22. Baekhyun

4.3K 547 58
                                    



Mis gemidos salieron en estampida por mi garganta. Había olvidado a Chanyeol hace mucho, pero no me animaba a admitirlo, por eso aproveché que se hubiera presentado la misma situación cuando desafié a Sehun a que me ayudara a olvidar a su compañero. De hecho había tenido miedo, un temor que el menor disipó cuando confesó que él también lo tenía: perder el control. Las últimas veces que habíamos estado juntos habían tenido acontecimientos con resultados extraños, que me hicieron desconfiar sobre que Sehun sintiera realmente algo por mí, y encima había aparecido Luhan. No quería asustarlo o decepcionarlo, pero me estaba volviendo loco y en ese momento estaba seguro que él quería lo mismo que yo.

De pronto sentí algo húmedo. Me la estaba chupando. Me aferré a las sabanas y lo que salía por mi boca comenzaron a parecer gritos. Se notaba que tenía experiencia. Hacía mucho que no recibía esta clase de trato, Chanyeol tenía poco juego previo, iba directo al grano. No me gustaba ni disgustaba, pero no tenía la misma emoción que esto. Sehun subía y bajaba por mi miembro como si hiciera tiempo que quisiera probarlo. Apretó el glande con la lengua, provocándome un espasmo, y llevé una mano a su cabeza, enredando los dedos con el cabello. Lamió todos los lados llenándolos de saliva y comenzó a masturbarme para bajar sus labios a mis testículos. Ni Yifan, que era un maldito sexópata, hacía eso. Su lengua ahí me hacía temblar. Tenía que detenerlo si no quería que las cosas terminaran en ese momento. Con un pie empujé su pecho suavemente.

Se separó y quedó arrodillado en la cama. Aproveché la posición para ponerme en cuatro frente a su miembro y liberarlo de la ropa. Primero comencé lamiendo la punta, el borde y bajé lentamente, llenando de saliva su extensión. Lo sentí temblar, cosa me excitaba aún más. Me alejé para levantar la vista y mirarlo a los ojos.

- Por favor, prepárame – pedí, antes de introducirlo en mi boca.

Humedeció uno de sus dedos y tanteó mi entrada. Me moví un poco hacia atrás para obligarlo a meterlo de una vez. Un dedo no era nada para lo que estaba acostumbrado. Humedeció dos más y los introdujo, logrando que lance un gemido, ahogado por su miembro. Primero los movía en círculos, apretados por mis paredes, y luego los empezó a abrir, haciéndome perder completamente en ello. Quería complacerlo tanto como él lo había hecho conmigo, pero me era difícil mantener la concentración sintiéndome tan bien ahí atrás. Le hice quitar los dedos para poder continuar con mi trabajo. Sujeté sus testículos con una de mis manos y comencé a masajearlos mientras succionaba con más fuerza la extensión. Ahora eran sus gemidos los que ocupaban cada rincón de la habitación. Música para mis oídos.

Finalmente me despegué de él, con un hilo de fluidos todavía uniendo su glande con mi boca. Me recosté de espaldas al colchón y otra vez lo miré suplicante.

- Hazlo.

Se colocó sobre mí y sentí el roce de la punta en la entrada. Todavía no me había penetrado y ya me quemaba la expectativa. Me besó el cuello y con su mano dirigió su miembro dentro de mí. No sé si alguna vez antes me había sentido tan caliente, pero sí sé que nunca había sido tan fácil la penetración. Estaba muy excitado. Gemí ahogado en placer. Escuchamos golpearse la puerta de entrada y luego la de la habitación de al lado. Lógicamente nos pareció extraño, pero estábamos tan inmersos en lo nuestro que con una estocada lo olvidamos.

Sehun había comenzado despacio, probablemente le preocupaba hacerme daño. No tenía idea la dimensión de mi excitación. Lo atraje a mí para devorar su boca y, en medio de pequeños mordiscos al labio inferior, pedirle que fuera más rápido. Una llama se encendió en sus ojos haciendo que me derritiera. Aceleró el ritmo. Comencé a jadear entrecortado, sentía que pronto no podría siquiera respirar. Estaba perdiendo cualquier rastro de cordura. Lo rodeé con las piernas, presionándolo más hondo. Rodeó mi cintura con un brazo para mantenerme firme y embistió más profundo. Un hilo de saliva cayó por la comisura de mi boca, pero realmente no me importaba. Estaba llegando al clímax. No podía razonar, solo quería liberarme. Comencé a masturbarme, pero Sehun apartó mi mano para hacerlo él mismo.

- ¿Vas a acabar, Baek? – susurró sobre mi boca.

Un gemido fue la única respuesta que pude dar.

- Hagámoslo juntos – dijo jadeante.

Tres embestidas más y su semen se expulsó dentro de mí, haciéndome acabar automáticamente después. Apoyó las manos en el colchón. Le temblaban los brazos, su cuerpo estaba todo sudado y no podía calmar su agitación. Yo no estaba en una situación muy diferente. Salió de mi interior y se desplomó a un lado. Sentí el líquido escurrir por mi piel. Era un desastre de fluidos en ese momento.

Me quedé observándolo detenidamente. Tenía los ojos cerrados mientras intentaba regular su respiración. El flequillo castaño caía sobre su frente mojada. Su cuerpo desnudo era apetecible: las clavículas y el abdomen que desde un principio habían llamado mi atención, me parecían todavía más irresistibles ahora que podía verlos sin tapujos. Acerqué mis dedos y comencé a recorrer su torso con ellos hasta la cintura, donde dejé la mano descansando. Abrió los ojos y le sonreí. Acercó su rostro y plantó un beso en mis labios.

- ¿Quieres bañarte? – preguntó al fijar la vista en el líquido blanquecino sobre mi abdomen.

- ¿Podemos hacerlo juntos? – lo miré con cierta expectativa.

*

Sehun lavaba mi pelo mientras yo enjabonaba su pecho, su panza, y lo abrazaba para llegar a su espalda. Nos habíamos escabullido por el pasillo desnudos hasta el baño, deseando que nadie saliera de la habitación de Chanyeol. Aunque ahora que recordaba el sonido de las puertas, ¿qué habría pasado?¿Se habría peleado con la chica? Decidí no pedirle opinión a Sehun para no incomodarlo. Después de todo, se suponía que habíamos hecho todo esto para que me olvidara de su amigo.

En momentos así, sentía que el menor era yo. Como un niño mimado, Sehun solo buscaba complacerme y olvidaba sus propias necesidades. «Bueno, quizás no del todo» pensé cuando vi la cantidad de chupones que había esparcido sobre mi cuerpo.

- Diablos – dijo, cubriéndose la cara -, mira lo que he hecho. Soy una bestia.

Me reí y corrí su mano para besarlo.

- Me agrada esta bestia.

*

Domingo

Sentía un calor reconfortante en el pecho. Abrí los ojos y miré al chico que dormía con la cara oculta en él. Sus brazos rodeaban mi cintura y las piernas se enredaban con las mías. Sus pies casi salían de la cama por estar tan abajo. Ahora el niño era él. Me encantaba, tan tierno. Lo abracé más fuerte y se removió en mis brazos.

- ¿Ya es de día? – preguntó abriendo un ojo.

La persiana era hermética así que difícilmente podríamos saberlo. Volteé para agarrar el celular y mirar la hora.

- Sip.

Nos costó unos minutos separarnos. Nuestra piel no quería perder el contacto, por eso aún cuando estábamos en la cocina preparando nuestro desayuno seguíamos buscando excusas para tocarnos. Aproveché el momento de paz para volver a preguntarle por la caja de cigarrillos.

- Hunnie, ¿me dirás ahora qué hacía esa caja de cigarros entre tus cosas? – incliné la cabeza hacia un lado, para verlo mejor mientras se servía cereales.

- ¿No es obvio por qué?

- Pero nunca te vi fumar... Ni siquiera sentí el olor.

- Porque solo lo hacía cuando estaba nervioso y estoy tratando de dejarlo.

- ¿Por qué?

- ¿Podrías dejar de hacer preguntas de obvia respuesta? – se rió – Por ti, por qué más.

Mi cabeza se fundió. Me colgué de su cuello, logrando que casi volcara su desayuno, y solo me quedé así unos minutos, admirándolo en silencio. Él me sostuvo la mirada. En ningún momento se sintió incómodo. De hecho, me sentía muy bien, no había espacio para el vacío mientras Sehun estuviera ahí. Estaba tan anonadado con su presencia que no me percaté de que Chanyeol había salido de su cuarto. Me sentí avergonzado cuando lo vi. No saludó, algo que definitivamente no era normal en él.

Ayúdame a olvidarWhere stories live. Discover now