Cuarentaisiete

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[NARRADOR]

Stiles no sabía que hora era, ya que Deucalion le había quitado su móvil y él no usaba reloj. Pero calculaba que, como mínimo, habían pasado unas dos o tres horas. Desde que le había encadenado allí, no había visto al alfa ciego, lo cual le parecía extraño y sospechoso. Si Deucalion esperaba que la manada llegase ¿No sería quedarse donde pudiera vigilarle?

La felicidad que le invadió al ver a Liam acercarse sigilosamente era inimaginable. Aunque tan rápido como sintió alegría, esta desapareció al notar algo.

Fue algo pequeño. Algo que, de no ser por su hiperactividad, no habría notado nunca. Una pequeña piedra que cayó desde arriba y chocó contra el suelo a pocos metros frente a él, eso le hizo alzar la vista y notar que Deucalion se encontraba allí arriba. Había trepado el edificio a medio construir y observaba todo desde arriba, como un búho que anda en busca de una presa.

Ese fue el momento en el que Stiles acabó de descifrar el plan, como si fuera un rompecabezas dentro de su mente. Clavó su vista en el beta rubio con ojos aterrados mientras el chico se acercaba y colocó la última pieza en su lugar.

— Liam –Murmuró en shock.— Vete, tienes que irte.

El chico pareció no entender, porque continuó acercándose a pasos agigantados hacia donde él se encontraba.

Entonces ocurrió. Las vigas del edificio crujieron cuando de un salto Deucalion se lanzó y cayó frente a Liam. Haciendo que él retrocediera sorprendido. Al parecer, no había podido olerle o escuchar los latidos del alfa ciego.

— ¡Liam, corre! –Le gritó mientras intentaba soltarse.

El beta rubio se dio la vuelta para hacer lo que el otro le había dicho, pero no llegó muy lejos cuando Deucalion le clavó las garras en el hombro y le detuvo. Para luego cogerle por el cuello.

— Déjalo en paz –Gruñó Stiles mientras continuaba intentando soltarse.

En lugar de hacer lo que el humano le había dicho, el alfa ciego levantó al beta en el aire y apretó aún más su cuello.

Stiles observó impotente como Liam sacudía las piernas e intentaba que el otro le soltase clavándole las garras en el brazo con el que le estrangulaba. Pero no había forma de que Deucalion le liberase.

Quizás fuese por la necesidad de proteger y ayudar al rubio, o por el exceso de adrenalina. Fuera por lo que fuese, Stiles consiguió liberar sus manos de las cadenas y coger un trozo de metal que se encontraba allí. El cual utilizó para golpear al alfa con todas sus fuerzas.

El arma con la que se había defendido se quebró al chocar contra la nuca del hombre, pero consiguió que este cayera al suelo y, en el proceso, soltara a Liam.

Stiles cogió al beta por el brazo y le ayudó a ponerse de pie, para luego alejarle de Deucalion.

— ¿Qué hacemos? –Preguntó Liam.

— Es hora de correr.

Y sin esperar a que Deucalion acabase de ponerse de pie, salieron corriendo hacia donde creían sería un lugar seguro.

Escucharon a Deucalion rugir furioso, pero no se detuvieron. Corrieron hasta casi chocar con un enorme contenedor, dentro del cual se escondieron.

Una vez dentro, quedaron sumidos en una completa oscuridad.

— ¿Y los demás? –Preguntó Stiles mientras intentaba calmar se desbocado corazón.

— No lo sé –Le respondió Liam.— Estaba con Derek y Peter, pero a Derek se le ocurrió ir a otra zona, Peter le siguió y yo me fui por otro lado –Explicó jadeando.— Aquí me tienes ahora.

— Si pudiera ver dónde estás te golpearía –Le regañó.— ¿Qué te he dicho de alejarte de los demás cuando las cosas se ponen feas?

— Que no lo haga –Refunfuñó el menor.— Lo siento.

Stiles agradecía no poder ver la cara de cachorro regañado que seguramente estaba haciendo Liam. No creía poder mantenerse firme si veía esa carita.

Liam se puso repentinamente tenso, Stiles no necesitaba verle para saberlo. Pudo escuchar como la respiración del beta se detuvo repentinamente luego de un jadeo.

— ¿Qué ocurre? –Le preguntó susurrando, aunque no sabía bien por qué hablaba tan bajo.

— Está afuera –Dijo en el mismo volumen de voz.

Antes de que Stiles pudiera decir algo más, el eje gravitacional les cambió repentinamente. Ya que algo que aparentaba tener un tramaño y fuerza realmente considerables empujó el contenedor de tal forma que lo dio vuelta. Haciendo que chocaran contra una de las paredes de este.

— ¡Liam! –Stiles se apresuró a gatear hacia el chico y cogerle por los hombros.— ¿Estás bien?

— Eso creo, estoy mareado –Le respondió el chico.— ¿Tú estás bien?

El ojimiel asintió con la cabeza, no sabiendo realmente si Liam podía verle en la oscuridad.

Nuevamente, el contenedor fue girado y ellos tuvieron que colocarse en posición fetal para, de puro milagro, no romperse el cuello.

Lo siguiente que escucharon, fue el sonido de las garras de algo algo muy grande y pesado caminando por la parte superior externa del contenedor.

— Estamos muertos –Murmuraron ambos al mismo tiempo.

Se alejaron del sonido hasta una de las esquinas del contenedor y observaron como el techo era abierto por unas gruesas garras, para luego ver los ojos rojos que, desde que conocían a Deucalion, nunca habían representado algo que no fuera el sufrimiento o la muerte.

Intentando no ser un completo inutil en la situación, Stiles se puso frente a Liam. Actuando como escudo humano y queriendo proteger al chico lo más que pudiera.

— ¿Qué haces? –Le preguntó Liam.

— Algo heroicamente estúpido y suicida a más no poder –Respondió Stiles.— Lo mismo que hago siempre.

Deucalion hizo un agujero lo suficientemente grande como para que el contenedor quedara completamente iluminado y, además, ambos chicos podían ver su completa transformación.

Un segundo rugido resonó en sus tímpanos. Pero, esa vez, no fue del alfa ciego.

— Derek...

NOTA DE LA AUTORA:

Se fue todo a la mierda demasiado rápido. Lamento mucho si les parece corto, pero es que mañana tengo cosas que hacer en la escuela. Espero sepan entender.

En fin, sin más que decirles me despido deseándole un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora