Cuarentaicuatro

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[NARRADOR]

Estaba de más decir que la manada no estaba para nada de acuerdo con el plan de no atacar a Kate. Tanto rencor le tenían, que en cuanto Derek siquiera la nombró. Peter, Scott, Malia y Cora ya pedían su cabeza en bandeja de plata.

Liam era al único que secundaba a Derek, aunque el pelinegro no entendía bien por qué el rubio le hacía de abogado.

— No podemos matarla, chicos –Repetía Liam por quinta vez.— Está embarazada.

— A ella no le importó si había alguien en cinta cuando quemó nuestra casa –Gruñó Cora, furiosa.

— Escuchen –Stiles hizo de voz de la razón.— Todos quisimos matarla en algún momento. Me incluyo. Y es muy fácil decir que van a matarla esté embarazada o no ¿Pero quién va a ser el que se ensucie las manos y acabe con su vida y la de su bebé?

Hubo un silencio que duró dos minutos.

— No entiendo por qué la defiendes –Gruñó Malia, molesta.

— Porque ella me ha ayudado. Además, ese bebé que lleva dentro es mi sobrino. Y, como ustedes, ya estoy harto de perder familia.

Todos se quedaron en silencio ante lo dicho por el humano. El tema de las perdidas familiares era algo tabú para la manada, pero Stiles se había tomado la libertad de mencionarlo sin más. Lo que fuera porque la manada no se pusiera en su contra con el asunto de ayudar a Kate.

(...)

La rubia estaba nerviosa. Sabía que su vida dependía de lo que la manada decidiera acerca de si dejarla vivir o no.

Se llevó una mano al vientre, suspirando mientras intentaba pensar en otra cosa que no fuera aquello que le perturbaba la mente.

— ¿Estás bien? –Kate se dio la vuelta para encontrarse con Dylan, el cual la miraba algo preocupado.— Hueles raro.

— Si, pequeño –Se apresuró a asentir.— Estoy bien, solo algo cansada. Eso es todo.

— ¿Tienes miedo? –Preguntó de repente el niño.— Porque hueles como mi tío Scott cuando nombren a unos cazadores ¿Qué son los cazadores, Kate?

La Argent abrió los ojos un poco más de lo debido y su corazón se saltó un latido. Pudo escucharlo. Supo que estaba en un momento de tensión.

— Los cazadores son personas, humanos, que hacen un trabajo por ayudar a otros –Le explicó.— Aunque hay buenos y malos. Los buenos, como mi hermano Chris, ayudan tanto a criaturas como a otros humanos, y los malos... No quieres encontrarte con uno de ellos, pequeño.

— ¿Tú eras buena, verdad?

Kate se quedó en silencio de repente.

— Yo... –No sabía bien qué decir.— ...tenía una visión muy diferente sobre lo que era ser buena. Creí que hacía las cosas como debía, que estaba matando monstruos, cuando en realidad yo era el monstruo.

Dylan le miró extrañado, con la típica inocencia e ingenuidad de los niños reflejada en su rostro.

— ¿Yo soy un monstruo? –Le preguntó de repente.

Kate le miró aún más sorprendida que antes.

— No, Dylan. Por supuesto que... ¿Quién te dijo eso?

— Nadie –Respondió rápidamente el niño.— Pero el doctor Deaton dice que la transformación no es normal y que soy extraño... ¿Soy un monstruo?

La mujer jaguar se agachó a la altura del niño y apoyó ambas manos en los hombros, mirándole a los ojos con seriedad.

— Escúchame bien, Dylan –Le habló de manera algo severa.— No eres un monstruo. Eres el niño más bueno y adorable que he conocido ¿Entiendes? Ni se te ocurra creer lo contrario.

El niño asintió con la cabeza, con una expresión de decisión que a Kate le hubiera parecido adorable si no estuviera actuando tan seriamente. La rubia le palmeó la cabeza al niño y sonrió, relajando de esa forma su expresión.

— Ahora ve a ver la televisión un rato más –Le dijo Kate sonriendo.— Luego pedimos una pizza. Yo invito ¿Te parece?

— ¡Si! –El niño sonrió y fue hacia el televisor, aunque antes de llegar se dio media vuelta.— Kate...

— ¿Si, bodoque?

— Vas a ser una buena mamá.

Y sin más, Dylan se volteó y se quedó viendo televisión.

(...)

Cuando Stiles y Derek regresaron al departamento, Kate y Dylan no estaban en la sala.

— Están en el cuarto –Dijo Derek para calmar a Stiles.

— ¡Llegamos Kate! –Gritó Stiles, haciéndose notar por la rubia.

— ¡SH! –La cabeza de la mujer jaguar se asomó por la puerta del cuarto de Dylan.— Si, me he enterado. Yo y media Nueva York.

— Y yo que intentaba dormir –Escucharon a Dylan quejarse.

— Lo siento, hijo –Se disculpó el ojimiel riendo.— ¿Mi enano te provocó algún problema?

— ¿Estás bromeando? –Kate sonrió.— Es el niño más tranquilo que he conocido. Nada parecido a su padre.

El ojimiel entrecerró los ojos, mirando mal a la rubia.

— Te odio, Argent –Le gruñó haciendo un mohín.

— Yo también te quiero, Stilinski –Rió la jaguar.

Derek pasó de largo a Kate y fue hacia el baño, murmurando un voy a ducharme que Stiles apenas llegó a escuchar.

— Era obvio que no iba a perdonarme, eh... –Murmuró Kate mientras suspiraba.— ¿Cómo les fue?

— ¿Quieres la buena noticia o la mala?

— Ambas –Pidió.— Primero la buena.

— La buena es que, gracias a mis habilidades como abogado del Diablo han aceptado no herirte mientras estés embarazada –Le informó.— La mala es que la oferta es solo mientras estés embarazada. En cuanto ese bebé nazca, mejor ponte a rezar.

— Entiendo... –Afirmó Kate.— No es como si fuese a pedir mucho más. Aunque supongo que puedo ganarme a la manada. Tengo cinco meses para convencerlos de que no soy la mala.

— ¿Cinco meses? –Stiles abrió mucho los ojos.— ¿¡Estás de cuatro meses!? ¡Apenas se nota!

— Envídiame, perra –Se burló la rubia, guiñándole un ojo.— ¿Y Darren?

— Ya lo conoces –Bufó Stiles.— Vivir en mi departamento hiere su orgullo. Así que no para de trabajar para poder mudarse, según él le jode ser una sanguijuela.

La rubia se carcajeó ante lo último.

— Tu hermano es adorable –Dijo la rubia, dejando de reír.— Es un amor.

— Nunca creí que alguien fuera a usar la frase es un amor, solo estoy acostumbrado a que le digan es un hijo de...

— ¡Hey! –Le frenó Kate, cubriéndole la boca.— Tu hijo está en el otro cuarto.

Al recordar la presencia de su joven hijo, el ojimiel se quitó la mano de la rubia de encima de la boca, pero no acabó la frase. También recordó que se había olvidado de algo.

— ¡Mierda! –Gruñó.— No maté a Peter.

NOTA DE LA AUTORA:

Kate es la mejor niñera que Stiles puede conseguir. Definitivamente necesita salir más seguido si esa loca es lo mejor que hay.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos. Adiós mi linda manada.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora