pero no debes estresarte por eso, menos si estás en un nuevo trabajo con nuevas responsabilidades – asentimos.

El amor es tan raro – dijo Natalie – pero esa tal Elisa es una pesadilla – asentimos.

No quiero tenerla en mi vida – les dije con preocupación – no quiero vivir con el miedo de tener que enfrentarla otra vez – Natalie negó.

Cualquier cosa, estamos acá querida, sólo hay que esperar – acarició mi hombro y asentí. Sólo quedaba eso.

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Profesor y efecto. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora