Máscara- Sterek

Capítulo extra

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Eden- Drugs.

Querido Derek:

Tal vez, tú eras demasiado paraíso, para un infierno como yo. Tal vez lo peor que te pudo haber pasado en la vida fue conocerme y lo siento.

No te culpare si es que decides romper esta carta pero por favor no lo hagas. No la rompas sin saber mis razones.

Si es que no me equivoco ya sabes la verdad ¿cierto? Ya sabes que soy un prostituto. Y posiblemente pienses lo peor de mí y puede que tengas razón.

Soy un puto, Derek.

Soy un puto que rompió tu corazón.

Y no tienes ni la más mínima idea de cuánto me duele saber lo que sucederá, no lo sabes y el dolor que sientes no se compara al mío.

¿Cómo es posible que me ames?

Soy malo. Soy un desgraciado sin corazón. Soy lo peor que te pudo haber pasado en la vida, y lo peor de todo es que no me arrepiento.

Nunca creí en el destino, ni en las segundas oportunidades, nunca creí en nada porque la vida nunca me dio razones para hacerlo. Las esperanzas no existían hasta que te vi.

Creo que tú fuiste la manera en que la vida me dijo que aún existían razones para vivir. Y permíteme seguir siendo egoísta para querer que me sigas odiando sin saber mi vida. Ódiame Derek.

Ódiame por haber roto tu corazón.

Ódiame por haberte mentido.

Ódiame por ser un prostituto.

Y ódiame por amarte y nunca haberlo dicho.

¿Sabes? Todo es mi culpa. Mi vida siempre fue un problema y tal vez fui demasiado ingenuo para creer que a pesar de ello aún podría seguir viviendo. Tal vez tuve que haberme rendido y haber tomado las pastillas que siempre descansan al lado de mi cama. O tal vez haberme lanzado de la azotea, ya que, ese pensamiento siempre estuvo presente en cada oportunidad que tenía.

El problema fue el dinero, mi familia, la sociedad, el problema fui yo, ¿pero tú? Tú nunca lo fuiste.

Hablemos sin mentiras, te contaré lo que sentí desde el primer día en que te vi.

¿Lo recuerdas? Me defendiste de mi jefe, y yo no lo supe sino hasta que el día en que te vi en la empresa. Ese día perdí el único empleo decente que pude obtener en todos estos años de vida y luego tuve que ir a ver a dos clientes para poder comer junto a Isaac.

La segunda vez fue cuando discutías con tu madre. No negaré que me dio miedo el que me reconocieras porque no le conté la verdad a Isaac. Él no sabía que durante esas semanas en vez de ir a la cafetería iba a encontrarme con algún cliente.

¿Recuerdas cuando me viste con la máscara? Ese día sentí rabia al verte, y luego te besé pensando que contigo me tenía que acostar. Ese fue nuestro primer beso y tú ni siquiera lo sabías. Pero resulta que tú odias a los prostitutos y adivina qué, yo soy uno.

Te juro que intenté escapar de ti. Deseé con toda mi alma dejarte fuera de mis problemas pero cada vez que lo hacía tú volvías. Volvías a mí sin saber que yo sería el culpable de tus desgracias.

¿Sabes por qué siempre ocultaba mi cuello? Resulta que algunos clientes tienen algún tipo de fetiche con dejar marcas, pero mientras me pagaran el doble no dolía tanto.