Veintinueve

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Regreso

[NARRADOR]

Derek llevaba la cuenta de cuanto tiempo había estado lejos de la manada, lejos de Stiles. Ya habían pasado 1279 días, 22 horas, 47 minutos y 11 segundos, 12... 13... 14...

Ya estaba cansado de llevar la cuenta, pero no tenía otra opción. El pensar que en cualquier momento podrían dejarle ir era lo que mantenía a su lobo cuerdo.

Si fuera por él nunca se hubiera ido de Beacon Hills, ni siquiera se hubiera alejado de Stiles. Si fuera por él, incluso le hubiera propuesto matrimonio al joven humano.

- Hey, Derek.

Bufó al escuchar la voz de la mercenaria a sus espaldas.

Braeden era una buena chica, más de una vez le había salvado la vida y él estaba agradecido. Pero él no estaba interesado en ella de la misma forma en la que la morena parecía estar interesada en él.

- ¿Otra vez te quedaste perdido en esa cabezita tuya? -Le preguntó riendo ligeramente.- Deberías contarme en qué tanto piensas.

- No pienso en nada.

- Pues entonces te estás quedando sordo, porque te llamé varias veces.

El pelinegro rodó los ojos, a veces le desesperaba un poco hablar con esa chica.

De repente, Araya entró al cuarto en el que estaban con una expresión seria. Derek ya se temía que le pidiera ir en alguna otra misión, ya que la anterior le había dejado con heridas que aún no acababan de sanar debido a que le habían mandado a atrapar a un supuesto omega intruso que resultó ser un alfa solitario con muy mal carácter.

- Felicitaciones, Derek -Habló la mujer con un tono que indicaba que no estaba feliz de lo que estaba diciendo.- Tu misión de anoche fue un éxito. Además de la última que cumpliras para nosotros.

Por un segundo, el ojiverde se asustó ante esas palabras. Sonaba muy como si fueran a matarle, y al parecer no fue el único al que le sonó de esa manera. Puesto que Braeden se puso rígida y llevó su mano hasta el arma que llevaba colgada de la cintura.

- ¿Debo temer por el significado de esa frase? -Derek hablaba muy correctamente, demostrándose educado ante la cazadora mayor.

- Al contrario, deberías alegrarte -Araya sonrió de medio lado.- Estás libre de tu deuda, joven Hale.

Derek estuvo a punto de aullar de la emoción ¡Por fin iba a poder irse de aquél lugar! Llevaba años rompiéndose la espalda con cada orden que le daban, intentando que de esa forma pudiera saldar su deuda antes.

Tan feliz estaba Derek que por poco y se abraza a esa anciana cazadora. Pero no lo hizo porque luego de darle la noticia esta se apresuró a volver a irse.

- Vaya, felicidades -Braeden le palmeó el hombro.- Ya puedes volver con tu chico.

La expresión del lobo cambió de una sonrisa risueña a una expresión de sorpresa.

- ¿Cómo sabes...?

- Cariño, no soy estúpida, se nota a la legua que prefieres un bulto en los pantalones a dos en el pecho -Le interrumpió la mercenaria.- Además, vi la foto del chico que tienes en tu cuarto. El niño es adorable.

Derek se sonrojó un poco, había "tomado prestada" esa foto de casa de Stiles antes de irse. Era lo que le ayudaba a mantenerse cuerdo.

- Tu Camaro está listo para que te vayas cuando quieras -Le informó la morena.- Deberías cuidarlo más, no tiene respuestos baratos.

- Gracias -Derek sonrió sinceramente.- De verdad, gracias por todo.

- Hey, no es nada -Braeden le dio un ligero golpe en su hombro.- Siempre me dio la impresión de que si fallaba cuidándote esa manads tuya iba a llegar y a darme una paliza.

- No lo dudes -Ambos rieron.- Ya mismo voy a hacer la maleta.

- ¿Tan mal la pasaste conmigo que apenas y te liberan te quieres ir? -Le preguntó la mercenaria fingiendo tristeza.

- Contigo no -Derek bajó la voz, no queriendo que le escuchasen.- Pero la hospitalidad de estos tipos deja mucho que desear.

Derek casi se queda sordo ante la carcajada de la mercenaria. La cual reía porque el pelinegro era el único que se animaba a decir lo que todos pensaban pero temían soltarle en la cara a los Calaveras.

- Anda, vete a hacer la maleta -Le empujó la morena.- No vaya a ser que se hayan cansado de esperarte.

Y todo hubiera estado bien si esa frase no hubiera salido de los labios de la mercenaria.

(...)

El viaje en auto hasta Nueva York le iba a tardar doce horas. Además de que se le hizo por muchas razones tedioso. La frase de Braeden no paraba de rebotar en su cabeza, torturandole cada vez que se repetía en su mente.

"No vaya a ser que se hayan cansado de esperarte".

Ese era ahora el miedo del lobo ¿Y si Stiles se había cansado de esperarle? ¿Y si cuando llegase al lugar en donde sabía que vivía el chico este no quisiera verle? Bien sabido era para él que cuando alguien a quien amas te traiciona o abandona, es muy difícil que el sentimiento de ira hacia el sujeto desaparezca. Sobre todo cuando él se fue por casi cuatro años.

Además, Stiles tenía un hijo, y ese niño necesitaba a alguien más que su padre para crecer.

El nuevo miedo de Derek era llegar y encontrarse a Stiles viviendo con alguien más, quizás con más niños. Y que fueran una familia, ese algo que él nunca iba a poder darle por más que quisiera, porque ambos eran hombres.

Con el mal sabor de boca y la paranoia que le provocaba esa idea, pasó las doce horas de conducción hasta la ciudad de Nueva York. Ciudad de oportunidades para algunos, pero para él, ese solo era el lugar donde ocurriría el hecho que definiría el resto de su vida.

NOTA DE LA AUTORA:

Son las 16:36 y acabo de acabar de escribir este capítulo. Mi cerebro va a explotar.

Holy shit, feels intensified. Ahora si, ya tienen la razón por la que Derek se fue. Ya pueden elegir si odiarlo o amarlo, yo lo amo y siempre lo amaré.

#TeamAntiMaltratoDeSourwolf's.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora