Cuarentaiseis

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[STILES]

A la mañana siguiente, tuve que levantarme prácticamente corriendo porque era tarde para llevar a Dylan a la escuela.

Tuve que conducir a gran velocidad y debo agradecer a quien quiera que esté allá arriba, ya sea Dios, Buda, Alah, Thor o el mismo Superman, que ningún policía me haya detenido. Eso si que fue suerte.

Aunque, como obviamente soy yo, el karma tenía que venir a patearme el hígado para equilibrar al universo.

Y esa para en el hígado tenía nombre: Deucalion.

Luego de dejar a Dylan con su maestra, mientras me encaminaba de regreso a mi querido Jeep, alguien colocó su mano en mi hombro para detenerme.

En un principio, creí que se trataría de algún otro padre que querría preguntarme algo. Pero al voltearme me encuentro con nada más y nada menos que este ciego de mierda.

— Hola Stiles –Me dijo con una sonrisa torcida.— Han pasado años desde que no te veo.

— Creo que, realmente, nunca me has visto –Respondí mientras me quitaba su mano del hombro.— ¿Qué haces aquí?

— Vaya modales ¿Tu madre no te enseñó a respetar a tus mayores?

— Si, también me enseñó que no debo hablar con asesinos. Así que...

Quise darme media vuelta para irme, pero Deucalion extendió su brazo y me mostró sus garras.

— Na-ah –Me dijo negando con un dedo.— Tengo que hablar contigo.

Trague grueso, mirando de reojo hacia una de las ventanas de la escuela, donde mi hijo me miraba con el rostro pegado al vidrio.

— Aquí no –Impuse.— No me gustaría que ningún conocido me viera contigo.

(...)

[NARRADOR]

Dylan observó desde la ventana como su padre era llevado por aquél hombre fuera del terreno de la escuela. Dejando el Jeep estacionado allí.

— Dylan –Le llamó la maestra.— ¿Pasa algo, cariño?

— Yo... –Comenzó a pensar el niño.— ...Tengo que ir al baño.

— Okay, puedes ir –Asintió la profesora.— Apresúrate.

No es necesario ni decir que el niño salió disparado del aula, pasando junto a la puerta del baño y yendo hacia la oficina de la directora. La cual, por suerte, no se encontraba allí.

Se escabulló casi sin hacer ruido y fue hacia el teléfono. Obligándose a recordar el número de Peter.

— ¿Hola? –El niño se alivió al escuchar la voz adormecida del mayor.— ¿Quién habla?

— Peter –Le nombró.— Necesito ayuda.

— ¿Dylan? ¿Qué ocurre? –Se escucharon murmullos del otro lado.— ¿Dónde estás?

— Estoy en la escuela, pero pasó algo.

— ¿Qué ocurre?

— Un hombre ciego se llevó a mi papá –Dylan ya estaba al borde de las lagrimas.— Peter, tengo miedo.

— Escucha, pequeño. Todo va a estar bien, Liam irá a retirarte y te traerá aquí, no te preocupes ¿Okay?

— Ajá... –El niño asintió.— Apresúrense.

(...)

Stiles intentaba pensar en alguna forma en la que pudiera escapar. Pero no, no había forma. Deucalion le tenía fuertemente sujeto por el hombro y le obligaba a caminar, llevándole por las calles de Nueva York a quién sabe donde.

De un momento a otro, Stiles reconoció que se encontraban cerca de la zona de construcción. Lugar que siempre estaba desierto a esas horas.

— "Va a matarme" –Pensó, intentando mantener los latidos de su corazón calmados.

Sus sospechas de confirmaron cuando Deucalion le llevó hacia uno de los edificios en construcción. Uno en especial que parecía estar a punto de venirse abajo y que tenía un letrero de advertencia.

Peligro, zona de derrumbes.

Eso era lo que decía aquél letrero, y no le daba para nada confianza que dijera aquello.

— Espero que puedas ser paciente y quedarte quieto –Le habló Deucalion con serenidad.— No desearía volver y rajarle la garganta a tu hijo.

Como si ya se intuyera que Stiles, obviamente, iba a intentar escapar, el alfa ciego le ató una cadena alrededor de ambas muñecas y luego soldó esta a una viga.

— Es increible las cosas que dejan tiradad en las construcciones –Dijo señalando la soldadora.— Es un terrible descuidado, quién sabe para qué podrían ser usadas estas cosas.

— Debo darte puntos por usarla para mantenerme retenido –Ironizó Stiles.— Muy creativo de tu parte.

— Si quisiera un lame botas hubiera secuestrado a Scott.

— Lo mío era sarcasmo –Explicó el menor.— Que hicieras eso fue muy predecible. Todo lo que estás haciendo es predecible.

— No lo es.

— Si lo es –Respondió.— Deduje que me traerías aquí en cuanto reconocí las calles.  Es el único lugar que está desierto a estas horas. Además, aquí podría gritar y nadie me escucharía.

— En eso último tienes razón –Asintió el alfa.— Aquí puedes gritar todo lo que quieras, de igual forma, nadie vendrá a ayudarte.

— ¿Quieres apostar?

El alfa se acercó peligrosamente al rostro de Stiles. Sonriendo de manera macabra una vez que estuvo a pocos centímetros de él.

— ¿Qué sugieres?

— Te apuesto mi vida a que alguien va a patearte tu peludo culo en menos de lo que te pones a decirme tu malvado plan.

— Una corta cantidad de tiempo para estar apostando tu vida, Stilinski –Se burló el otro, alejándose.— Aunque me agrada esa apuesta. Pero, en el hipotético e imaginativo caso de que eso ocurriese... ¿Qué es lo que ganarías?

— La satisfacción de ver tu cara de derrota.

Deucalion se carcajeó frente a él, sorprendiendo a Stiles, ya que era una risa real.

— Mejor que vengan en ese tiempo –Deseó el alfa.— Porque voy a estar esperando con ansias para rajarles la garganta.

El ojimiel apretó los dientes cuanto el otro le palmeó la mejilla y se dio media vuelta para luego perderle de vista detrás de unas enormes bolsas de materiales para la construcción.

— No vas a tener mucho tiempo, Stilinski –Le escuchó decir en un tono divertido, que hizo que Stiles se preocupara.

NOTA DE LA AUTORA:

Baia baia... Ya se fue todo a la mierda, nuevo record de tiempo \(-ㅂ-)/ un aplauso, señoras y señores, un aplausa para Deucalion. Que finalmente hizo su aparición estelar. Y, como cerecita del pastel 🍒 les clavo el suspenso, pero con cariño ❤.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora