6. Bajo un Caleidoscopio.

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No había espejos cerca para revisar donde estaban las marcas que Magnus imprimió en él, pero aun así el joven de cabello negro sabía que se encontraban por todo su cuerpo. Se sacudió la cabeza buscando con la mirada su camisa, pero solo estaba su suéter marrón, lo tomo y volvió a mirar, entonces lo supo, Magnus se había llevado su camisa blanca.

Se colocó de golpe el suéter cerrado, abrió la puerta buscando con la mirada a Magnus más su celular vibro, el número de Magnus brillaba, un mensaje que leyó con rapidez.

"Magnus- Es verdad, los armarios son cómodos."

Desde el otro lado de la sala, Magnus observaba la cara sonrojada de un delicioso escarlata que hacía más hermoso a Alec, se giró preparado para comenzar la entrevista con Robert y Helen Blackthorn, la periodista.

Magnus sostenía la camisa exponiendo las letras doradas, se sentó frente a la mesa decorativa mientras Robert Lightwood se sentaba junto a él, lo bastante lejos para acertar en el juicio de homofóbico.

- Creo, señor Bane, que solo se deja guiar por la lujuria, no ama a un hombre, menos a un niño.- dijo Robert comenzando el supuesto debate que De Quincy estaba tornando un espectáculo.

Magnus era un empresario, Robert un político. Aquel debate no tenía una razón más que el espectáculo, la necesidad de Robert por tener más votantes, y la necesidad de Magnus de... Alec se negaba a considerar lo que Magnus podría obtener de ello.

- No es un niño, tiene la edad legal para ser encerrado conmigo, ambos tras las rejas. – respondió Magnus con una seductora mirada, causando una risa natural en los presentes, desde camarógrafos hasta técnicos.

- El amor es más que sexo, es mucho más. Usted ofende las buenas costumbres.- dijo Robert.

Alec se acercó para mirar, si su padres continuaba diciendo sandeces, de verdad sería odiado, solo los más absurdos apoyarían su candidatura si continuaba por ese rumbo. La política necesitaba títeres agradables, y ciertamente Magnus era más agradable.

- El amor no ofende a las personas, yo amo a mi dulce "Nephilim", no tengo que dar explicaciones a nadie en un país libre. La persona a la que le pertenece esto.- dijo Magnus señalando la camisa que sostenía. Alec palideció al segundo.- Yo lo respeto, la amo, me interesa verlo feliz, me importa lo que siente y piensa, y es la verdad. Accedí a venir aquí para decir que si no deseo decir quién es mi novio no es porque sea un niño inocente al que pervierto, es una persona a la que protejo y amo tanto para demostrárselo.- añadió mirando hacia Alec.- Dejen de acosar a mi "Nephilim de ojos Azules", por favor.- agregó dejando a todos en silencio.

Nadie pudo decir que aquello no era increíble. Magnus se puso en pie, camino fuera de cámara aun cuando intentaban seguirlo, dejo su micrófono mientras William lo seguía.

- Entonces, debemos asumir que el dueño de esa camisa es su compañero.- dijo Robert señalando hacia Will.

Will lo observó arqueando una recta ceja, este iba a hablar, más Magnus lo freno, mostró con todo lujo de detalle la camisa con el bordado "LA" y sonrió.

- No sabe ni la mitad de ello.- dijo Magnus mirando de reojo a Alec, este miraba a William.

Alec sentía celos de Will, por ser considerado el novio de Magnus, sentía celos de los hombres y las mujeres que lo amaron, pero terriblemente sentía que se odiaba por no poder ser verdaderamente el novio de Magnus.

Así Magnus Bane salió en todos los periódicos, seguido de William, al que creían el "Nephilim" de Magnus.

***

Mi Hermoso AlecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora