Capítulo 39

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Su efusivo latir se detiene durante un segundo, y luego, sin importarle la negativa del enfermero que los acompañaba, se encamina e ingresa donde se encontraba la pelirroja. Observa la habitación concentradamente, deteniéndose en ella.

Sus ojos están abiertos, pero parece estar hundida en sus pensamientos, mirando hacia el cielo con desinterés en lo que el médico dice. El hombre gira medio cuerpo hacia Connor, quien no ha reparado en su presencia. El chico pasa por su lado sin si quiera dirigirle una vaga mirada, y esto, molesta de sobremanera al profesional.

— ¿Quién le permitió ingresar? — le pregunta hostilmente.

Connor gira medio cuerpo, algo sorprendido por la pregunta. Escudriña al hombre con la mirada, y luego menea su cabeza en un intento de negación... o quizás afirmación.

— Nadie— responde.

— Entonces, ¿qué está haciendo aquí? — le pregunta.

Connor no responde; piensa un momento y comienza a girar lentamente hacia la chica que estaba a su espalda. Ella lo mira, con el ceño fruncido, pero con una leve sonrisa en sus labios. Él le sonríe de vuelta, haciendo que en su interior algo se encendiera, algo que quizás había muerto hace mucho tiempo.

— Hola— murmura. Da un paso en su dirección, pero el delgado hombre lo detiene.

— La paciente acaba de despertar, no es bueno someterla a emociones repentinas—explica el hombre de delantal blanco. — Déjeme hacer mi trabajo, y salga de la habitación. Apenas pueda entrar a verla, le informare.

Connor entiende sus palabras, y la preocupación lo inunda de pronto. No quiere que le pase nada, no quiere someterla a un peligro innecesario. Asiente muy a su pesar, la mira todo lo que puede, mientras ella evita por completo su mirada. Se ve algo ida, y no es para menos.

El chico retrocede los pasos que había dado, y se encamina hacia la puerta. Se detiene bruscamente frente a ella, pensando en la idea de ir y darle un beso; corto pero necesario. Sin embargo, se arrepiente de ello, y sale de la habitación sin más.

— ¿Y? — pregunta Jason.

Connor lo mira, pero no responde.

— Hay que esperar a que la vean, y luego nos dirán cuando podremos hacerlo nosotros— le explica a Rose.

El muchacho toma asiento junto a ella, resignado a la espera. Mira al frente, donde Jason está sentado aguardando al igual que él, pensando en lo desastrosa que se ha vuelto su vida. No había pensado en ello desde hace bastante, y volver a hacerlo, solo provoca un mal sabor de boca.

Sin embargo, al recordar aquello, pensó también en el campeonato. Los nervios atenazan en su sistema pensando que falta apenas un día para aquel momento; el momento por el que ha luchado tanto, por el que ha pasado, por tanto. Las ansias son parte de él, sin embargo, se apaciguan al pensar en Redd.

Le hubiera gustado estar con ella en aquel instante. Que ella sea quien le dé el aliento para seguir, y terminar vencedor en la batalla. Pero no se podrá, y lo tiene claro. Golpea su pierna con su puño, reaccionando a sus propios pensamientos, y se levanta de su asiento con brusquedad.

Camina hacia el exterior mientras busca su teléfono móvil, y le marca a Chris. El hombre, algo exaltado, le pregunta dónde es que se encuentra, y por qué no ha llegado al último entrenamiento, y entonces Connor le explica todo. El castaño parece comprender, sin embargo, no comparte la decisión de Connor, de quedarse en el hospital.

— Sabes que es el más importante— le explica él, y Connor asiente con la cabeza. — Deberías venir, al menos una media hora a hacer alguno de los ejercicios.

CONNORМесто, где живут истории. Откройте их для себя