Capítulo XXIII

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Ainhoa.

Ella estaba frente a mi. Radiante como siempre, aunque esta vez tenia una mirada triste y una manta entre sus brazos. Su carita de ángel, muy contradictoria a su naturaleza, esta cargada de amargura.

- Ilenya, ¿Que paso?- Le pregunte y ella sentada en ese sofá maltrecho de la habitación a oscuras, solo pudo mirarme y llorar.

- Viktor me hizo esto.- Su voz era un lamento haciendo eco en ese espeluznante lugar.

- ¿Que te hizo?, no entiendo nada Ilenya, no se donde estamos.- Digo mirando para todos lados tratando de buscar una salida, pero todo es oscuro. Como si el lugar hubiese sido devorado por las tinieblas y solo nosotras estamos libres de esa oscuridad.

Ilenya llora más fuerte, aprieta la manta contra su pecho y puedo ver que dentro hay un pequeño bulto, no se exactamente que, pero se que allí hay algo. 

O alguien.

Desconsoladamente, me tiende la manta y dentro pude ver la imagen mas terrorífica que mis ojos vieron; un bebe cubierto de sangre y con signos de estar muerto hace un buen tiempo.

- Viktor lo mato...- Su voz estaba rota por el llanto desconsolado.



Me desperté sobresaltada y con el sudor perlandomé la frente. El sueño que acababa de tener era tan real que aun tenia las lagrimas que derrame entre sueños. Me levante de la cama, definitivamente ya no volvería a dormir por hoy.

Me duche rápidamente para despejar mi mente de ese sueño de terror, aun sentía en mi cuerpo los espasmos del miedo que me provoco ver ese bebe sin vida. Cuando ya estuve completamente vestida fui hasta el buro donde tenia un reloj, las 4:20 a.m, genial.

Eso me daría tiempo para poder dirigirme a los calabozos y darles la esperada noticia a los magos. Ellos van a estar encantados con saber que pronto serán libres de usar su magia y vivir en sus tierras.

Sigilosamente y viendo que nadie estuviese cerca, salí de mi cuarto. Hice el mismo trayecto larguísimo que había hecho con Tais y al cabo de quince minutos de travesía silenciosa ya estaba frente a la enorme puerta que ocultaba a mi gente.

El hechizo para abrir la enorme puerta ahora era una cosa de niños, definitivamente ya estaba preparada para hacer encantamientos mas difíciles; lo que quiere decir que ya estoy preparada para la inminente guerra. Me adentre en el recinto apestoso, creando una bola de luz que flotaba sobre mi mano para así poder ver por donde estaba caminando; fui rápido y sin detenerme hasta la celda de mi abuelo.

El estaba sentado en un pequeño banco mirando a la nada misma, ni siquiera se percato de mi presencia de no ser porque mi luz iluminaba toda su celda. Su rostro cambio radicalmente cuando me vio y se acerco casi corriendo hacia mi.

- Ainhoa, mi niña. - El me tomó la mano libre y me beso los nudillos, vi en sus ojos las enormes ganas de llorar.

- Abuelo, volví porque tengo una noticia para ti, para todos ustedes.- Le dije apretando su mano para que el me mirara y prestara la debida atención, esto no debía fallar.

-¿Que es bonita?, ¿Vas a casarte?- Preguntó el esperanzado de que esto fuera algo tan leve como un casamiento, aunque seria genial un casamiento... concéntrate Ainhoa.

-No abuelo, no es eso. Pronto serán libres.- Le dije con una sonrisa que el no me devolvió, al contrario. su cara fue de espanto total.

-¡¿Que dices niña?! , ¡Te haz vuelto loca!. ¡Van a matarte!- Dijo el alzando la voz y llorando.

- ¡No grites joder!- Susurré duro para que me hiciera caso, es hora de implementar el liderazgo que debo asumir en la guerra. El me miro como si fuese una maldita maleducada y se acerco nuevamente a los barrotes de la celda.

- Vas a morir, tu y todos los que se embarquen en esta locura contigo.

- Yo no voy a morir, recuerda que soy un vampiro también. - Le dije entrecerrando los ojos, no me agrada esa postura que pone para no dejarse ayudar, solo quiero liberar a mi gente.

-¿Cual es tu plan vampiresa?- Me dijo con cara de cansancio, por lo menos estaba cediendo.

- Hoy en la noche, le devolveré el flujo de magia a todos los encarcelados. Pero no deben hacer bulla .- Le dije lo ultimo recalcándolo, si lo descubren todo el plan estaría arruinado.

- ¿Sabes que ellos querrán pelear verdad?.

- Para eso estoy dejando armas regadas por todo el bosque.





Me dirigí corriendo a mi cuarto, ya debían ser alrededor de las 6:00 a.m y las guardias empieza a esa hora. Al entrar en mi cuarto cerré la puerta con mucha delicadeza, apoye mi frente en ella descansando mis pensamientos; esto de corretear por un palacio entero es hartante.

Al girarme el susto de mi vida me ataco cuando vi a Ezra sentado en mi cama, mirándome como si fuese lo mas interesante en el mundo.

-Te asustas muy fácil.- Me dijo el desgraciado, si supiera como estoy de los nervios.

-Estoy demasiado estresada como para que te aparezcas así como si nada Ezra, no es divertido.- Dije con tono cansado, ya no me interesa guardar las apariencias y ser políticamente correcta, estoy harta y solo quiero que esto termine.

- Lo siento princesa atareada, solo venia a darte el paradero de Ilenya, pero si no quieres saber donde esta...- Dijo y se acerco a la puerta tratando de pasar por el lugar que yo había dejado.

- ¡No!, dime donde esta, por favor.- Le dije deteniéndolo cuando paso por mi lado, el me miro intensamente; Esa mirada, era esa la que no me gustaba, la que indicaba que el quería algo mas de mi, como si dijera a través de sus ojos que el tomaría lo que quiere de mi.

- Te diré donde esta y tu nos llevaras con un encantamiento transportador.- Me dijo con una voz más gruesa de lo normal, yo solo asentí y preste atención a las indicaciones que el me daba.

- Cludiant - Pronuncie mientras tomaba la mano de Ezra, de un momento a otro estábamos en medio del bosque.

- Haz aprendido bien, vamos. - Dijo el, y sin soltar mi mano nos dirigimos a una cabaña oculta detrás de unas rocas enormes. Dentro todo era oscuro y triste; apestaba a humedad y muerte, se podía oír un sollozo lastimero a unos cuantos metros, esa sola fue la orden que recibió mi cerebro para que mis piernas corrieran en medio de la oscuridad en busca de esa persona.

En el sucio suelo de tierra, se encontraba la Matriarca de los Demonios, Reina de los muertos y los deseos prohibidos, cegadora de pasión. Una mujer que estuvo en incontables guerras, siempre invicta y elegante, una mujer altiva y hermosa; una mujer que ahora mismo estaba en el piso llorando.

Su aspecto es peor aun que en mi sueño, esta mas delgada, descalza y su vestido que antes era color cielo, ahora esta lleno de lodo y sangre. Corrí para abrazarla, me tira al piso frente a ella y la estruje fuertemente entre mis brazos.

- Ilenya, ¿Que paso?- Le pregunte y sentí un deja vú golpear mis ojos.

- Viktor me hizo esto.- Era el mismo dialogo de mi sueño, solo que esta vez no hay un bebe muerto entre sus brazos.

- ¿Porque? - Solo eso escapo de mis labios.

- Porque mi hijo fue el segundo híbrido, y para el es una amenaza- Dijo llorando mientas me apretaba mas en sus brazos.

Mi sobrino acaba de morir a manos de Viktor, bien pudo ese ser mi destino, de no ser porque mi madre era una bruja. Ilenya esta destruida, pero peor estaría Nate cuando sepa que su padre mato a su primogénito no nato.

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Holaaaaa.

Estamos a dos capítulos de la guerra ¿Emocionados?

Quiero agradecerles a todos los que me leen, me gustaría saber de donde son... Le cambie la categoría a la historia porque no es únicamente de vampiros sino que tiene todo tipo de criaturas mágicas así que creo que es conveniente que lleve la categoría de Fantasía.

Besos y los adoro con el cuore <3

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El TestigoWhere stories live. Discover now