Treintaitres

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Charla

[NARRADOR]

Decir que Stiles estaba nervioso era poco, ya hasta le temblaban las piernas de lo aterrado que estaba. Le asustaba la idea de que en pocos minutos iba a tener que enfrentar a Derek, si es que llegaba, también le preocupaba que el lobo se hubiera enfadado y no fuera a hablar con él.

Aunque decidió que por una vez en su vida solo se iba a dedicar a escuchar lo que el lobo tuviera que decirle, lo consideraba más prudente que atacarle sin razón. Ya que ni siquiera sabía si de verdad tenía razones para estar enfadado con él, su intuición le decía que detrás de aquella desaparición había algo que él no sabía.

Casi le da un infarto cuando escuchó que golpeaban la puerta. Pero hizo lo posible por mantener sus latidos tranquilos y, aunque logró calmarse un poco, se le notaban los nervios.

Caminó con paso firme hasta la puerta y giró la llave, a sabiendas de quién le esperaba del otro lado.

- Hola -Le saludó Derek.- Espero no estar importunandote.

- Yo te llamé, Derek -Le recordó.- No viniste de sorpresa.

El lobo solo asintió y se miró los pies algo avergonzado. Stiles le hizo una ceña para que entrara y se hizo a un lado.

- ¿Quieres café? -Le preguntó mientras se servía una taza.

- No, gracias -Contestó rápidamente.

Ambos se sentaron frente a frente en la mesa cuadrada de la cocina, la cual Stiles casi nunca usaba porque era muy pequeña. Pero era perfecta para una charla frente a frente.

El ojiverde tragó grueso cuando el otro se le quedó viendo, probablemente esperando que comenzara a hablar.

- Escucha, Stiles -Derek intentaba encontrar las palabras correctas.- No voy a agobiarte con mis disculpas, ya sé que lo que hice es imperdonable. No estoy tratando de excusarme con nada y solo quiero que me entiendas.

El lobo observó como el humano asentía y cogió aire antes de volver a hablar.

- No quería irme, y menos luego de lo que pasó entre nosotros. Pero me vi obligado a hacerlo por la manada, por ti. No ha pasado un día en el que no estuviera pensando en ti, te lo juro por mi madre que me arrepiento mucho de todo, los primeros meses la culpa no me dejaba dormir, tuve que literalmente drogarme para que pudiera hacerlo.

Derek no recordaba la última vez que había hablado tanto. De hecho, estaba seguro de que había roto un nuevo record respecto a su habla. Pero no se le podía culpar, le ponía nervioso que el humano no le hablara.

- No sabes lo feliz que fui al saber que me dejaban ir, literalmente fui corriendo directo a hacer la maleta y regresé lo más rápido que pude. Ni siquiera comí, de hecho tampoco ahora, estoy muy nervioso como para probar bocado.

Un gruñido de su traicionero estómago corroboró lo que acababa de decir, como si sus órganos internos intentaran ayudarle, aunque en su opinión solo le hacían quedar mal.

- Ya me está preocupando que no me hables, Stiles. Por favor, di algo. Grítame o golpéame si quieres, pero...

- No quiero -Interrumpió súbitamente el menor, pero con calma.- No te voy a gritar ni a golpear. Nunca lo haría, Derek.

El pelinegro miró sorprendido al humano, el cual se puso de pie rápidamente y fue hacia el horno.

- Rompiste un récord en verborrea -Dijo mientras sacaba un plato con comida que ya estaba dentro.- Ahora te ganas un premio.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora