4. Incertidumbre.

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La dorada cabellera resplandecía mucho más al sol, el joven de largas piernas y esculpidos músculos esperaba impaciente junto a la calle mientras observaba de lejos a Clary, esperaría por su amigo. Alec prácticamente había desaparecido todo el día, dijo que iría a la biblioteca pero solo desapareció, ni un solo mensaje, ni una llamada, y aun cuando sabía que estaba bien, algo en él se sentía molesto. Alec jamás desaparecía sin decir nada.

<<Es una persona, debe serlo>> se convencía con esas palabras buscando que simplemente lo creyera, a pesar de sentirse obviamente intranquilo.

El típico taxi amarillo se frenó y de él bajo su amigo. Jace planeaba gritarle, regañarlo, pero la expresión de emoción, felicidad y... quizás de deleite que Alec poseía lo detuvo.

- Lo sabía, es por un "alguien".- pensó Jace reconociendo la expresión que él mismo tenía después de ver a Clary, o besarla.

- Gracias por cubrirme.- dijo Alec sonriendo incluso a Clary.

- No te preocupes, le explicamos a tu padre que te quedaste todo el día con nosotros. Él no lo creyó mucho pero si entramos todos, lo creerá.- dijo Clary sonriéndole mientras tomaba la mano de Jace. Antes ese gesto hubiese herido a Alec, ahora ni siquiera le importaba.

- Entonces conociste a alguien especial.- se burló Jace, Alec se sonrojo levemente y se negó a responder.

- Vaya, vaya.- dijo una voz profunda que los tres reconocieron al instante, al levantar la mirada notaron el platinado cabello de Jonathan Morgenstern.- La misma ropa y tarde para la conferencia matutina, ¿de verdad les interesa la política?.- añadió caminando hacia Clary.- Bueno, sé que a ti no te importa mucho, tu madre está en la industria del entretenimiento, ¿no?.- agregó señalando a Clary.

- Es muy temprano, Morgenstern, ¿qué te sucedió?, ¿tus novias decidieron dejarte?.- respondió Jace claramente molesto por la presencia de Jonathan.

- Ustedes tres deben cambiarse, los veremos en la conferencia.- ordenó la voz de Robert, a su lado la expresión seria de Valentine les causo un escalofrío ligero.

Siguiendo la orden, los tres subieron el elevador, entraron a sus habitaciones, se dieron un regaderazo – pero no juntos – y se arreglaron para bajar a la molesta y aburrida conferencia. Isabelle y Max los esperaban frente al ascensor, era obvio su desagrado ante Jonathan, de hecho solo a ellos les desagradaba.

Todos sabían la historia, Valentine estuvo casado con Jocelyn pero termino todo en un divorcio poco sonado, después para las candidaturas anteriores se casó con una bailarina exótica, con la que tuvo a Jonathan Morgenstern, pero tampoco tuvo futuro esa relación. Alec e Isabelle sabían que Maryse había engañado a Robert con Valentine, incluso podría ser que Max fuese hijo de Valentine, pero, de eso hacía ya mucho, y ahora era Robert quien engañaba a Maryse.

Esa era una de las razones por las cuales Alec odiaba la política, todo era falso, nada era sincero.

- ¿Aun te manda flores Jonathan, Clary?.- pregunto Isabelle hacia la pelirroja.- Porque a mí ya me mando un ramo de rosas y gardenias que molestaron a Simon, pero no me dijo nada.- añadió, mas no espero la respuesta.- Simon nunca expresa nada, ¿es siempre tan serio o solo me ama?.- agregó.

- Jonathan envía rosas a todas las novias de todos, le gusta quitar novias.- dijo Alec mientras Max miraba con temor hacia al frente.

Un día Jonathan se había quedado a cargo de cuidar a Max, por petición de Maryse, y ese día casi lo asesinaba, lo sostuvo de la garganta hasta que palideció. Isabelle entro en la habitación, al verlos se arrojó contra Jonathan y con toda su fuerza separo al niño de Jonathan. El joven lo negó todo, y le creyeron, podía parecer un ángel pero no lo era.

Mi Hermoso AlecWhere stories live. Discover now