Epílogo

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Christian Castro - Te Buscaría.

Ocho meses después.

— ¿Sabes? Me duele verte en esta situación. Es horrible escuchar tu nombre sabiendo lo sucedido. Y no puedo mentir más. Te extraño. Han pasado seis meses desde que estas aquí y aún no me acostumbro a sonreír sabiendo tu situación. Yo debería de haber estado a tu lado. Te lo prometí, prometí que te ayudaría a salir adelante ese día cuando pensabas acabar con tu vida, ¿lo recuerdas? Fuiste un estúpido que no pensó en nosotros.

Sonrió secando sus lágrimas mientras miraba hacia el techo. No podía verlo. No en esa situación.

—Voy a ser padre así que tienes que despertar, Stiles. Tienes que levantarte de esa cama y abrir los malditos ojos para ayudarme cuando Erika se ponga insoportable gracias a las hormonas. Tienes que verla cuando cumpla tres meses y escuchar como habla con nuestro hijo, con tu sobrino— declaró enojado—. Eres como un hermano para nosotros, Stiles. Por favor, despierta.

¿Cómo habían llegado a esta situación?

Había pasado un mes desde que Derek se había ido, un mes lleno de lágrimas, gritos y dolor. Y más de una vez había pensado en acabar con su vida.

Isaac se había ido de viaje con Jackson, ya no lo necesitaba. Erika y Theo parecían estar bien sin él. Y Derek lo había dejado, así que ya nadie lo necesitaba. Nadie se daría cuenta de su ausencia.

Su carrera estaba terminada y ese trabajo fuera de su vida. Estaba derrotado. El dolor lo consumía a cada minuto y la navaja en su mano no se veía tan mal después de todo.

Una pequeña parte de él siempre se aferraba a soltarla antes de cortar pero ahora era distinto. No podía soltarla por más que lo deseara. Un corte acabaría con el dolor.

Había cerrado los ojos y haciendo presión lo pasó por su brazo, no alcanzó a cortar más que dos centímetros cuando sintió como la puerta se abría dejando ver a dos personas que conocía muy bien.

— ¡Stiles! — gritó Erika entre lágrimas para luego abrazarlo. Se sentía bien que lo abrazaran.

— ¿Eres idiota o te haces? — Gritó Theo alejándolo bruscamente de la rubia—. ¿Por qué pensabas hacerlo? ¡¿Por qué?!

Stiles no había respondido. Lo único que podía hacer era aferrarse a sus amigos y pedir ayuda entre lágrimas.

—Está bien, pequeño. Te ayudaremos a sanar, ¿me oíste? Te lo prometo.

¿Quién pensaría que un mes después de eso alguien lo atropellaría?

Ya habían pasado seis meses desde aquella tragedia y el castaño aun no despertaba. Con cada mes que pasaba las esperanzas disminuían.

—Theo, es hora de irnos amor— susurró Erika desde la puerta.

Le dolía ver a su novia de esa manera. Le dolía darse cuenta que ambos perderían a Stiles y que nunca conocería a su hijo. No lo lograron. No pudieron salvar a Stiles.

—Vamos— respondió una pequeña sonrisa sincera.

Ambos se acercaron al castaño y tomando sus manos se despidieron de él prometiendo volver al día siguiente. No esperaban que al irse esas manos se aferraran a ellos y mucho menos esperaban volver a ver esos ojos que más de una vez los habían cautivado.

Todo sucedió tan rápido que cuando por fin se dieron cuenta ya era demasiado tarde para evitar el ataque. Stiles comenzó a gritar aferrando sus manos a cada lado de su cabeza mientras que las lágrimas caían por sus mejillas. Su voz sonaba ronca y las enfermeras los sacaron rápido de la habitación para que no estorbaran en el proceso.

Estaban sorprendidos, no esperaban que despertara de esa manera a pesar de todas las advertencias del doctor. Pero sería mentira decir que no estaban felices porque sí lo estaban.

Stiles había despertado luego de seis meses en coma.

Pasó aproximadamente una hora cuando el doctor y las enfermeras salieron de la habitación. La mirada del hombre demostraba pesar y la sonrisa triste que les dedicó no les daba nada bueno que pensar.

—Su amigo despertó, sus signos vitales están bien y no parece estar sufriendo algún daño exterior.

— ¿Pero? — interrumpió Erika con las manos en su vientre.

—Las posibilidades de que su cerebro haya sufrido algún daño eran mínimas en un principio y desde el primer día les advertí que no podíamos diagnosticarlo hasta que despertara. El paciente Stilinski padece de amnesia global.

— ¿Qué? — susurró Theo con un hilo de voz.

— La amnesia global es la pérdida total de la memoria. Puede deberse por un mecanismo de defensa el cual ocurre después de un evento traumático. Y el desorden de estrés post-traumático puede acarrear el regreso de recuerdos traumáticos no deseados espontáneamente. En palabras más sencillas es como un mecanismo de defensa que inconscientemente creó el señor Stilinski para protegerse a sí mismo de algo que lo daña. Ni siquiera recuerda quién es él.

Sus recuerdos, sus dolores, las risas y el llanto, lo había olvidado todo. Absolutamente todo.

— ¿Deberíamos llamar a algún familiar? — preguntó el doctor preocupado por las reacciones de los jóvenes.

—No, nosotros somos su única familia— declaró Erika con una pequeña sonrisa—. El estará bien con nosotros, lo prometemos— dijo antes de entrar a la habitación del castaño para presentarse desde cero.

Tal vez esta era la oportunidad que la vida le estaba dando para remediar todo el daño que le había causado a Stiles por tantos años. ¿Qué mejor regalo que empezar desde cero?

Porque el sol saldrá y ellos lo volverán a intentar, pensó Theo antes de seguir a su novia y empezar una nueva familia. Su futura familia.

Porque tal vez la historia de Stiles y Derek no había terminado sino que recién había empezado. Porque era hora de conocer al verdadero Stiles Stilinski.


(Última maratón 2/3)

Máscara- SterekWhere stories live. Discover now