Mi primer día de superación

27 8 0
                                    


Caminé y caminé hasta el edificio de 40 pisos. El aire fresco después de haber pasado un fin de semana no muy alentador era definitivamente lo que necesitaba. Me fui con mi equipo en un bolso, respirando hondo. Mirando, observando todo a mí alrededor.

Me paré frente a la enorme construcción, tomé el aire que debía darme fuerzas para empezar esto y entré a paso firme y me topé con el ascensor. Mis mejillas se sonrojaron automáticamente cuando me di cuenta de que era la única mujer. Llegué al piso 15 y bajé pasando entre todos esos tipos.

En recepción me recibió Luna; quién me acompaño a sacar una credencial y guardar mi huella digital y cuánta cosa "necesaria y reglamentaria de la empresa". ¡Cómo no, si guardaba los mejores chismes del país!

—Esta será tu oficina —dijo abriéndome la puerta.

—¿Enserio tendré oficina?

—Claro —me sonrió—. Aquí tendrás todo lo necesario para llevar a cabo tu trabajo. De hecho —comenzó cuando entramos y yo miraba asombrada la gran oficina—. Ya tienes trabajo, en tu escritorio está la carpeta con las indicaciones. Cualquier cosa marca en el teléfono el 2 y vendré —me sonrió amable y se retiró.

Recorrí la oficina, sus paredes, hasta llegar al gran ventanal. Miré la ciudad, la gente moviéndose de un lado a otro. Suspiré y moví mi cabeza, no quería que los recuerdos arruinaran este momento. Me dirigí al escritorio y me senté. Abrí la carpeta y comencé a leerla. Perfecto, nada muy complicado. Tomé mis cosas y salí de ahí con la carpeta bajo el brazo. Necesitaba fotos que demostraran el comportamiento de la sociedad, ya que, publicarían un artículo sobre eso.

Me puse a recorrer y mientras lo hacía fotografiaba lo que me parecía adecuado, de eso elegiría las mejores cuando volviese.

Comí algo después de varias horas fotografiando y volví a mi oficina, pasé las fotos al computador y empecé a revisar.

—¿Cómo te fue?

Miré y sonreí al ver a Carlos entrar.

—Supongo que bien, espero que sea a lo que se refería en la carpeta —dio la vuelta al escritorio y miró las fotos.

—Hay algunas que están excelentes. Envíalas a edición, ellos se encargarán de sacar la mejor para el reportaje.

—Bien. Entonces, ¿Pase la primera prueba? —él río tierno.

—Así es Claudia... Quiero que fotografíes todo, y cuando me refiero a todo es todo. De eso podemos sacar chismes, crónicas, reportajes; quién sabe... Más adelante quizá te mande a paparazzear —sonríe—. Por ahora no, quiero que te vayas acostumbrando de a poco al ritmo.

—Gracias, de verdad.

—De nada pequeña. Bueno —mira su reloj—. Eres libre.

Aunque hice poco, me cansé. Caminé la mitad del día y me había comido un hot-dog y una bebida. Llegué a casa y me duché largo rato, me puse algo cómodo y después de ayudarle a mi compañera y amiga con algunas cosas bajamos al parque y nos sentamos a conversar sobre mi día.

Y así pasó la semana, donde se nos hizo una rutina muy relajante bajar al parque mirar a la gente y conversar... El sábado fuimos a comprar las cosas para amueblar el jardín: mesitas, sillas, muebles, pinturas, de todo.

La semana siguiente, Mar hizo todas las documentaciones necesarias, por lo que si todo salía bien en menos de un mes podría estar recibiendo niños. Estaba feliz, andaba con la sonrisa de oreja a oreja; yo por mi lado estaba tranquila, mi trabajo iba bien. No podía quejarme, sólo iba los lunes miércoles y viernes... Así que una gran carga horaria no tenía.

—¿Bueno?

—¡Hermana! —me gritó desde el otro lado.

—Cris, tonta. Casi me dejas sorda.

—Perdóname enanita cluqui, ¿cómo estás?

—Bastante bien y ¿tú?

—Bien —noté su voz nerviosa—. Quiero verte tengo algo que contarte...

—Estás embarazada...

—¿Cómo supiste?

—No sé —reí—. Lo dije por decirlo...

—Uh, maldita... Arruinaste todo mi plan de ir a la ciudad y contártelo...

—Pero ven igual Cris, me haces falta aquí —suspiré—. También tengo cosas que contarte...

—Entonces iré dentro de esta semana, no te sorprendas cuando aparezca en tu puerta.

—Lo haré, pero para bien, no te preocupes... ¿Mamá, está bien?

—Sí... aunque mi papá desde que te fuiste anda histérico porque cree que...

—Cree que...

—Nada, nada. ¿Te parece si viajo con mamá?

—Me encantaría, las extraño muchísimo.

—Y nosotras a ti. La voy a convencer, aunque creo que aceptará de inmediato.

—Ojalá...Oye, el embarazo es... ¿Cierto? ¿Seré tía?

—¡Sí! Ay Cluqui, te juro que soy la mujer más feliz; Luis es un amor, está todo baboso... No tengo pancita, pero según él sí —ríe—. Pero bueno, hombres....

Solté una carcajada e imité su "hombres".

Mari me contó que estaba conociendo a un tipo... se veía ilusionada y feliz, por lo que claramente le di mi apoyo, aunque le rogué que no se vinieran al departamento con sus arrumacos. No es por ser mala, pero no sé qué tan cómodo sería para mí. También sé que es su casa, pero sólo le pido un poquito de tiempo, sólo eso.

—Toma —me dijo entregándome mi teléfono casi 3 semanas después—. Me entero que llamaste y te juro que me enojo contigo para siempre.

—No lo haré amiga, enserio...

—Está bien. Bueno ya me voy —sonríe—. Duerme bien y te llamo cualquier cosa.

—Sí, cuídate mucho. Te quiero.

Nos despedimos y se fue con su cita. Yo me quedé viendo "El rito" . Y más tarde me fui a dormir. 


 

•••

Hola, como están?

Un capítulo más positivo dentro de todo lo que ha pasado y mas relajadito.

Ojalá les vaya gustando.

Besos!!


Mírame, aquí estoy [EDITANDO] #TWGames2016 #EditorialWonderland2016Where stories live. Discover now