Sesentaicinco

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[NARRADOR]

Habían regresado a casa de John Stilinski. Derek se encontraba hablando con el mayor mientras, en sus piernas, Dylan dormía plácidamente. El niño había quedado agotado luego de todo lo ocurrido en el día, todos estaban cansados.

Stiles se encontraba en la cocina, habían llamado a Darren para hablar con él acerca de algo que, según él, era una sorpresa. Derek, curioso y extrañado, había querido escuchar, pero su plan se vio arruinado cuando se dio cuenta de que el menor no estaba hablando en inglés.

— Eso lo aprendió de Claudia –Le dijo el Sheriff, captando su atención.— Es polaco, su madre siempre hablaba en polaco cuando llamaba a sus padres o hermanas, con el tiempo Stiles aprendió el idioma. Yo apenas entiendo algunas palabras.

— ¿Puede entender algo de lo que Stiles dice? –Le preguntó susurrando.

Se quedaron en silencio y bajaron el volumen, momento en que la conversación que estaba teniendo Stiles se hizo más audible para el padre del humano.

John pareció analizar detenidamente las palabras que su hijo decía, haciendo muecas cada tanto por no entender ciertas oraciones.

— Creo que están hablando algo acerca de una casa –Dijo no muy seguro de si estaba en lo cierto.— Entendí la palabra casa y bosque, pero Stiles habla muy rápido como para seguirle el hilo de la conversación.

Derek asintió con la cabeza en forma de agradecimiento. Los pasos de Melissa se hicieron presentes bajando las escaleras, la mujer venía vestida con su ropa de enfermera e iba a acomodando cosas en su bolso de forma apresurada.

— Me acaban de llamar, necesitan que cumpla el turno de la noche –Explicó, suspirando con un poco de cansancio.— Volveré en la mañana, ni se les ocurra quedarse despiertos ¿Entendieron?

— ¡Si señora! –Bromeó Stiles desde la cocina.

Melissa se acercó al Sheriff para darle un beso en los labios y luego fue hacia Derek, el cual no se levantó por tener a Dylan encima.

La mujer acarició la cabeza del niño de forma cariñosa mientras que a Derek le dio un beso en la frante. Lo cual sorprendió al lobo.

— Nos vemos mañana –Dijo con una sonrisa para luego ir hacia la puerta.

En el camino, fue interceptada por Stiles, a quien atrapó en un fuerte y maternal abrazo.

— No se queden hasta tarde –Les dijo con la severidad típica de una madre.

Una vez que Melissa se fue, Stiles regresó a la sala con su padre y sus dos lobos, porque si, Derek y Dylan eran sus dos amados lobos y a él no le molestaba decirlo. Es más, los llamaba así cada vez que podía.

— ¿Por qué la tele está sin sonido? –Preguntó extrañado.

El Sheriff y Derek compartieron una rápida mirada.

— Sh... –Dijo de repente John.— Vas a despertar a Dylan.

Stiles bajó la vista hacia su hijo, el cual acababa de darse cuenta que estaba dormido, y asintió con la cabeza antes de acercarse. Aquello había sido excusa suficiente para que no volviera a preguntar por el televisor.

Cogió a Dylan en brazos y mientras el niño se acomodaba somnoliento en el hueco de su cuello, se dirigió a las escaleras.

El Sheriff se levantó del sofá en el que se encontraba y se estiró, haciéndose solar la espalda.

— ¡Oí eso! –Habló Stiles desde la escalera.— Es malo para tus huesos que provoques esos ruidos.

El mayor de los Stilinski bufó, mirando a Derek con expresión de cansancio.

— Sigo sin asimilar que ahora mi hijo tiene el oído de uno de ustedes –Repuso mientras se rascaba la barba algo crecido que tenía.— Iré a dormir, ustedes sigan aquí si quieren.

— Buenas noches, señor.

— No me llames así, Derek –Pidió pasando a su lado y palmeándole el hombro.— Me haces sentir más viejo de lo que estoy.

John fue escaleras arriba y Derek se dedicó a apagar el televisor y las luces, siguiendo el mismo camino que había recorrido su pareja.

Se encontró a Stiles acostando a Dylan en la cama del cuarto de invitados. Entró siendo lo más sigiloso posible y, una vez que estuvo detrás del menor y este había soltado al niño, le cogió con fuerza por los hombros.

— Bu –Murmuró cerca de su nuca, riendo bajo ante el respingo del humano.

— Deja de intentar provocarme infartos –Exigió Stiles, dándole un ligero codazo en el estómago.

Derek rió y cogió a Stiles por la cintura, empujándole al borde de la cama y haciéndole sentarse allí.

— Vamos a dormir –Susurró mientras comenzaba a desabrocharse los vaqueros que llevaba.

El ojimiel se quitó los zapatos y luego los pantalones, yendo hacia donde estaba su pijama perfectamente doblado junto al de Derek encima de un pequeño sofá.

Le pasó su ropa a Derek y comenzó a vestirse con su propio pijama. Notando la mirada del mayor clavaba en su espalda desnuda.

Se vistió de forma lenta, solo para provocar a Derek. Escuchándole suspirar y gruñir detrás de él.

— Eres cruel –Le reclamó el mayor.

Stiles se dio la vuelta y le miró, Derek solo dormía con los pantalones de pijama. Nunca se ponía la camiseta, aunque tampoco era como si a Stiles fuera a molestarle aquella vista. Es más, si pudiera hacer una ley que prohibiera que Derek se cubriera el pecho, los brazos y los abdominales, estaba seguro de que muchas personas le apoyarían para que aquella ley fuera legislada.

Le dio un corto beso al mayor y se sentó en la cama, esperando a que Derek hiciera lo mismo para así acostarse ambos.

Mientras buscaban alguna posición cómoda para dormir tres personas en una cama en la que solo deberían caver dos, Stiles terminó abrazando a Dylan mientras que era abrazado por Derek, sintiendo como el pecho del mayor subía y bajaba contra su espalda.

— Buenas noches –Murmuró el lobo a sus espaldas, besándole la nuca.

— Que descanses –Respondió Stiles en un hilo de voz, ya adormecido por la forma en la que las manos de Derek acariciaban sus antebrazos.

Acabaron ambos cayendo a los brazos de Morfeo. Finalmente teniendo su merecido descanso, había sido un largo día.

NOTA DE LA AUTORA:

Capítulo muy azucarado, no sé que me pasa últimamente que escribo puras cosas azucaradas. Dicen que cuando pasa esto es porque te estás por enamorar.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora