- Capítulo Treinta y uno -

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[Dougie’s POV]

Lo había dicho, se lo había confesado. Le había vuelto a decir lo que una vez le dije cuando estaba en un estado horrible de ebriedad, pero esta vez fue totalmente diferente, estaba vez yo estaba totalmente consiente de lo que estaba diciendo y pude notar la sorpresa en sus ojos.

—    ¿Lo dices en serio? — me miró con esos bellos y grandes ojos azules que tanto la caracterizaban.

—    Cero grados de alcohol dentro de mí — repetí con una sonrisa.— Claro que lo digo en serio.

Esta vez fue ella la que acortó la pequeña distancia que existía entre nuestros labios, rodeando con sus suaves brazos mi cuello atrayéndome más a su cuerpo. Este beso fue distinto al anterior, el cual había sido lento y bastante tierno. Este beso era uno apasionado, sin pausa alguna. Ella abrazada a mi cuello pasando sus manos por mi cabello jugando con el mientras me besaba de manera agresiva y yo con mis manos por su cintura acariciando de arriba hacía abajo su espalda. Joanna bajó sus manos desde mi cuello hasta el borde de mi camisa y la tomó atrayéndome más a ella (si es que eso era posible), haciendo que el cuello de mi camisa quedara arrugado.

—    Dougie… — murmuró mientras besaba mi labio inferior.

No respondí, solo abrí mis ojos para mirarla, encontrándome con sus hermosos y grandes ojos en mí.

Se volteó y quedó sentada sobre mi abdomen, esta vez, sus labios ya estaban a metros de los míos (Sí, lo sé, soy un exagerado)

—    ¿Qué pasó? — pregunté mirándola.

Ella negó levemente mirándome.

—    Nada, solo… un pequeño mareo — soltó una pequeña carcajada, para luego acomodarse sobre mi cuerpo y darme pequeños besos en mi rostro, los que me dieron cosquillas.

—    ¿Otro? — abrí sorprendido mis ojos dejando que ella besara mi rostro.

—    Te dije que eran seguidos — se separó lentamente dejándose caer a mi lado en la cama.

Me acomodé apoyando mi codo sobre la cama, apoyando mi cabeza en una de mis manos.

—    ¿No necesitas algo?

—    No, Doug. Estoy bien — me aseguró con una de sus sonrisas a la Joanna.

—    ¿Agua, jugo, bebida?

Ella rió negando levemente.

—    ¿Comida?

—    No Dougie — rió nuevamente acariciando mi cabello — De verdad estoy bien —dije mordiéndome el labio inferior. —Aunque…

Rió antes de seguir.

—    ¿Aunque…? — la miré divertido.

—    ¿Hay Dougie en el menú? —me miró ladeando el rostro, atrapando su labio inferior entre sus dientes.

Reí divertido al escuchar su pregunta.

—    Mira… Hay Dougie a la parrilla, Dougie a la palmesana o Dougie frito, ¿Cuál prefieres?

Joanna volvió a reír y esta vez, aún más al escuchar mi comentario. Me fue imposible no unirme a esa risa.

—    Me gustaría… —se llevó su mano a su mentón, pensando. —Dougie crudo, así como está ahora — respondió — Nada más.

—    Su pedido ya viene.

Me acerqué nuevamente a ella con una sonrisa en el rostro, la que ella me respondió y ahí volví a besarla, ella respondió el beso sonriendo y posó su mano —que descansaba sobre mi cama— en mi rostro, para así darle suaves caricias a mi mejilla, caricias que me encantaban. Dejé mi mano sobre su abdomen y lo acaricié. Aun se me hacía difícil pensar que cargaba con otra vida dentro y estaba justo donde yo estaba acariciando. Joanna bajó su mano que se encontraba en mi mejilla y la dejó sobre la mía y la acarició. Sentí como sonreía sobre mis labios correspondiendo los besos que yo depositaba en sus labios.

Escuché a lo lejos el sonido del teléfono. Mierda, odiaría a quien estuviera al otro lado del aparato. Lo mataría, juro que lo haría. Joanna me empujó suavemente para que fuera a atender y de mala gana me levanté de la cama, para tomar el teléfono un tanto enojado.

—    ¿Si? — pregunté con la peor voz del mundo.

—    Doug — pude escuchar la voz de Harry.

Harry. Harry, te golpearía, en serio que lo haría.

—    ¿Qué pasa?

—    Te estamos esperando, ¿No recuerdas? Ensayo hoy.

Abrí exageradamente mis ojos y miré mi reloj, ya eran pasado las 7, y había olvidado que teníamos ensayo hoy.

—    ¡El ensayo! Harry se me olvidó por completo, enseguida voy, ¿Casa de Danny?

—    Así es, apúrate —fue lo último que Harry dijo.

Colgué el teléfono y corrí nuevamente a la habitación, Joanna estaba sentada mirando las fotografías que se encontraban en mi cómoda. Al sentirme entrar, fijó enseguida su mirada en mí.

—    ¿Qué pasó?

—    Había olvidado el ensayo — reí hablando completamente apurado mientras buscaba las llaves del auto.

Joanna rió al ver lo apurado que estaba y se levantó, acomodando nuevamente la fotografía sobre la cómoda. Se levantó de la cama y se acercó a mi pasándome las llaves.

Salimos de la habitación para luego correr hasta el ascensor, el cual se demoró más de lo común. Siempre tan inoportuna mi querida ascensor.

Entramos al auto y conduje lo más rápido pero cuidadoso que pude, dejé a Joanna en la puerta de la casa y luego me fui como un rayo a casa de Danny, donde sabía que los chicos me estarían esperando con caras largas y un largo reto.

Little JoannaWhere stories live. Discover now