21. Sehun

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Cuando Baekhyun me dejó en la entrada y se marchó, no me importó que fueran las cuatro de la mañana y afuera hiciera un frío gélido que probablemente haría que caiga enfermo otra vez de lo desabrigado que estaba. Seguía pensando en lo que había pasado esa noche. Chanyeol y él se habían ido juntos, solos... La furia me despertó del ensueño que me tuvo adormilado durante todo el camino y corrí escaleras arriba hasta el departamento. Cerré la puerta con fuerza tras de mí y entré a la habitación de Yeol sin aviso. El idiota ya estaba dormido. Vi la gargantilla de Baek en la mesa de luz, era lo que faltaba para que estallara. Me subí a la cama y levanté bruscamente al orejón del cuello de la camiseta.

- ¿Qué haces, animal? – preguntó aturdido.

- ¿Por qué?¿Por qué tenía que ser Baek y no otra persona? - la ira que acompañaba mis gritos fue lo único que detuvo mis ganas de llorar - ¡Si sabes que me gusta por qué volviste a acostarte con él, hijo de puta! Mejor amigo, mis pelotas. Eres la peor mierda que haya conocido.

- Cálmate imbécil, ¡tienes razón! Actué como un maldito amigo de mierda, pero él se fue.

- ¿Qué estás diciendo? No tienes excusas.

- No me estoy excusando, infeliz – me pateó para que cayera de la cama y lo soltara -. Estoy diciendo que ÉL decidió parar e irse antes de que algo pasara.

Me costó reaccionar, no entendía cómo es que Baekhyun se había alejado así sin más de la persona que deseaba, siendo que antes lo buscaba con tanta desesperación.

- ¿Recibió una llamada?

- No, simplemente de pronto dejó de corresponder y le pregunté qué pasaba. Dijo que no era correcto y se fue.

No había sido el sentido de la responsabilidad por la situación desesperada de que estuviera arrestado. ¿Entonces por qué había escapado de Yeol?

*

Sábado

Baekhyun me envió mensajes todo el día, pero me sentía muy confundido y no tenía ánimos para responder. Chanyeol había desaparecido luego de la discusión que tuvimos a la madrugada. Me sentía aliviado de que nada hubiera pasado, pero no me importaba que mi compañero estuviera fuera de sí a causa del alcohol, aún así me había traicionado. A pesar de siempre estar poniendo trabas en mi vida por mi "bien", casi arruinaba lo único bueno que tenía. Nuestra amistad y mi amor por Baek. Y él lo sabía.

No había ido a la comisaría esa tarde, no tenía ganas de ver a Luhan, no lograba aguantar el deseo de patearle el culo. Hicieron una llamada de advertencia y prometí ir al día siguiente.

Ya era tarde en la noche cuando tocaron el timbre. Sabía que era Baek, nadie más iría a esa hora de la noche sin avisar. Miré por la rendija para confirmar que era él. Exhalé una bocanada de aire y abrí, se me tiró encima y me rodeó con los brazos.

- Perdón, Hunnie. No podía quedarme quieto en casa, no respondiste mis mensajes y me quedé preocupado por lo de anoche...

Me soltó cuando se percató de que no le estaba devolviendo el gesto.

- Olvidaste esto anoche – le dije secamente, sacando la gargantilla del bolsillo.

Su rostro empalideció, la miró, me miró. Sus manos comenzaron a moverse nerviosas.

- ¿Qué hicieron anoche? – pregunté en el mismo tono llano.

- ¡Nada! – exclamó y se mordió el labio.

- Pero tuviste la intención - ya no sabía ni qué le estaba cuestionando, después de todo no era nada para él, aunque él fuera mi todo.

- No, yo...

El sonido de la llave en la puerta y unas risas en el exterior interrumpieron. Otra vez. Ya sería la tercera que nos encontrábamos en esa situación. Pensé que Chanyeol estaría debatiéndose consigo mismo por la culpa, pero no, estaba disfrutando de su juventud como cada día. Antes de que entraran ya había arrastrado a Baekhyun a mi cuarto sin darme cuenta. Las voces pasaron lentamente por la sala hasta la habitación, ninguno de los dos hizo algo por cubrir sus oídos.

