12. Baekhyun

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Estaba tan sumergido en la suavidad de la piel de Sehun que no sentí cuando entró el chico que, se suponía, era motivo de mis suspiros. Chanyeol no me saludó con el tono simpático de siempre, más bien había sido frío. Quizás era una idea estúpida, pero era la única que se me ocurría: ¿estaba celoso? ¿Estaba funcionando mi plan? (Aunque lo hubiera olvidado hasta dos segundos atrás, cuando esa ocurrencia cruzó por mi cabeza.)

Por alguna especie de acto reflejo, acorté la distancia con Sehun. A pesar de que lo hacía motivado por los resultados con Chanyeol, me gustaba esa cercanía con el menor. Algo se iluminaba en la escena para mí cuando él estaba presente. Levanté su brazo y lo pasé por detrás de mi cuello para apoyar la cabeza en su hombro. Un calorcito se instaló en mi pecho y tarareé de gusto.

—Ey, Yeol —respondí mientras entrelazaba los dedos con los de Sehun—, no te sentí llegar. ¿Todo bien? Pensé que salías esta noche.

Podía jurar que el corazón del chico que tenía a mi lado se había acelerado con mis movimientos. Eso me daba más confianza.

—Eso iba a hacer —respondió Chanyeol—, pero la chica del otro día estará allí y se pondrá insoportable si me ve.

—¿Qué pasó con ella? —preguntó Sehun, quitándome las palabras de la boca.

—Ya sabes. Lo de siempre.

Un silencio se adueñó de la habitación. Sehun comenzó a acariciar el dorso de mi mano con el pulgar. Refregué la cabeza contra su hombro para disimular mis ganas de acercarme a su cuello y olfatear su fragancia. Chanyeol se sentó en la otra punta del sillón, a mi derecha, con un plato de comida, y prendió la tele.

—¿Miramos una película? —propuso, pero comenzó a buscar sin esperar respuesta.

—Ah, ¡déjame elegir una! —dije y le arrebaté el control.

Se quejó, pero no intentó hacer lo mismo. Recordé unas noches atrás cuando había pasado por una situación parecida, pero más divertida, con Sehun. Miré su rostro, los golpes de la cara apenas se veían, quizás se había maquillado para ocultarlos de su madre. Los labios partidos ya casi se le curaban, pero aún me tentaban a acariciarlos para hacerlos sentir mejor... Yeol carraspeó al ver que no cambiaba de canal. Sacudí la cabeza y miré la pantalla, intentando prestar atención a lo que veía para elegir una buena película.

Encontré otra comedia que me gustaba. A medida que la película avanzaba, Sehun y yo estábamos bromeando como la vez anterior y nos reíamos juntos. Yeol no parecía inmutarse de nada. Pensé que era extraño, no se veía como el tipo de persona que no le gustan las comedias, siempre tan bufón. En ese momento me detuve a pensar en qué es lo que me había unido a él antes. Nunca habíamos compartido momentos como este, no tenía idea qué tipo de cine miraba, apenas sabía de alguna banda que escuchaba o qué tipo de libros leía. Ni siquiera sabía algo de su familia y amigos, al punto que no conocía a su mejor amigo hasta una semana atrás, aunque iba a nuestra universidad.

La primera vez que vi a Chanyeol fue en el patio de la facultad. Iba con Soo de camino al comedor cuando un chico moreno se atravesó por nuestro camino. Otro chico, alto, orejón, de una enorme sonrisa, venía detrás de él. Jongin era el primero y saludó a Kyungsoo con la intención de sacarle conversación, a pesar de que él devolvía respuestas cortantes. Me pareció extraño que mi amigo no lo apartara si le molestaba, en cambio se alejaron en dirección a donde estábamos yendo, dejándonos atrás.  Chanyeol se rió y se presentó tendiéndome la mano. Fue un flechazo. Desde ese momento comencé a buscarlo con la mirada por cada lugar y trataba de acercarme a él cada vez que los chicos nos dejaban solos.

Ayúdame a olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora