- Capítulo Veintiocho -

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[ Dougie’s POV ]

Me encontraba recostado sobre mi cama mientras miraba una de mis películas favoritas: Titanic. Aunque la verdad, no estaba prestándole la misma atención con la que siempre la veía, ya me sabía los diálogos de memoria y a decir verdad ahora simplemente estaba aburrido.  Agradecí  en cuanto mi celular comenzó a sonar, dejando escuchar la canción ‘Feeling this’ de mi grupo favorito 'blink-182’.

Me levanté rápidamente y cogí el teléfono, una sonrisa se apoderó de mi rostro al leer el nombre de Joanna acompañado de una foto que días antes le había tomado.

—    ¡Joanna! — exclamé al contestar — Hola.

—    Hola Dougie — se escuchó su dulce voz por el teléfono — ¿No molesto?

—    Nunca molestarías, Joanna — respondí acomodándome nuevamente en el borde de la cama — ¿Qué pasó?

—    Me preguntaba si querías salir a almorzar hoy conmigo.

Al escuchar su dulce voz sonreí, se escuchaba tan tierna, parecía como una niña pequeña hablándole por primera vez al niño que le gustaba. Miré el reloj de mesa, eran casi las 2 de la tarde.

—    ¿Cuál crees que es mi respuesta?

—    No lo sé — rió levemente — ¿Qué sí? — dijo de manera tímida.

Me imaginé su rostro, haciéndose la niña pequeña y sonreí, de seguro me veía como un idiota.

—    No... sería un claro que sí Joanna

Escuché su risa y luego me dijo que nos viéramos en el centro comercial en media hora más, colgué y me levanté corriendo a la ducha.

Me duché lo más rápido y me vestí con algo apropiado; una camiseta larga, unos pantalones pitillos oscuros y mis dañadas Vans.

 .

En cuanto llegué al centro comercial busqué con mi mirada a Joanna, el centro comercial estaba demasiado lleno como era de costumbre, por lo que me costaría encontrar rápidamente a Joanna, así que decidí tomar asiento sobre una banca, con mis codos sobre mis piernas y mi rostro sobre mis manos mientras cantaba en mi mente algunas de las canciones que estaban pasando.

Sentí como unos brazos me rodeaban el cuello por detrás y unos labios se posaban en mi mejilla, desperté de mis pensamientos y sonreí ladeando mi cabeza para poder mirarla mejor. Se veía perfecta. Vestida con una camiseta negra con toques de rayas blancas al final de ésta, unos pantalones pitillos claros y unos zapatos negros con un poco de taco. 

—    ¿Me demoré mucho? — preguntó aún abrazada de mis hombros.

—    No tanto — mentí.

—    Perdón — volvió a besar mi mejilla.

Se lenderezó y yo me levanté de la banca, volteándome para así tener su rostro frente al mío.

—    Entonces, ¿Qué quieres comer? —pregunté con una sonrisa.

—    No lo sé — respondió encogiéndose de hombros — Que el dedo elija — rió alzando sus cejas repetidas veces.

—    ¿El dedo? — pregunté sin entender.

Ella asintió sonriéndome y alzó su mano mostrando su dedo índice, el dedo que iba a elegir donde almorzaríamos.

Caminamos al patio de comidas, donde se encontraban todos los restaurantes de comida rápida del mundo, bueno, quizás estaba exagerando, pero sí estabamos rodeados de demasiadas alternativas, uno al lado del otro. Nos pusimos en el medio y Joanna tapó sus ojos con una de sus manos y con la otra apuntó a cada restaurant que se encontraba, contó hasta diez y detuvo su dedo que se movía de lado a lado, mil veces. Ella destapó sus ojos y miró el resultado, el cual yo ya sabía, el dedo había quedado en Subway, uno de mis lugares favoritos.

—    Perfecto — sonrió Joanna — El dedo nunca se equivoca —dijo seria.

Reí ante su comentario mientras caminábamos al pequeño local que Subway tenía dentro del centro comercial.

 .

Recibimos el pedido y nos fuimos a sentar en una mesa para dos personas. 

—    ¿Después me acompañas a comprar un par de cosas? — me preguntó antes de beber de su jugo.

—    Claro —ni siquiera pensé en la respuesta.

Le di un mordisco a mi sándwich y luego bebí de mi bebida, aclaré mi garganta antes de volver a hablar.

—    ¿Ya hablaste con Tyler?

Aunque odiaría su respuesta quería escucharla, el tema de Tyler siempre me ponía mal, era obvio que sentía celos pero no quería admitirselo a nadie más.

Joanna alzó su vista para poder mirarme mejor, dejó el sándwich sobre su envoltura y negó levemente.

—    Lo haré dentro de estos días — habló tan bajo que tuve que esforzarme en escucharla.

Terminamos de comer todo y nos levantamos, botamos las cosas en los basureros y caminamos en silencio hasta la tienda a la que Joanna quería ir.

—    ¿Dónde vamos? — pregunté siguiéndola.

—    Quiero ir a un lugar que nunca he ido antes — enredó su brazo derecho con mi brazo izquierdo mientras con su paso me guiaba.

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