Nos sosteníamos la mirada de manera desafiante. Mi cabeza estaba hecha un lío y no ayudaba tenerlo tan cerca, simplemente quería tirar todo al carajo y apropiarme hasta de su último suspiro. Baekhyun tiró del pecho de mi remera y me acercó más a él. Solo necesitaba oír las palabras clave para desatar todo lo que venía guardando.

- Haz que me olvide por completo de él.

Suficiente. Lo besé como si fuéramos a morir esa misma noche: nuestras lenguas se entrelazaron de manera automática, su deliciosa saliva se mezclaba con la mía, nuestros dientes chocaban por la voracidad con la que me lo estaba comiendo. Succioné su labio inferior hasta dejarlo rojo. Volví a sentirme un niño al lado de él, qué fácil me había salido de control. Recorrí su mandíbula plantando besos y le lamí el cuello, moría de ganas de dejar mi huella en ese lugar. No hice uno, sino tres chupones. Y no serían los últimos que hiciera.

- Yo no quería hacerlo con Chanyeol anoche - jadeó -, desde un principio estuve esperando que llegaras a la fiesta, por eso me puse esa gargantilla.

Me separé de su piel dudoso, buscando su mirada y que ella me confirmara la sinceridad de esas palabras. Sabía que no estaba mintiendo, lo sentía. No quería más explicaciones en ese momento, no estaba seguro de querer oírlas o que fuera necesario, ni siquiera podía seguir enojado.

Sujetando sus muslos, lo levanté en brazos y automáticamente enredó sus piernas a mi cadera. Lo llevé hacia la cama, mientras volvíamos a besarnos, y lo recosté suavemente. Me separé un poco para poder admirarlo. Jadeaba, los ojos le brillaban, los labios se le habían hinchado y los pómulos habían sido ocupados por un tono rosado muy tierno. Verlo así me hizo sentir vergüenza. Era tan hermoso, no era suficiente para él. Y ahí estaba, completamente descontrolado, a punto de fundirme con ese cuerpo. Escondí la cara en el hueco de su cuello.

- No sé si pueda seguir...

- ¿Eh?¿Por qué? – su tono sonó algo desesperado.

- Me siento nervioso...

- ¿Ahora me vas a decir que eres virgen? Por favor, Sehun, nadie se tragaría eso - bromeó.

- No es eso, tonto.

Sujetó mi rostro entre sus manos para obligarme a salir del escondite y mirarlo a la cara.

- ¿Qué pasa? – preguntó con el rostro preocupado. Me mordí el labio y desvié la mirada.

- Quizás sí me gustas en serio, Baek.

Tiró de mí para estamparme un beso en la boca.

- ¿Cuál es el problema? – preguntó aún rozando mis labios - ¿Tienes miedo de que te lastime?

- Tengo miedo de perder el control sobre mis sentimientos, que te arrepientas y no poder detenerme una vez que haya empezado.

- Entonces no te detengas. Esto ya ha empezado – volvió a besarme.

Baekhyun era único. Pude sentir cada partícula de mi cuerpo gritar cuando sus labios atraparon los míos con dulzura y los mordían y lamían como si mi boca se tratara de la comida más deliciosa que había comido en su vida. Estaba tan a gusto que sentía que flotaba. Sus manos se deslizaron hasta mi remera para quitármela y continuar acariciando mi pecho y mi espalda. Luego le desabroché la camisa y bajé a su torso para distribuir besos y chupones.

Por pequeños gestos, como la manera en que sus dedos se presionaban contra mi piel, noté que estaba inquieto, casi impaciente, por eso me apresuré en terminar de desnudarlo. Acaricié sus muslos de abajo hacia arriba para alcanzar su miembro, lo atrapé y ahogó un gemido.

- Déjalo salir – pedí una vez más.

Ayúdame a olvidarWhere stories live. Discover now