Más cerca

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Esa noche me dormí con la imagen de nuestros cuerpos juntos en el auto, dejando que la pasión nos guiara y que nuestros labios hicieran lo que mejor sabían. Cuando desperté, agradecí el hecho de que fuera sábado. Me iba a levantar tranquilamente e iba a hacer todo en cámara lenta. Me gustaban los días libres porque podía tomar un café tranquilamente en el desayuno y pasearme en pijama lentamente por mi departamento.

¿Qué estaría haciendo mi profesor? Lo imaginaba en su casa con una camiseta blanca leyendo el periódico con un café cargado a su derecha. Aquel lindo cabello desarmado y sus ojos enloquecedores totalmente tiernos después de un largo sueño. Últimamente, Paul estaba caminando bastante en mis pensamientos y más ahora que ocurrió aquel acto entre nuestros labios. Me estaba gustando demasiado lo que estaba pasando entre nosotros y cada día que transcurría, menos me preocupaba de lo que podía pasar alrededor de nosotros. Excepto por el tema de mi universidad porque es totalmente exigente y está más que claro en el reglamento que JAMÁS puede haber un tipo de relación extraña entre el profesor y el alumno mientras dure la carrera pero el juego del coqueteo a escondidas me fascinaba y hacía mi vida mucho más entretenida y placentera. Cociné algo delicioso y con todo el tiempo del mundo. Me quedé unas horas viendo películas en mi sofá y leyendo un par de cosas en mi laptop. Mi día iba perfecto en todo sentido.

Nuevo mensaje:

PP: ¿Qué tal amaneció hoy? ¿Puedo llamarla?

Casi me infarté al leer y mi corazón latía velozmente. Respondí.

Sabri: Estoy genial *guiño* claro que puedes llamar.

Lo envié y me quedé unos segundos esperando. Sentía mis latidos tan ruidosamente en mis oídos y mis manos temblaban un poco. No podía creerlo, me iba a llamar y causaba un alboroto en todo mi sistema nervioso. Con mi teléfono en la mano, trataba de calmar mis nervios y sonar lo más natural posible ¿Por qué siempre he sido tan ansiosa? Me juega muy en contra en las situaciones así. Mi teléfono comenzó a sonar y tomé una gran bocanada de aire antes de contestar ¡ESCUCHARÍA SU LINDA VOZ!

*PP Llamando... *

Deslicé mi dedo por la pantalla.

Contestar.

- Hola – su voz me deleitó y sonreí.

- Hola ¿cómo estás? – pregunté con voz alegre.

- Estoy muy bien, algo cansado porque hoy me rompí en el gimnasio – escuché una risita suave y me derretí – no es muy buena idea beber y dormir tarde si tienes gimnasio al otro día- reí.

-¡Vaya! Yo fui a comprar un par de cosas al supermercado que está cerca y no pude llevar a mi perro a pasear – le conté – lo llevaré más tarde.

- ¡Suena divertido! Tienes buena compañía – su voz causaba estragos en mi mente.

- Sí ¿qué estás haciendo tú? – pregunté a los segundos.

- Buscaba un par de series para ver más tarde y aproveché de lavar mi auto – la imagen que apareció en mi cabeza no fue la más correcta pero no me importó. Imaginar al profesor Paul con una camiseta blanca empapada mientras se sostiene con sus fuertes brazos para limpiar muy bien su auto mientras que con una mano retira su cabello mojado de la frente y sonríe seductoramente ¡SANTO CIELO! - ¿estás ahí? – preguntó.

-Sí, lo siento, estaba vigilando a mi perro – mentira.

- ¡Qué ganas de conocerlo!

- A él le suelen agradar las personas cuando le regalan rollitos de canela.

- ¿Cómo a su dueña?

-Exacto.

- Eso me parece grandioso.

-¿Paul? – pregunté.

-Dime – su voz causó temblores en mi cuerpo.

- Lo pasé increíble anoche.

- ¡Que coincidencia! Yo también lo pasé genial Sabrina.

- ¿Quieres acompañarme a pasear a Bruce? - ¿QUÉ?

- Me estás tentando.

- Hay un parque muy cerca de mi edificio y me gusta hasta que oscurece.

- Entonces ¿a qué hora te veré? - mi interior se derretía como hielo a cuarenta grados de calor

- A las siete y treinta ¿te parece?

- Perfecto, estaré ahí.

- Entonces nos vemos – sonreí aunque no podía verme.

- Nos vemos en un rato Sabrina – su voz fue dulce y esperé unos segundos antes de finalizar la llamada. Corrí totalmente emocionada a mi habitación y busqué algo bonito y cómodo para usar. Unos jeans, una camiseta negra que mostraba un poquito de mi escote (casi nada), un collar plateado que tenía un dije con forma de una flor caribeña muy pequeña, mi chaqueta color verde olivo y unas zapatillas blancas muy cómodas. Arreglé mi cabello simplemente moviéndolo un poco, me apliqué un labial suave y el toque final fueron unos cuantos toques de perfume. Estaba lista para verlo.

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Profesor y efecto. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora