Epílogo

31 5 0
                                    


—¡Eso mi amor! Otro pasito, vamos, vamos —la estrechó contra su cuerpo cuando Antonella logró llegar a él—. ¡Bravo, mi amor! —la alzó y giró con ella en sus brazos. Mamá está muy feliz de que ya camines preciosa...

—¿Mamá? —apunta la foto gigante sobre el sofá que había de los tres..

—Así es, mamá.

—¿She fue?

Rodrigo suspiró.

—Está descansando en el cielo y nos está esperando —sonríe como puede. Le partía el alma tener que hablar de Clau.

No precisamente por hablar de ella. Le encantaba que su hija la tuviera presente y se encargaba de ello. Pero dolía. La pérdida había sido muy reciente.

Cada noche recordaba esa última noche. Su petición. Prácticamente le había rogado y así había sido. Le había pedido permiso a él para morir. A veces se le pasaba por la cabeza que podría haber sido un poco más egoísta para tenerla con él. Sólo un poco más.

Meses y todo seguía igual. No había movido nada de Clau de su lugar y no lo haría. Quizá jamás. Le dolía estar sin ella.

El día pasó sin ningún acontecimiento importante. Cuidó de Anto y luego de ponerla a dormir se sentó en la cama y contempló cada foto que había en la pared. Su historia juntos. Era su ritual. ¿Masoquista? Posiblemente.

Se levantó y sacó de debajo de la cama la caja de Claudia. La puso sobre ésta y la dio vuelta. Más de cien fotos se esparcieron por la cama y un...


—¿Libro? —extrañado, pues jamás lo había visto comenzó a leerlo. A medida que leía las lágrimas corrían por sus mejillas. Todo estaba allí. Toda esta historia estaba contenida en ese libro. Desde que se separaron, cómo volvieron a estar juntos, hasta...
"Mi amor, hija.
En estos momentos, en que siento que la vida te da sorpresas, buenas o malas. Sinceramente no sé qué escribir. Es difícil. Muy difícil.

Rodrigo: desde que te conocí, pequeñitos... me mataste, era una boba. Mi primer beso, mi primera vez. Cada momento contigo siempre fue el primero. Cada nueva sensación fue contigo. Con nadie más. Te amo, te amaré siempre, hasta cuando ya no esté con ustedes, te amaré. Lo sé... no puede ser de otra manera. Ahí veo si me reencarno en otra vieja jajaja. Si llego a poder y me aparezco frente a ti, alguna señal te daré para que no dudes y me aceptes. Si me toca animal intentaré una ardilla, algo así. TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO.

Gracias, por tanto, por amarme, por recordarme. Por no apartarme de tu vida, siendo una desconocida en algún momento. Por dejarme volver a ti. Por ayudarte a recuperar esas piernas. Por tener tu amor. Por TODO. Por darme una hija tan hermosa. La tengo a mi lado en estos momentos, dormidita. Es igual a ti durmiendo —Rodrigo la miró y sonrió. Definitivamente tenía razón. Secó sus lágrimas y volvió la vista al libro—. Te quiero pedir sólo una cosa. No la dejes nunca. Recuérdale en cada momento que la amas y que la amo. Que, aunque no esté con ella, ahí, en carne y hueso. Desde donde esté la estoy amando, la estoy cuidando y que jamás dejaré que algo le suceda. Nada.


No se imaginan lo duro que es esto. Lo duro que es llevar contigo una enfermedad así. Una bomba de tiempo. Lucho y lucho, pero de a poco se me han acabado las fuerzas.


Mi amor, no te sientas solo nunca. Cuando las cosas se pongan difíciles de una u otra forma estaré contigo. Saldremos siempre juntos adelante, como todo el tiempo lo hemos hecho.


Trata que no todo en la vida sea perfecto. Sólo lo mejor posible. Siempre me dio miedo que todo fuera así, prácticamente color de rosa... y terminé... en fin. Solo haz las cosas lo mejor que puedas, no perfectas. No te quiero pronto conmigo donde sea que me vaya. Te quiero con nuestra hija, haciéndola reír, reír y reír.


Hija: mi amor, mi vida. Eres tan pequeñita... perdóname, yo no quiero dejarte. Lo necesito.

Cuando leas esto, estarás más grande. Por favor nunca me olvides. Te estoy cuidando y mirando cada cosa que haces. Tus primeros pasos. Cuando ríes. Cuando lloras. Cuando duermes.
Cuido de ti a cada segundo y lo haré toda tu vida. Quisiera poder abrazarte, mimarte, besarte... te amo mi pequeña. Te amo con toda mi vida.


Hay tanto que quiero escribir, pero se me amontonan un montón de palabras. Un montón de sentimientos y no entran en el papel.

Este libro, cuaderno o como quieran tiene todo escrito, con detalles, así que Herrera, limítate a que Anto sólo lea esta parte, hasta los 18.


LOS AMO. NO ME OLVIDEN NUNCA. ESTOY ENTRE USTEDES A CADA SEGUNDO. CUIDO SUS SUEÑOS Y SUS DÍAS.
RODRIGO, NO LLORES MÁS, ESO ME DOLERÁ MUCHO. SÉ FELIZ, HAZ FELIZ A NUESTRA HIJA. DISFRUTA CON ELLA TODO LO QUE... YO NO PUEDO ¿SI?


DIOS. NO AGUANTO, LOS AMO. NO HAY PALABRA QUE DESCRIBA LO QUE SIENTO. LOS AMO.

LOS AMO.

Claudia".




Rodrigo cerró el libro. Apagó las luces y se acostó junto a Anto.

—Tu mamá sigue aquí —sonrió y se secó las lágrimas. Suspiró—. Te amo Claudia. Te amo mi pequeña.


Le dio un pequeño besito en la mejilla y cayó en un sueño profundo y tranquilo.

Mírame, aquí estoy [EDITANDO] #TWGames2016 #EditorialWonderland2016Where stories live. Discover now